-El sindicato de gastronómicos y hoteleros de Argentina
tiene más de 100 años de creado, aunque no en su versión
actual. Allá por 1890 los sindicatos estaban organizados por
rama, por un lado los cocineros, por otro los mozos, las
mucamas por el suyo... Luego se consiguió conformar una
Federación de la Industria Hotelera de alcance nacional, que
funcionó con autonomía. En 1944 se fundó la Unión de
Trabajadores Gastronómicos y Hoteleros de la República
Argentina (UTHGRA), lo que quiere decir que estamos
cumpliendo 60 años.
-Sufrieron varias intervenciones militares.
-La primera vez fue desde 1955 hasta 1963, y en esa fecha
pudimos recuperar el sindicato, hacer elecciones libres y
nombrar autoridades sin interferencias. Desde entonces
funcionamos con autonomía hasta 1977, cuando un año después
del golpe de Estado de la Junta Militar fuimos intervenidos
como casi todos los sindicatos. Durante esta dictadura los
que queríamos continuar luchando formamos una agrupación en
la clandestinidad que llegó a extenderse por todo el país.
En 1983 cambiamos interventores militares por interventores
civiles, y recién en 1985 pudimos celebrar elecciones con el
voto directo de los afiliados. Se presentaron dos listas y
ganó la nuestra en casi todo el país, con excepción de dos
seccionales. Desde entonces trabajamos para que el gremio
sea más participativo, más solidario. La mayoría de quienes
integramos el Consejo Directivo Nacional (CDN) provenimos
del interior de la República.
-¿Esa composición peculiar del CDN aportó
variantes significativas en la gestión del sindicato?
-Durante la mayor parte de su historia nuestro sindicato ha
sido dirigido por personas de la Capital Federal, y
fundamentalmente por los mozos. Fue en 1985 cuando
produjimos este vuelco en la política interna, y desde
entonces hemos evitado hacer sufrir a la gente del interior
lo que nosotros padecimos tanto tiempo. Yo provengo de
Salta, del sector hotelero –empecé como peón de limpieza a
los 15 años y llegué a recepcionista-, y recuerdo que a
pesar de que nuestros aportes iban regularmente para Buenos
Aires, nada de eso regresaba adecuadamente, en tiempo y
forma. Las cosas se manejaban con amiguismo. Nuestra
política empezó a mirar más allá de los límites de la
Capital Federal, y fuimos tratando de aportarle al interior
todo lo que sabíamos por experiencia propia que le faltaba.
Así fuimos ampliando las prestaciones médicas, construyendo
sedes confortables en las seccionales y hospitales dentro de
los locales sindicales, en fin, canalizamos una fuerte
cantidad de recursos hacia el interior. En estos 19 años
hemos construido 60 obras, reciclamos los hoteles del
gremio, adquirimos un hotel en Capital federal.
-¿Cuál es el patrimonio del sindicato en la
actualidad?
-Tenemos tres hoteles y más de cien propiedades en todo el
país. Según nuestro balance, nuestro patrimonio representa
unos 40 millones de dólares. Nuestra recaudación es de 9
millones de pesos por las obras sociales y 5 millones por
los aportes de los afiliados, lo que equivale a casi 5
millones de dólares mensuales. Hay que recordar que en 1985
tuvimos que refundar prácticamente el sindicato porque
estaba completamente endeudado.
-¿Cuántos beneficiarios atiende la obra
social?
-Hay más beneficiarios que afiliados, porque el grupo
familiar del sindicalizado tiene acceso al sistema de salud,
sin restricciones. En este momento tenemos 325 mil
beneficiarios. Tenemos 220 mil afiliados cotizantes, pero
unos 100 mil que no cotizan porque los patrones no hacen el
aporte correspondiente.
-¿Qué alcance tiene la cobertura de salud?
