El Salvador

     

LIDO | HUELGA

Según los sindicalistas la empresa LIDO enfrenta una crisis institucional en la que los empleados pagan las consecuencias

     

 

A las seis de la mañana del pasado 8 de junio empleados de la empresa panificadora LIDO  S. A. de C. V., iniciaron una huelga que finalizó diez días después a las 12 del mediodía. La huelga tenía el objetivo de hacer que los empresarios escucharan y consideraran sus peticiones de mejora laboral, entre otras cosas. Sin embargo la orden de un juez detuvo su accionar.

 

De acuerdo con Atilio Jaimes, secretario general de Sindicato de Empleados LIDO S.A. (SELSA), una de las demandas más fuertes que motivó a realizar la huelga fue la necesidad de hacer cumplir el contrato colectivo que firmaron en 2007, sobre todo la cláusula 43, en la que se destaca la importancia de negociar cada año entre los empleadores y empleados un aumento de salarial.

 

Dicha negociación, según Jaimes, llegó hasta 2009, año en el que obtuvieron el último aumento. En esa ocasión también los empleados hicieron el compromiso de no negociar en 2010 sino hasta 2011, pero eso no sucedió.

 

Resulta que no se ha dado ese incremento desde 2009, lo preocupantes es que cada vez se vuelve más que necesario (un aumento salarial) porque el costo de la vida está muy alto y necesitaríamos, solo para cubrir la canasta básica, ganar más o menos 360 dólares y éste en la actualidad no llega ni a los 300, son 280 menos descuentos de ley”, aseguró Jaimes.

 

Otras de las razones de la huelga era el cese la represión laboral de la empresa privada del país, especialmente la de los propietarios de la marca LIDO;  garantía de los derechos laborales de los más trabajadores de DIGAPAN, quienes fueron despedidos en febrero pasado.

 

Sin embargo, el juez quinto de lo laboral declaró ilegal la huelga argumentado que la razón de ésta no estaba basada en el vencimiento del contrato colectivo. Esto lo respaldó con el Artículo 530 del Código del Trabajo: “…Tampoco podrá estallar (la huelga) cuando el objeto del conflicto fuese la revisión de un contrato colectivo existente y el término de duración del mismo no estuviese vencido”, reza el artículo.

 

Pese a la justificación, el líder sindical asegura que el accionar judicial violenta su derecho de manifestarse, sobre todo cuando se desarrolló de forma pacífica.

Agotamos todas las etapas de negociación hasta llegar a la vía de la huelga, seis meses en la búsqueda del diálogo, pero hasta la fecha ha sido imposible, la empresa se ha cerrado; y a raíz de la declaración de ilegalidad eso cobra más fuerza, no quiere llegar a  acuerdos con los trabajadores

 

“Agotamos todas las etapas de negociación hasta llegar a la vía de la huelga, seis meses en la búsqueda del diálogo, pero hasta la fecha ha sido imposible, la empresa se ha cerrado; y a raíz de la declaración de ilegalidad eso cobra más fuerza, no quiere llegar a  acuerdos con los trabajadores”, aseguró.

 

No obstante, fuentes de la empresa LIDO aseguran que sí mantuvieron reuniones con los empleados en las que les explicaron que el aumento salarial no era posible. Además, indicó que la cláusula del contrato colectivo que habla sobre la negociación para llegar a un acuerdo de aumento no establece la obligación de realizar tal aumento.

 

Jaimes fue detenido el mismo día en que inició la protesta. De acuerdo con el sindicato, la razón de la aprehensión fue un invento del subgerente de producción, Heriberto Pacas, quien denunció que Jaimes lo había amenazado de muerte.

 

El líder sindical asegura que el enojo de Pacas surgió después de que se le exigiera dejar en libertad a unos empleados, ubicados en el departamento de operaciones, que estaban retenidos dentro de la empresa.

 

 “Tenía con candado la puerta y no dejaba salir a los empleados, los tenia privados de libertad”, aseguró Jaimes.

 

Otros descontentos

 

LIDO tiene en su haber empresas como DIGAPAN, SUPAN, ALIMVASA, FAMOLCAS, empresas que, según empleados, nacieron con el objetivo de ser subsidiarias y de esa forma reducir las prestaciones laborales de todos los trabajadores.

 

Sin embargo, la muerte de Raúl Molina Martínez en septiembre de 2009, fundador y dueño de la mayoría de la empresa, desencadenó una disputa entre los familiares la cual la han tenido que pagar cientos de empleados.

 

Es así que en 2010 los empresarios de LIDO fundaron Inversiones ROVIC S.A. de C.V. con el afán de quitar la distribución a la sociedad DIGAPAN, que era la distribuidora exclusiva de la marca LIDO.

 

Con tal acción dejaron sin empleo a más de 500 trabajadores, a quienes además en diciembre y enero pasado se les retuvo los pagos para Seguro Social, fondo de pensiones, Fondo Social para la Vivienda, entre otros.

 

De acuerdo con Atilio Jaimes estas cotizaciones no han sido canceladas a las instituciones y mucho menos se les ha entregado el dinero de la indemnización.

 

Además Jaimes asegura que desde 2002 los empleados han reducido de 300 a 158 que hay en la actualidad solo en la empresa LIDO. Lo indignante, según el sindicato, es que una de la subsidiaras, FAMOLCAS, tiene alrededor de 90 empleados, quienes trabajan “revueltos con LIDO”, haciendo el mismo trabajo de operarios y se les paga menos.

 

“A pesar de las represiones, hostilidades y la declaración de ilegalidad de la huelga, las demandas siguen siendo legitimas, vigentes y seguiremos buscando llegar a una solución que nos beneficie a todos.

 

Además no debilitarán el movimiento sindical en esta empresa privada, también tenemos derecho y eso debe cumplirse”, concluyó Atilio Jaimes.

  

 

En San Salvador, Gloria Morán

Tomado de CONTRAPUNTO

21 de junio de 2011

 

 

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