El pasado 5 de febrero, mientras regresaba a
su casa después de haber asistido a un
partido de fútbol en la aldea El Cedro,
Morales, Izabal, fue ultimado de varios
disparos Miguel Ángel González Ramírez,
afiliado del Sindicato de Trabajadores
Bananeros de Izabal (SITRABI). Con él, suman
5 los trabajadores afiliados a esta
organización que han sido asesinados en los
últimos 10 meses.
Una violencia que se ha incrementado durante
el último año y que está siendo denunciada a
nivel nacional e internacional por este
histórico Sindicato bananero, el mayor del
sector privado en Guatemala.
“El asesinato del compañero Miguel Ángel
González Ramírez no solo volvió a
enlutar a nuestra organización, sino que
evidencia una vez más, el alto nivel de
inseguridad en que vivimos.
Siguen atacándonos y asesinándonos en medio
se una situación que va complicándose cada
día más”, dijo a Sirel, Noé
Ramírez Portela, secretario general del
SITRABI.
Según Ramírez, a partir de 2007,
cuando fue asesinado su hermano, el
directivo sindical del SITRABI,
Marco Tulio Ramírez Portela,
serían ya una decena los dirigentes y
afiliados a esta organización asesinados por
desconocidos, 5 de los cuales en los últimos
10 meses1.
Ninguno de estos casos ha sido esclarecido
por las autoridades encargadas de impartir
justicia.
Ante esta difícil situación, el SITRABI
denunció en un comunicado el estado de
abandono y desprotección en que se
encuentran sus directivos y afiliados.
También, alertó sobre el desinterés mostrado
por las autoridades. Ejemplo de ello fue la
decisión del nuevo gobierno de Otto Pérez
de quitar la seguridad personal al
secretario general del SITRABI.
“Nadie explicó el por qué de esta decisión.
Simplemente recibí una comunicación por
escrito en la que el Viceministro de
Gobernación anunciaba que se me cancelaba la
seguridad personal. Es una decisión
irresponsable que pone en riesgo mi vida”,
aseguró Ramírez Portela.
Finalmente, el SITRABI exigió a las
autoridades el esclarecimiento inmediato del
asesinato de Miguel Ángel González
Ramírez, que se restituya la seguridad
personal al secretario general Noé
Ramírez y se garantice la seguridad para
todos los directivos y trabajadores
afiliados.
“Este nuevo asesinato representa un ataque
directo a nuestra organización. Necesitamos
que la denuncia se difunda a nivel
internacional y agradecemos por su
solidaridad a las organizaciones amigas,
como la UITA”, concluyó Ramírez
Portela.