-Es total y sin limitaciones para todos los beneficiarios,
desde atención primaria hasta trasplantes. En la última
semana de agosto tuvimos dos trasplantes cocleares y uno de
hígado. Hemos tenido trasplantes de médula, que son
costosísimos. Hablamos de intervenciones que van de 30 mil a
80 mil dólares. El servicio está basado en el principio de
solidaridad, no nos fijamos si el empleador pagó o no; si el
trabajador está declarado como dependiente, le damos
cobertura de salud. La cobranza con los patrones –que la
luchamos día a día- es una discusión entre empleador y
sindicato. Con respecto a los medicamentos, acabamos de
alcanzar un incremento del porcentaje que absorbemos del
costo de los medicamentos y ahora cubrimos el 85 por ciento,
o sea que el trabajador paga sólo el 15 por ciento restante.
Y hablamos de cualquier medicamento. En algunos casos, las
drogas son tan caras que asumimos la totalidad del costo
porque sería imposible para un trabajador pagar ese 15 por
ciento. En este momento, por ejemplo, hay cuatro afiliados
que nos están costando más de 40 mil dólares mensuales en
drogas. Nuestro servicio de salud cubre absolutamente todo
el país, desde La Quiaca a Ushuaia, con sanatorios propios y
contratados. Los medicamentos pueden ser enviados a
domicilio. Los equipamientos, ambulancias, equipos médicos,
casi todo es propio. También tenemos 25 programas de
prevención, desde tabaquismo hasta HIV-SIDA. La atención
materno-infantil es un programa muy apreciado por todos,
porque la mujer embarazada y el bebé tienen todos los
servicios totalmente gratuitos desde la gestación hasta un
año después del parto. Este panorama en el contexto
sanitario argentino es bastante excepcional.
-¿Cuáles son los servicios turísticos que
reciben los afiliados?
-Hemos crecido mucho en ese aspecto, y tratamos que el
trabajador no tenga que pagar nada o apenas un mínimo. Para
eso adquirimos una flota de buses de alta tecnología, doble
piso, semicama con 50 asientos.
Los buses
van a buscar a los compañeros y los llevan a nuestros
hoteles.
-¿Dónde están ubicados?
-En Mar del Plata. Allí, además del hotel, tenemos un
balneario a pocos kilómetros de la ciudad con 280 carpas
donde las familias pueden pasar el día y reciben una bandeja
con un servicio de catering
por persona. Hay actividades recreativas durante todo el día
con animadores profesionales para niños y
adolescentes, y los padres pueden tener realmente
vacaciones. Hay pileta de natación, restorán, gimnasio,
salón múltiple, juegos de mesa. La cena es siempre en el
hotel con un espectáculo todas las noches.
También tenemos el Hotel Los Cocos a 100 kilómetros de la
ciudad de Córdoba, en plena sierra, con todas las mismas
instalaciones y servicios que en Mar del Plata, y en lo
posible con un sistema de “todo incluido”. Tratamos de que
el trabajador y su familia sean tomados a cargo por el
sindicato en la puerta de su casa y allí sean regresados sin
haber gastado nada. Aunque si quieren salirse del programa,
también pueden hacerlo. Este servicio nos llena de
satisfacción. Ambos hoteles tienen
110 camas y
están completamente llenos en temporada.
Tenemos tres campings
con instalaciones completas, piletas climatizadas, baños, y
en algunos instalaciones para dormir en pequeños
departamentos de seis camas.
Disponemos
de un
hotel en Buenos Aires que fundamentalmente es usado para las
familias de los enfermos que deben tener compañía, ya sean
madres o padres o personas con enfermedades muy graves que
necesitan tratamiento de alta tecnología. Allí son tomados a
cargo por el sindicato, desde el traslado en origen –en
avión ambulancia si fuese necesario- hasta la alimentación
cotidiana de los acompañantes, y por supuesto todos los
gastos del paciente.
-Tengo entendido que tienen un servidor
informático propio.
