República Dominicana

Con Samuel Santana, secretario de organización de SITRACODAL

Un gerentesaurio en el paraíso

Este lugar de la Tierra fue bendecido por mil dulzuras: su clima cálido, su mar Caribe, su biodiversidad infinita, su gente alegre, buena y hermosa. Todo invita al gozo. Sin embargo, la localidad de San Francisco de Macorís, donde está ubicada la planta de Nestlé-Codal, vive un Calvario desde la llegada de Carlos Pappalardo, un ingeniero argentino designado gerente de la planta. Lo llaman “el pequeño Hitler” por su personalidad “autoritaria, dictatorial”, y lo que empezó siendo un conflicto sindical adquiere ya características de movimiento social en su contra. Todo comenzó con dos despidos arbitrarios...

 

 

-¿Cómo evoluciona el conflicto en Nestlé-Codal?

-La semana pasada habíamos adelantado la propuesta de integrar a uno de los compañeros despedidos e indemnizar con un porcentaje extra el despido del compañero que no sería reintegrado. Ahora tenemos algunas dificultades, porque se nos reprocha que en la fábrica la producción no se ha recuperado.

 

-¿Y eso a qué se debe?

-A varias razones, pero sobre todo a que hay sectores de la planta que técnicamente están obsoletos. Los gerentes de la fábrica se niegan a confrontar con nosotros, en una reunión multipartita, las razones de la baja producción porque saben que tienen responsabilidad. Si una línea de producción trabaja precariamente al 62%, y las otras entre el 75 y el 85%, es lógico que la producción total se resienta. 

 

-¿Cómo evalúan este momento?

-Debemos continuar luchando. Nosotros hemos mantenido los contactos con las autoridades locales, el gobernador, el síndico municipal, el obispo, las organizaciones sociales y populares, pues entre todos estamos buscando una solución al conflicto. Nos hemos entrevistado inclusive con el Ministro de Agricultura, con el director de Trabajo, y todos nos dicen lo mismo: la única persona que no quiere negociar es el ingeniero Carlos Pappalardo, gerente de la planta. Los ejecutivos de la Nestlé en Santo Domingo han constituido un comité de crisis, y allí se ha manifestado que Pappalardo es quien obstaculiza la salida al problema.

 

-¿En qué se fundamenta su intransigencia?

-Pappalardo ha dicho en varias oportunidades que si se negocia “él pierde autoridad” como gerente de la planta. Quiero señalar que una de las personalidades más notorias de esta ciudad por su peso moral y político, ex gobernador de la provincia Duarte, el doctor Luis Emurdoc, se reunió con Pappalardo en la fábrica para allanar el camino hacia una salida porque el conflicto está abarcando todos los estratos sociales de la provincia, todo el movimiento popular, sus organizaciones vivas. Pero Pappalardo fue tajante: “No daré un paso atrás”. Emurdoc regresó y nos dijo: “Con ese caballero no se puede hablar. Es extremadamente cerrado”. Ya hay quien lo llama “el pequeño Hitler de Santo Domingo” por su autoritarismo y su carácter dictatorial.

 

-¿Cómo continuarán sus acciones?

-Pensamos que debemos darle otro empujón con los métodos que ya conocemos: la difusión y la confluencia con el resto de la sociedad. Tenemos prevista una reunión con el Consejo de Unidad Sindical que agrupa a las cuatro centrales de trabajadores del país, que ya se reunió con las más altas jerarquías de la empresa en Santo Domingo. De esa reunión los compañeros también concluyeron que el escollo es la arrogancia y prepotencia de Carlos Pappalardo.

 

-Rel-UITA intentó comunicarse telefónicamente con Pappalardo en varias oportunidades, pero el gerente se negó a atender nuestro requerimiento.

 

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

17 de junio de 2005

 

  

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