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EFE |
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Sin embargo, la organización social pone como condición para
ese acercamiento el cumplimiento de 3 puntos: que las
fuerzas militares regresen a sus cuarteles, que "cese la
represión" y que los labriegos que están presos sean
liberados.
Por su lado, el Ejecutivo, a través del ministro del
Interior Nelson Mora, respondió al Frente que "la mesa de
diálogo está abierta" y que en la reunión mantenida con los
líderes el pasado día 16, el mandatario había expresado
claramente su posición, "la cual se mantiene inalterable
hasta tanto el denominado Paro Cívico Nacional quede sin
efecto". Esto significa que los efectivos de las FFAA
seguirán custodiando las propiedades rurales y las rutas del
país, y que el caso de los labriegos detenidos está en manos
del organismo judicial.
La respuesta del Poder Ejecutivo también reclama que "se
asuma con seriedad el compromiso de trabajar en los
diferentes programas que estamos llevando adelante para
resolver progresivamente los problemas sociales que nos
afectan".
Séptimo Día
El Paro Cívico Nacional cumple en la fecha 7 días, y
mantiene en movilización mayormente a campesinos de
distintos puntos del país.
Luis Aguayo, de la Mesa Coordinadora Nacional (MCNOC),
sostuvo que unos 20.000 campesinos están movilizados en los
7 piquetes que aún permanecen activos, incluyendo en la
capital. Sin embargo, cabe resaltar que la cantidad de
labriegos movilizados sería menor a la señalada por los
organizadores.
Los piquetes de personas continúan en Ciudad del Este,
Pirapey, General Resquín, Caazapá y Yasy Kañy.
En la mañana del lunes 22, un contingente de alrededor de
500 personas, entre labriegos, sintechos y estudiantes
universitarios, marcharon desde la Plaza Uruguaya hasta el
Ministerio Público, donde insistieron en la necesidad de que
el fiscal general Óscar Germán Latorre abandone el cargo
porque desde allí "en complicidad con los distintos fiscales
del interior reprimen y apresan a campesinos que no son
delincuentes, mientras amparan a los grandes ladrones y
narcotraficantes del país", dijo Tomás Zayas, del Alto
Paraná.
En la ocasión denunciaron que los vehículos que debían
transportar a los manifestantes hasta la capital fueron
impedidos de venir por parte de la Policía y por "orden
superior".
Presos
Mientras tanto, en las cárceles del país permanecen varios
campesinos apresados durante los distintos desalojos. Los
sampedranos, recluidos en la cárcel de Concepción, siguen
con la huelga de hambre que iniciaron hace 15 días.
Robustiano Mieres, Alto Paraná: "Queremos
nuestra tierra"
Hace 15 días llegó desde Alto Paraná a la capital, junto a
sus 11 hijos y esposa. Mieres forma parte de una de las
tantas familias que llegaron a la capital y acamparon en la
Plaza Uruguaya. Fue tajante al afirmar: "Soy un campesino
sin tierra y es eso lo que pido, tierra".
Según Robustiano, durante estos días comieron gracias a la
colaboración de gente que les acercaban víveres. Mientras,
en la ciudad fronteriza la situación de los campesinos no es
muy alentadora. "Hay días que comemos algo, si no, no hay
nada que hacer. Pasamos así", comentó resignado. Mieres
aseguró que no pierde la esperanza de retornar a Alto Paraná
con un resultado positivo.
Julia Franco, Itapúa: "En contra de una
nueva dictadura"
Junto con un grupo de 55 personas, miembros de la Plenaria
Popular Departamental de Itapúa, Julia se acercó hasta el
centro de concentración de Asunción para alzar su voz de
protesta contra la intervención militar en los asentamientos
y la represión que sufren los campesinos en el interior del
país, según explicó.
"Queremos que se termine esta dictadura que desde el
Gobierno quieren implantar nuevamente, no es justo",
aseguró. Franco comentó que en el campo los problemas
derivados del uso de agrotóxicos tienen sus consecuencias
negativas en toda la población del interior. Aseguró que
niños, mujeres y adultos se ven afectados por la crisis en
el campo.
Zulma Duarte, Misiones: "Los reclamos siguen
siendo los mismos"
A pesar del intenso calor, esta joven mujer, cargando a su
pequeña hija en brazos, llegó a Asunción en la medianoche
del lunes junto con su esposo y los integrantes del
asentamiento Martínez Rolón, de Misiones.
Consultada sobre el motivo de su venida, Zulma afirmó:
"Venimos para apoyar todos los pedidos que creemos son
justos. Queremos tierra para trabajar", manifestó, señalando
que los reclamos son los mismos de siempre y hasta ahora no
hay respuestas concretas.
A pesar del cansancio, ella estaba decidida a ser una más en
la marcha por el microcentro, junto a su pequeña Jennifer.
Entre otras cosas, afirmó su rechazo a la violencia con la
que se realizaron los últimos desalojos en todo el país, de
parte de policías y militares.
Diario
Última Hora
24 de
noviembre de 2004