El auge de las marcas
blancas ha provocado un recorte de empleo
del 63 por ciento en un total de casi 32.000
empresas de marcas de prestigio en nuestro
país. El secretario general de CCOO, Ignacio
Fernández Toxo ha reclamado de nuevo la
integración del
Régimen
Especial Agrario de la Seguridad Social
(REASS)
recordando que el sector agroalimentario es
el único que está creando empleo en tiempos
de crisis.
Ignacio Fernández Toxo |
“Los
mejores convenios y condiciones laborales en
el sector alimentario coinciden con empresas
que tienen marca propia de prestigio y no
fabrican para marcas blancas o de
distribución”, según conclusiones del estudio presentado esta mañana por
los secretarios generales de CCOO,
Ignacio Fernández Toxo, y de la
Federación Agroalimentaria de CCOO,
Jesús Villar, en el que se analizan y
comparan los convenios colectivos de seis
subsectores representativos del ámbito
agroalimentario:
lácteo, cárnico, cervezas, aperitivos y
snacks, aguas de bebidas envasadas y
panadería industrial.
El estudio de CCOO también analiza
las repercusiones del crecimiento de la
cuota de mercado de las marcas blancas en
detrimento de las marcas de prestigio en el
sector agroalimentario. “Un sector
estratégico que, en palabras del secretario
general de CCOO, Fernández Toxo,
aporta el 17 por ciento del total de la
producción industrial, representa el 2,40
por ciento del PIB y emplea a cerca de medio
millón de trabajadores en nuestro país”.
Toxo ha subrayado que en tiempos de
crisis el agroalimentario es el único sector
que crea empleo como puede comprobarse en el
incremento del 9 por ciento de afiliados en
el último periodo que registra la Seguridad
Social, mientras en el resto de sectores se
reducen. “Esto tiene que ver, ha dicho, con
el retorno al campo de trabajadores que se
han reincorporado al Régimen Especial
Agrario (REASS)”.
En este sentido, Toxo ha vuelto a
reivindicar la integración de REASS
en el régimen especial de la Seguridad
Social. Una integración a la que el Gobierno
se comprometió en 2006 que tenía que haberse
hecho efectiva el 1 de enero de 2009 y que
todavía está pendiente. Toxo ha
denunciado que: “Las
reticencias son fortísimas para realizar en
condiciones adecuadas esta integración
porque las patronales están habituadas a
contratar a unos trabajadores del campo que
cotizan más pero que cobran una pensión casi
la mitad más baja que el resto.”
Jesús Villar Rodríguez |
Por su parte, el secretario general de la
Federación Agroalimentaria, Jesús
Villar Rodríguez, ha señalado que “las
empresas con marcas propias generan mejores
condiciones económicas, de media entre un 30
por ciento y un 40 por ciento (pudiendo
llegar al 71 por ciento) y sociales que las
marcas de distribución o blancas; mientras
que las diferencias son notables en materia
de negociación colectiva y en general en los
derechos de los trabajadores”.
En este sentido, el estudio de la
Federación Agroalimentaria de CCOO
confirma que en el
subsector lácteo la diferencia en salario/
hora llega a alcanzar el 74,16 por ciento;
mientras que en el cárnico llega hasta el
71,31 por ciento; y en el de cervezas (donde
hay menor numero de productores) la
diferencia entre centros que producen casi
en exclusiva para marcas blancas o de
distribución y los que lo hacen para marcas
propias es del 40,53 por ciento .
Las marcas propias, además, generan una
mayor fidelización con el consumidor, lo que
entrañan un menor riesgo de deslocalización
y de pérdida de empleo por cambios en las
condiciones impuestas por la distribución;
además de mayor inversiones en I+D y, en
general, mejores condiciones laborales,
económicas y sociales.
Respecto al empleo,
CCOO advierte que se ha producido un repunte
de la contratación temporal en las empresas
fabricantes de marcas blancas, mientras que
algunas empresas que tienen marcas propias
se han visto obligadas a recortar plantillas
por el descenso del consumo de sus
productos.
Otro aspecto que CCOO destaca en su
informe son los cambios que la crisis
económica está provocando en el hábito de
consumo de los ciudadanos, que tienden a
reducir sus gastos sustituyendo las primeras
marcas por marcas blancas de precio más
barato. “Una circunstancia que, según ha
denunciado el secretario general de la
Federación Agroalimentaria de CCOO, está
repercutiendo en las empresas del sector que
fabrican marcas propias y de prestigio, con
la pérdida de cuota de mercado, reducción de
inversiones en I+D+i, pérdida de eficacia de
sus campañas de publicidad, menores márgenes
de beneficios... factores que ponen en
riesgo la calidad del empleo, dibujando
además un escenario más complicado para la
negociación colectiva”.
Se constata que el auge de las marcas
blancas ha supuesto un recorte de empleo del
63 por ciento para un total de casi 32.000
empresas de marcas de prestigio en nuestro
país.
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