El Salvador 

Gobierno de Funes

enfrenta primeros retos

en el ámbito laboral

Trabajadores se niegan a trabajar en Puerto de Acajutla,

aducen incumplimiento de acuerdos

  

 

Desde el día 24 de diciembre, los trabajadores afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria Portuaria (STIPES), se han mantenido en una medida de protesta que ha incluido la negativa a presentarse a trabajar en el puerto de Acajutla, así como una concentración que entre el 24 y el 31 de diciembre se desarrolló frente a los portones 4 y 5 del puerto.

 

En horas de la madrugada del 31 de diciembre, un pelotón de la Policía antidisturbios desalojó la protesta. Los sindicalistas se mantienen concentrados en las inmediaciones y reafirman su decisión de no descargar los barcos que llegan a la terminal portuaria. Este 3 de enero, un barco se retiró ante la falta de fuerza de trabajo dispuesta a laborar. A todas luces, parece una huelga de hecho.

 

El principal puerto del país, Acajutla, fue prácticamente privatizado en 2002, luego de que el gobierno conservador de ese entonces despidiera de la empresa CEPA1 a miles de trabajadores, interviniera militarmente el Puerto, cancelara el Contrato Colectivo de Trabajo y entregara las operaciones a varias empresas privadas conocidas como “Operadoras Portuarias”.

 

Los trabajadores que habían laborado por décadas bajo condiciones reguladas, pasaron a ser sub contratados, con salarios bajos y ocasionales, sujetos a los caprichos y discrecionalidad de las “Operadoras”, y sin ninguna prestación más que su salario a destajo.

 

La crisis en el mercado interno de la comunidad de Acajutla no se hizo esperar, el comercio fue lo más afectado. Y poco a poco los accidentes de trabajo se fueron sucediendo cada vez con mayor gravedad y frecuencia sin que las “Operadoras” asumieran apropiadamente sus responsabilidades laborales. Con el paso de los años, las “Operadoras” se fueron convirtiendo en una referente desdeñable para la comunidad de Acajutla.

 

En diciembre de 2004, el STIPES, se fundó como un nuevo Sindicato de trabajadores, la mayoría, subcontratados por las “Operadoras”. Este esfuerzo enfrentó rápidamente despidos, represión e indiferencia de parte de las operadoras, la CEPA y el gobierno. Sin embargo, con la llegada del nuevo gobierno de Mauricio Funes, en junio 2009, se abrió un halo de esperanza.

 

En una entrevista realizada a Gregorio Elías Vanegas, secretario general de STIPES, en septiembre de 2009, este evaluaba como positivas las gestiones del nuevo gobierno y señalaba que habían empezado el diálogo con la empresa CEPA para formar una comisión de trabajo de alto nivel, en la cual estaba participando el Sindicato en representación de los trabajadores, el secretario de Asuntos Estratégicos de la presidencia, Franzi (Hato) Hasbún y el Presidente de CEPA, Guillermo López Suárez.

 

La labor de esta comisión fue revisar si las “operadoras” están cumpliendo con todas las obligaciones de la ley, así como elaborar una propuesta conjunta para el funcionamiento del puerto que contemple la seguridad, la estabilidad laboral, el diálogo y negociación permanentes y, por supuesto, solventar el caso de varios trabajadores accidentados y fallecidos en varios accidentes de trabajo ocurridos en los últimos años.

 

Esta comisión entre septiembre y diciembre realizó más de 20 reuniones en las cuales -el STIPES afirma- se acordó que a partir del de enero de 2010, la labor de las operadoras sería retomada por CEPA, que al menos 450 trabajadores serían contratados  directamente por la empresa estatal (incluyendo la junta directiva del sindicato) y que el sindicato funcionaría como la “bolsa de trabajo”, una modalidad bastante frecuente en puertos de todo el mundo.

