Hartos de los atropellos y ante el despido colectivo ilegal,
el pasado miércoles 7 de julio cerca de 100 trabajadores de
la empresa floricultora CI Riegel Farms SA, ubicada en la
sabana de Bogotá, decidieron bloquear las salidas y entradas
a la plantación, montaron cambuchos* y se mantienen allí,
soportando las más adversas condiciones climáticas, apoyados
por la población local y organizaciones solidarias.
Entre los huelguistas hay mujeres embarazadas y algunas con
sus hijos de pocos días de nacidos, enfermos e inclusive
incapacitados. Mujeres y hombres que hace meses no reciben
atención médica porque desde comienzos del año la compañía
no vierte las cotizaciones al sistema de seguridad social, a
pesar de que siempre les descuenta el aporte a los
operarios; durante meses no han recibido el cheque del
subsidio familiar; ya no recuerdan cuánto hace que no les
dan dotación de trabajo.
Al iniciarse el movimiento los patrones aún no les habían
pagado la segunda quincena de junio, la cual, ante la
presión, cancelaron el pasado viernes 9. También les deben
la prima legal de servicios.
A los cambuchos llegan permanentemente operarios despedidos
en los últimos meses, a quienes todavía no les han entregado
sus liquidaciones definitivas.
El movimiento ha sido ejemplar. Los operarios se turnan en
los cobertizos, levantados con plásticos de desecho de los
invernaderos; las embarazadas y lactantes hacen sus turnos
de ocho horas como los demás e incluso se ofrecen para pasar
la noche, lo cual sus compañeros no han aceptado.
El cultivo tiene una extensión de 26 hectáreas y en él
llegaron a laborar cerca de 400 operarios. Hacen parte de la
Junta Directiva de la firma Mario Camacho Navas,
José Roberto Camacho Navas y Carlos Eduardo Forero
Ramírez, y el gerente Cristian Caicedo Castillo.
El pasado 30 de noviembre Riegel entró en proceso de
reorganización financiera mediante el cual, con la
intermediación del gobierno a través de la Superintendencia
de Sociedades, se reprograman las deudas de la compañía con
los acreedores. El incumplimiento de estas obligaciones
conduce a la declaratoria de la liquidación judicial por
parte de la mencionada entidad estatal.
Los asalariados tomaron la decisión de ocupar los accesos y
no dejar entrar ni salir nada ni a nadie, cuando constataron
que se les iba a defraudar, porque entre el 30 de junio y el
7 de julio, presionándolos para que renunciaran o
entregándoles la carta de despido, Riegel “se
deshizo” de más de 100 operarios -la mayoría de los que
quedaban-, lo que constituye un procedimiento ilegal ya que
no hubo de por medio autorización del Ministerio de la
Protección Social para hacerlo.
En Riegel se ha cometido toda clase de desafueros con
la contratación. Desde hace años la compañía adoptó el
sistema de reclutar casi al 100 por ciento del personal
mediante empresas de servicios temporales. Hay allí
trabajadores con cinco y más años de antigüedad captados
mediante este mecanismo, que viola la disposición legal que
establece que ningún empleado puede ser subcontratado por
más de doce meses en una misma empresa.
Peor aún, en los últimos años responde por la nómina la
firma AS Servicios Integrales EU, cuyo gerente y
“propietario” es Alberto Santamaría Roa, quien a su
vez es el jefe de Personal de Riegel, lo que
evidencia que dicha firma de servicios temporales y
Alberto Santamaría no son más que testaferros de los
Camacho Navas, verdaderos propietarios de la empresa.
Desde las primeras horas de la mañana del jueves 8, cuando
se enteró de estos hechos, la Unión Nacional de Trabajadores
de las Flores (UNTRAFLORES) se puso al frente de la
solidaridad; los arrojados huelguistas se habían lanzado por
su propia iniciativa, sin organización sindical y sin
ninguna asesoría.
Desde ese día la presidenta de UNTRAFLORES, Aidé
Silva, ha estado permanentemente en las carpas; brigadas
de compañeros de Splendor Flowers y Santa Bárbara
se han hecho presentes, y estos últimos junto con
trabajadores de Riegel se han desplazado a recabar
apoyo en los barrios obreros de Facatativá. Los pobres han
respondido generosamente, por lo que se han podido paliar
las necesidades básicas de los participantes en la lucha.
En vista de su apoyo y orientación, los parados han confiado
a UNTRAFLORES su vocería ante la empresa, el
Ministerio de la Protección Social y la Superintendencia de
Sociedades. El pasado viernes 9, la inspectora de Trabajo de
Facatativá levantó un acta en la que consta la enorme lista
de atropellos en los que incurrió la empresa.
La asesora jurídica del Sindicato ha estado en contacto con
el promotor del Acuerdo de Reorganización, con el jefe de
Personal y algunos otros funcionarios de la empresa, ya que
el gerente y los accionistas no han puesto la cara, antes
bien, amenazan por medio de emisarios de que van a desalojar
mediante la fuerza a los trabajadores.
Varios de éstos cuentan que cuando veían a los huelguistas
de Benilda -los dos cultivos están ubicados a un
kilómetro de distancia-, no pasaban a saludarlos por temor a
ser identificados, pero hoy se dan cuenta de cuán necesarias
son la unidad, la solidaridad, la organización y la lucha de
los obreros. Los trabajadores de Riegel se
constituyen en un ejemplo no sólo para los demás temporales
sino para todos los trabajadores de la floricultura. Urge el
apoyo de la clase obrera y del pueblo para estos
batalladores proletarios.
|