Del 6 al 8 de octubre pasados, en
Berlín, Alemania, se realizaron las
reuniones del Buró Ejecutivo y Consejo
General de la Confederación Sindical
Internacional (CSI). El autor de este
artículo fue designado por el Comité
Ejecutivo de la Central Unitaria de
Trabajadores (CUT) de Colombia, para
asumir la responsabilidad de integrar
como titular estos dos organismos de
dirección mundial de la CSI.
Las agendas que se
desarrollaron en estas reuniones
estuvieron orientadas a los informes
generales de gestión del último semestre
y a las actividades regionales y de la
Secretaría General, pero el propósito
fundamental fue continuar el trabajo
preparatorio del Segundo Congreso
Mundial de la CSI que está
convocado en Vancouver, del 21 al 25 de
junio de 2010.
Las reuniones se hicieron
en Berlín, en ocasión al 60 aniversario
de la central sindical DGB, con
la participación de la dirección mundial
de CSI y el saludo protocolar de
la Canciller de Alemania,
Angela Merkel. Asimismo. se cumplió
con la participación en la Jornada
Mundial por el Trabajo Decente que se
desarrolló con éxito en todo el mundo, y
que había sido convocada por la CSI.
Del importante número de
documentos y propuestas de resoluciones
para llevar al Segundo Congreso de
CSI me limito a comentar tres
documentos fundamentales: “Cambiar la
globalización”, “Cambio
climático” y “Establecimiento de
un nuevo internacionalismo sindical”.
El documento “Cambiar
la globalización” será la propuesta
de contenido político respecto al que ha
de ser el pronunciamiento del Segundo
Congreso Mundial de la CSI en
relación con la aguda crisis económica
mundial y sus consecuencias en todos los
aspectos que conciernen al desarrollo
político, económico, social y cultural
de la humanidad en los próximos 20 o más
años.
Si bien el texto
presentado por la Secretaría General se
elaboró sobre la base crítica a las
conclusiones del G20, en verdad
lo percibimos como demasiado laxo y
genérico, con sabor a una supuestamente
inevitable situación generada por la
crisis del capitalismo que sólo debemos
asimilar e instar a los organismos
multilaterales de la economía a tomar
las previsiones que mitiguen sus efectos
en el orden económico, industrial,
laboral y social.
La CUT Colombia
logró insertar una propuesta mucho más
precisa y menos diplomática para que se
enjuicie al sistema económico mundial
que originó la crisis que vivimos en la
actualidad, es decir que a nombre de
culpar la burbuja financiera e
inmobiliaria y la desregulación de los
mercados financieros no se soslayara al
real responsable que es el modelo
económico neoliberal y la desigualdad
creciente en la distribución de la
riqueza.
Se puso énfasis sobre la
depreciación impuesta al valor del
empleo que ha incidido en el acelerado
aumento de su precariedad y de la
pobreza cada vez más aberrante de los
trabajadores y trabajadoras, víctimas de
la anuencia de los gobiernos hacia
reformas estructurales de sistemas de
protección social, políticas expresadas
en las llamadas flexibilizaciones
laborales, entrega de bienes nacionales
y servicios públicos a las
multinacionales, privatización de la
seguridad social y la salud. Mientras la
concentración de la riqueza continúa
aumentando y es desviada hacia el
capital especulativo en detrimento de la
inversión productiva, de la atención de
las necesidades del pueblo y de la
solidaridad con los países menos
desarrollados.
Respecto al “Cambio
climático”, la discusión fundamental
que se dio en perspectiva a la
Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el cambio climático que se
efectuará en Copenhague, Dinamarca, del
7 al 18 de diciembre de 2009, está
ligada a la posibilidad de un acuerdo
internacional para la reducción de los
gases de efecto invernadero, por la
contaminación fundamentalmente generada
en los países de mayor desarrollo
industrial.
Como CUT Colombia
planteamos que si bien es cierto que la
acción inadecuada y evasiva de los
países industrialmente desarrollados
aportan el mayor costo social, económico
y medioambientalmente catastrófico, no
es aceptable excluir de las razones del
calentamiento global al nuevo modelo de
desarrollo agrícola mundial impuesto por
las transnacionales y protegido
comercialmente por la constitución de la
Organización Mundial del Comercio (OMC).
Ese modelo está
representado en el desarrollo de
megaproyectos de monocultivos para la
producción de alimentos transgénicos y
de biomasa para su transformación en
agrocombustibles, siendo los continentes
sudamericano, asiático y africano los
más afectados por la destrucción de sus
bosques naturales, selvas o llanuras, en
franca depredación del medio ambiente y
de la biodiversidad, con consecuencias
sociales irreversibles cuando se trata
de la pérdida de la soberanía
alimentaria, el desplazamiento de
poblaciones rurales e indígenas por la
destrucción de su hábitat y la
sustitución de su fuerza de trabajo por
las nuevas tecnologías agrícolas. Esta
consideración fue acogida para ser
plasmada en el documento a llevar al
Segundo Congreso de CSI.
Respecto al tema “Nuevo
internacionalismo sindical”,
fue muy importante haber logrado incluir
en el documento a presentar al Segundo
Congreso de CSI por lo menos seis
puntos fundamentales:
1.- El “nuevo
internacionalismo” requiere una mejor
cooperación entre las distintas
organizaciones del movimiento sindical
internacional que involucra también al
grupo de trabajadores de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
2.- El “nuevo
internacionalismo” deberá hacer que la
“acción” sindical internacional forme
parte integral de la vida sindical
internacional
3.- El “nuevo
internacionalismo” debe ser capaz de
movilizar a sus miembros sobre asuntos
internacionales clave para y en el
interés común.
4.- El “nuevo
internacionalismo” debe dar prioridad a
la educación y la formación mediante la
cooperación con el desarrollo y la
capacitación.
5.- El “nuevo
internacionalismo” ha de ser un
instrumento para brindar solidaridad
sindical dónde y cuándo se necesite en
forma oportuna.
6.- El “nuevo
internacionalismo” implica sindicatos
independientes que trabajen en estrecha
colaboración con aliados políticos
(partidos o movimientos) y de la
sociedad civil para alcanzar unos
objetivos compartidos.
Queda pues para la CUT
la tarea de trabajar con dedicación en
su participación en el Segundo Congreso
de CSI, en alianza con las
centrales sindicales de la región
interamericana y las del mundo que
coincidamos en dotar a la CSI de
una política consecuente y actuante para
confrontar sin ambages y sin
disquisiciones inútiles al capitalismo
salvaje predominante, representado en
los monopolios industriales y económicos
nacionales, en las transnacionales y en
la multilateralidad de la banca usurera
internacional.
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