-Todo esto no se podría hacer sin un control estricto del
pago de los empleadores, y si no pudiéramos llevar un
seguimiento del gasto médico, una auditoría de la
prestaciones facturadas, de cuál es el consumo de cada
afiliado, entre
otros contralores.
El
CDN tiene acceso informático permanente a todas las cuentas
del sindicato, así como la gran mayoría de las seccionales
que están conectadas con banda ancha a nuestro sistema
informático. Esto ha aportado una gran transparencia a
nuestra gestión financiera, porque todos los pagos y
cobranzas son accesibles a todos los compañeros.
Tenemos ahora una línea 0800 (gratuita) adonde se puede
llamar las 24 horas los 365 días para obtener orientación
sindical, y estamos desarrollando una experiencia piloto con
médicos de guardia para que solucionen problemas banales
rápidamente.
-¿Qué están haciendo con respecto a la
capacitación?
-Tenemos nuestra escuela tradicional en Buenos Aires, junto
al hotel, donde damos capacitación profesional –incluyendo
inglés, portugués y francés- a unos 200 alumnos cada día.
Además estamos desarrollando ya cuatro escuelas
descentralizadas y hay otras 20 en espera en todo el país.
Los proyectos ya están hechos y poco a poco iremos
cumpliendo con nuestras metas. Estamos firmando convenios
con gobiernos locales, universidades del interior e
instituciones turísticas privadas y oficiales. Acá brindamos
capacitación básica y también de perfeccionamiento en
cocina, mozos, recepción, mucamas, en fin, todo lo que
concierne nuestra actividad.
-¿Cuál es la organización política interna
del sindicato? ¿Están estructurados por provincias?
-Tenemos 59 seccionales con más de 100 delegaciones, y
estamos divididos por regiones. Cada seccional tiene una
Comisión Ejecutiva que es elegida por voto directo de los
afiliados, que de la misma forma eligen a sus representantes
al Congreso en cantidad proporcional al número de afiliados.
El Congreso es el órgano máximo del sindicato, y
ordinariamente se reúne una vez al año para analizar el
balance y la memoria del año. También hay un Congreso
Extraordinario que se puede reunir para asuntos
excepcionales.
El
CDN es elegido también por voto directo de los afiliados
cada cuatro años, y está compuesto por nueve miembros del
Secretariado Nacional -entre ellos el secretario general- y
once vocales. Luego hay una Comisión Revisora de Cuentas,
integrada por cinco personas. Estos 25 compañeros provenimos
de diversos lugares del país.
-¿Hay agrupaciones internas?
-Las puede haber, de hecho nosotros lo somos, aunque en la
actualidad no existe una oposición interna. Creo que la
gente está conforme con nuestra política. A menudo hay
listas distintas en las seccionales, pero siempre apoyan a
la misma dirección nacional.
-¿Qué esperan alcanzar siendo los
organizadores de la
Conferencia
Mundial
de
Hotelería
de la UITA?
-Fundamentalmente mostrar quiénes somos, que nos conozcan. Y
también demostrarle a los grandes sindicatos europeos que
estamos bien organizados, que este tipo de eventos pueden
estar marcados por la presencia y la prestancia de nuestra
regional latinoamericana. Queremos demostrar el respaldo que
le damos a nuestro compañero Gerardo Iglesias, con quien
profundizaremos la colaboración
acompañándolo a distintos lugares para generar más
adhesiones a nuestra regional, y establecer acuerdos con los
grandes sindicatos de Europa
y Estados Unidos
para
promover
programas
de desarrollo y capacitación. La realidad en nuestro
continente continúa siendo muy difícil en varios países,
inclusive desde el punto de vista represivo y de la
seguridad de los militantes. Entonces, esos sindicatos
necesitan más apoyo de la regional que, a su vez, debe
contar con mayor
respaldo.
-¿Cuál es la meta que persiguen?
-La excelencia en todo, en el aprovechamiento de los
recursos, en los servicios, en la capacitación, en la
solidaridad.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
11 de marzo de 2005