 

Sin embargo entre el 11 y el 23 de diciembre se dio un lapso en el proceso de diálogo que hasta ese momento había avanzado bastante bien. Luego de ese período, la empresa CEPA dio marcha atrás con los acuerdos y notificó que tres de las operadoras privadas -Inporsa, Opsal y Servigran- seguirían funcionando pero se les agregaría una cláusula al contrato con CEPA en que se comprometerían a respetar los derechos laborales. Sin embargo, estas empresas operadoras, son precisamente de las más repudiadas por la comunidad de Acajutla por sus abusos laborales. Y ahora los trabajadores reclaman cumplimiento a lo acordado hasta antes del 11 de diciembre dado que adjudican este cambio de posición de la Presidencia de CEPA, a presiones de los grupos económicos, propietarios de las empresas “Operadoras”.

 

Así las cosas, desde el 24 de diciembre, los trabajadores han hecho uso de su mejor recurso de presión, la negativa a ir al trabajo bajo condiciones que les son desfavorables. El apoyo de la población a la acción de protesta ha sido solidaria y decidida.

 

El día 31 de diciembre, en la víspera del año nuevo, a eso de las 4 de la madrugada un pelotón policial de la Unidad de Mantenimiento del Orden les desalojó de los portones del puerto. Los trabajadores evitaron cualquier provocación que desembocara en enfrentamientos y se retiraron a unos doscientos de metros a continuar con la protesta.

 

Aunque las autoridades de CEPA han manifestado que las actividades del puerto continúan con normalidad, una breve visita al terreno indica lo contrario. De hecho, diputados del FMLN2 y miembros de Alba Petróleos (empresa de capital mixto que distribuye combustible venezolano) han realizado varias gestiones para tratar de persuadir a los sindicalistas  de su acción de protesta y para pedir su apoyo a descargar los buques tanqueros. 

 

Los trabajadores han respondido con la solicitud de reciprocidad para interponer sus buenos oficios ante el presidente de CEPA y ante el mismo presidente Mauricio Funes.

 

De hecho, los sindicalistas están distribuyendo copias de un video en el que recogen declaraciones durante la campaña electoral, del actual presidente Mauricio Funes. En ellas  se comprometió a hacer de Acajutla uno de los mejores puertos de Centroamérica, pero dando beneficios a los trabajadores y luchando contra la corrupción, la cual, según los sindicalistas, proviene básicamente de los negocios irresponsables y codiciosos que realizan actualmente las “Operadoras” privadas. Según ellos, CEPA ha dado marcha atrás a lo acordado luego de presiones del sector privado.

 

Por su parte, la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), ha estado presionando al gobierno a tomar acciones más fuertes contra los sindicalistas. Su director ejecutivo Raúl Melara  en declaraciones a un matutino manifestó: “El hecho que un grupo de personas se esté tomando las instalaciones de Acajutla definitivamente que debe obligar al gobierno a tomar acciones a la brevedad posible”.

 

En términos generales, el desafío para el gobierno de Mauricio Funes es muy importante y simbólico. La manera como resuelva esta conflicto indicará si esta dispuesto a distanciarse de la corrupción del anterior gobierno, que subcontrataba innecesariamente a grupos privados afines, actividades que antes realizaba el mismo gobierno, o si mantendrá una política de confrontación con el movimiento sindical que hasta el momento le ha definido como un gobierno “amigo”.

 

Mientras tanto, el ánimo de lucha de la comunidad de Acajutla y de los sindicalistas de STIPES parece ir en aumento, a pesar de las amenazas de represión, pero con la esperanza de poder mejorar en el corto plazo, las condiciones de vida y trabajo que al menos desde 2002, fueron empeorando con la llegada de las “Operadoras” Privadas.

CEAL

Centro de Estudios y Apoyo Laboral

4 de enero de 2010

 

 

 

1- Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) es una Empresa Estatal Autónoma que administra los puertos y aeropuertos.

2- Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

 

Foto 1: La población de Acajutla se ha volcado en apoyo a los trabajadores huelguistas. Alimentos y apoyo, llega espontánea y permanentemente. La solidaridad de la población es el reflejo, que las condiciones de trabajo por las que lucha el Sindicato, son de interés de toda la comunidad.
 
Foto 2: Diputados del FMLN y un representante de la empresa mixta Alba Petróleos, se dirigen a los huelguistas solicitando su apoyo para descargar un buque de combustible venezolano.
 
Foto 3: Buques esperando ser descargados en Acajutla.

 

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