La
ruptura de la negociación tripartita
para determinar los ajustes al salario
mínimo para 2009, llevó al gobierno
hondureño a decidir de manera
unilateral, tal como prevé la ley
laboral, un aumento del 60 por ciento.
La reacción del Consejo Hondureño de la
Empresa Privada (COHEP) no se hizo
esperar, desatando una ola de recursos
de amparo y despidos que provocaron la
reacción de las centrales sindicales y
las principales organizaciones sociales.
Miles de hondureños se volcaron
nuevamente a la calle, esta vez para
defender el derecho de las y los
trabajadores a gozar de un salario digno
y protestar contra la decisión de la
empresa privada de recurrir
judicialmente contra el aumento del
salario mínimo, desatando al mismo
tiempo una fuerte embestida contra los
trabajadores organizados.
Según informó a Sirel el
coordinador del Bloque Popular de
Honduras (BP), Erasto
Reyes, “En octubre pasado comenzaron
las negociaciones entre empresa privada,
gobierno y centrales obreras para
definir el aumento del salario minimo,
pero en diciembre se rompieron las
pláticas porque
el
COHEP insistía en un congelamiento de
los salarios, mientras que los
trabajadores pedìan un aumento del 25
por ciento, es decir el doble de lo que
históricamente han sido los aumentos en
los últimos 15 años”.
Al no haber acuerdo, la ley laboral
define que el gobierno debe decidir la
magnitud del aumento, y en ese caso,
el
presidente Manuel Zelaya emitió el
decreto ejecutivo 374-08 con el que
aumentó el salario mínimo en un 60 por
ciento, “para
recuperar el
poder adquisitivo perdido
durante el
último año”.
“El salario mínimo pasó de 201 dólares a
291 dólares en el área urbana, mientras
que en la rural el aumento elevó el
salario a 215 dólares -dijo Reyes-.
El único sector que quedó afuera fue el
de la maquila, ya que las negociaciones
comienzan en febrero próximo”.
“Esta medida ha sido motivo de gran
satisfacción para la población
–continuó-, y aunque no logre todavía
cubrir el costo total de la canasta
básica, que el Banco Central estima en
339 dólares, es algo que viene a mejorar
la situación muy difícil en que vive la
mayoría de la población”.
Empresa
privada llora miseria y
Frente a esta situación, ya son 78 las
empresas que han decidido rechazar esa
decisión del gobierno y que, a partir
del 12 de enero, interpusieron ante la
Corte Suprema de Justicia (CSJ) igual
cantidad de recursos de amparo con
suspensión del acto reclamado, para
dejar sin valor el contenido del decreto
ejecutivoataca
Sin embargo, la Sala Constitucional de
la CSJ resolvió declarar
admisibles los recursos de amparo
interpuestos por las primeras diez
empresas, pero sin suspensión del acto
reclamado, lo que significa que el
decreto ejecutivo continúa vigente.
Según fuentes ligadas al COHEP,
se especula que serían 200 más los
recursos que se van a presentar en los
próximos días. Y si eso fuera poco,
la
empresa privada comenzó una ofensiva
frontal al despedir un sinnúmero de
trabajadores, amenzando con dejar sin
trabajo a más de 20 mil personas durante
los primeros meses del corriente año.
“A partir de enero los patronos han
comenzado a despidir trabajadores con el
argumento de que no pueden pagar esa
cantidad de dinero y que deben
reestructurar sus actividades. Las
oficinas del Ministerio del Trabajo
están llenas de reclamos de los
trabajadores pidiendo el reintegro o el
pago de prestaciones.
Entre
diciembre y la primera quincena de enero
-explicó el coordinador del BP- estamos
contabilizando unos 15 mil trabajadores
despedidos por la crisis que está
afectando al sector maquila y como
resultado de las medidas represivas que
ya están tomando los empleadores.
Nosotros estamos orientando a todos los
trabajadores para que no acepten el pago
de prestaciones, sino que exijan el
reintegro”.
Erasto Reyes
denunció también que
muchos
empleadores están chantajeando a los
trabajadores, tratando de convencerlos
de aceptar salarios por debajo del
establecido por la nueva tabla de
salario mínimo.
Centrales
sindicales y organizaciones sociales
se
movilizan
La movilización masiva que llenó las
calles de las principales ciudades de
Honduras es una primera respuesta
del pueblo organizado al intento de la
empresa privada de desconocer los
aumentos salariales y reprimir a los
trabajadores.
En los días pasados
la Confederación Unitaria de
Trabajadores de Honduras (CUTH),
la Confederación de Trabajadores de
Honduras (CTH), la Central
General de Trabajadores (CGT), la
Coordinadora Nacional de Resistencia
Popular (CNRP) y el Bloque
Popular (BP), presentaron su
posicionamiento político frente a lo que
está ocurriendo en el país.
Según una nota que circuló a nivel
nacional e internacional, estas
organizaciones pidieron “el estricto
cumplimiento del decreto presidencial
374-08;
que la Corte Suprema de Justicia no
admita ningún recurso de amparo o
impugnaciones de la empresa privada y de
cámaras de comercio que distorsionen o
tergiversen la aplicación del aumento al
salario mínimo; que la Secretearía del
Trabajo y Seguridad Social no se preste
a las presiones o manipuleo del
empresariado;
que los trabajadores no se dejen
coaccionar para negociar salarios
menores a lo establecido en el decreto,
rechazar despidos injustificados,
suspensiones de contratos individuales
de trabajo o pago de prestaciones
propuestos por los representantes de las
empresas, exigiendo su estabilidad y
reintegro a sus puestos de trabajo”,
señala la nota.