La clase obrera
vive sujeta a los grandes movimientos del capital, que se desplaza e invierte
ahí donde logra obtener mejores condiciones para su acumulación. Con la
globalización este proceso se produce a escala internacional.
Industrialización y
desindustrialización se convierte en dos caras de la misma moneda. Los
movimientos de capital producen exclusión en aquellos territorios donde
trabajadores y trabajadoras no logran encontrar empleo. Pero también provoca
otras formas de exclusión por la precariedad de las condiciones de trabajo allá
donde el capital apuesta por concentrar su inversión.
Una serie de
fotografías publicadas recientemente por Yves Marchant y Romain Meffre
sobre las ruinas de la ciudad de Detroit, en los Estados Unidos,
otrora insignia de la industria del automóvil norteamericana y, por otra parte,
de Michael Wolf sobre las fábricas de juguetes en China, ilustra
un fenómeno que lejos de ser abstracto, se materializa en la vida de millones de
obreras y obreros en todo el mundo.
Detroit, la ruina de la industria del automóvil
Según cuentan en su
página Web, Yves Marchant y Romain Meffre comenzaron a
colaborar en 2005 en un proyecto fotográfico sobre Detroit. Durante cinco años
se dedicaron a retratar los restos de la ciudad que en los años 50 fue cuna de
la industria del automóvil y uno de los principales centros de la economía
norteamericana.
Son fotografías que
muestran la decadencia de un imperio: empresas, oficinas, apartamentos, centros
públicos o escuelas abandonadas. Son paisajes desolados, de edificios en ruinas,
pero sobre todo son imágenes marcadas por la ausencia, por la desaparición de la
clase obrera.
¿Dónde están ahora
los miles y miles de trabajadores que ocupaban esas fábricas?
Su ausencia en esas
fotografías no oculta un trágico destino: excluidos del mundo laboral, los
trabajadores de Detroit, como en muchos otros lugares, son condenados a la
miseria, la marginación y la exclusión social(1).
Fábricas chinas,
la
nueva clase obrera
En contraste con la
situación de Detroit, la serie de fotografías de Michael Wolf sobre las
fábricas de juguetes chinas publicadas en su página Web
Life in cities, muestra cómo son las nuevas grandes concentraciones de la
clase obrera. Dentro de la colección “The real toy story”, Wolf
incluye dos series de fotografías impresionantes.
Una incluye un
conjunto de retratos de trabajadoras en sus puestos de trabajo en la cadena de
montaje mientras miran a cámara. Pueden verse completa aquí:
Factory worker’s portraits.
La otra serie,
Factories, retrata el ambiente de las fábricas: largas cadenas de montaje,
trabajadoras durmiendo bajo sus mesas de trabajo, el trabajo rutinario,… Son
fotografías que ponen en evidencia la masificación de la producción industrial
en China, que gracias a costes laborales bajísimos logran vender en los
mercados de todo el mundo(2).
Son imágenes de la
emergencia de la nueva clase obrera internacional.
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