Guatemala
Con David Morales, secretario general de FESTRAS
Maquilas: buena
letra, mala nota |
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La campaña antisindical de varias maquiladoras coreanas en
Guatemala quedó expuesta internacionalmente. Las empresas
enviaron representantes desde Corea para dialogar con los
sindicatos.
Las promesas son entusiasmantes, pero la práctica aún
sigue siendo represiva.
-¿Cómo ha evolucionado la situación en las maquilas Cima,
Yoi Choishin y NB Guatemala?
-La campaña antisindical de estas empresas ha sido en
parte contenida. En esto ha jugado un papel muy importante
la secretaría regional de la UITA que con su medio de
comunicación, el SIREL, generó muchas manifestaciones de
solidaridad y difundió nuestras denuncias. Como uno de estos
casos se encuentra en el ámbito de la OIT –el de NB
Guatemala–, nuestros reclamos terminaron llegando a Corea,
donde están las casas matrices. Todo ese trabajo contribuyó
para que delegaciones de Corea vinieran hasta Guatemala a
corroborar nuestras denuncias de violaciones a los derechos
laborales y humanos. Creemos que estos representantes
pudieron comprobar las irregularidades, y se comprometieron
a enviar notas a las empresas mencionadas y a los sindicatos
para dejar sentada su posición de que no se oponen a la
libertad sindical y a la negociación colectiva. También
aseguraron que en la nota expresarían que no tolerarán más
violencias contra los dirigentes sindicales. Para nosotros
son importantes esos puntos porque sabemos que muchas veces
los gerentes locales orquestan estas campañas antisindicales
a espaldas de las políticas generales establecidas por las
casas matrices.
Este trabajo de sensibilización contribuyó también
para que el secretario general de la FITTIVC, Neil Kearney,
haya estado en Guatemala, se haya reunido con los sindicatos
y abordado los temas más espinosos como las amenazas de
muerte que recibieron varias compañeras.
-¿Ustedes pudieron reunirse con estas delegaciones que
vinieron de Corea?
-Participamos en reuniones conjuntas, inclusive con la
vicepresidenta de NB Guatemala a nivel mundial, con quien
negociamos un convenio colectivo de 20 puntos de los cuales
sólo quedaron pendientes de acuerdo tres de ellos, que
deberán ser confirmados desde Corea, entre los cuales se
encuentra un incremento salarial del 5 por ciento. También
participamos en reuniones con gerentes de las casas matrices
de las otras empresas, quienes se comprometieron igualmente
a respetar la existencia de los sindicatos y afirmaron que
de ninguna manera sería motivo de cierre de las plantas el
hecho de que haya sindicatos de trabajadores en su seno.
-¿Qué está ocurriendo en la práctica? ¿Cesaron las
persecuciones?
-Estamos esperando que lleguen esas notas para poder
hacerlas valer, porque tenemos información de que la
gerencia local sigue con la intención de formar un sindicato
sometido a la patronal. Estamos reuniendo pruebas para hacer
la denuncia internacional, incluyendo a las casas matrices.
Los grupos de matones reclutados por las empresas continúan
sembrando el temor y amenazando a las compañeras, por lo que
el clima interno continúa siendo bastante difícil. Por el
momento sólo tenemos declaraciones de buenas intenciones por
parte de los representantes de las empresas que ya
regresaron a Corea.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
6 de mayo
de 2005
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