En 2002 la transnacional de origen brasileño AmBev,
resultado de la fusión entre Brahma y Antarctica, adquirió
la planta de Norteña ubicada en Paysandú, propiedad de
capitales alemanes, y también la fábrica de Patricia, en
Minas, de capitales nacionales. Poco después, en alianza con
la francesa Danone, adquirió la embotelladora de agua
Salus, y estableció una alianza estratégica con el grupo
argentino Bemberg, propietario de Quilmes en Argentina y
Pilsen en Uruguay. Esto implicó que en el país la industria
cervecera quedara en manos de un monopolio. El resultado
inmediato de esta concentración sería el anuncio del cierre
de la planta de Paysandú. En su proceso de fusión en Brasil
AmBev venía practicando procedimientos que generaban
una gran pérdida de puestos de trabajo y en nuestro caso no
se planteó algo diferente. Cuando conocimos la decisión de
cierre, en los primeros meses de 2003, el sindicato se
declaró en asamblea permanente, en preconflicto y se
adoptaron algunas medidas. Finalmente, y después de varios
meses de lucha, se logró conservar prácticamente todas las
fuentes de trabajo hasta el día de hoy. Recibimos el apoyo
de todos los actores políticos locales y de los
parlamentarios nacionales del departamento, el embajador de
Brasil, Enrique dos Santos, demostró una gran sensibilidad
ya que nos recibió cinco veces, del PIT-CNT a nivel local y
nacional, de organizaciones como FUCVAM y la Federación de
la Bebida, y principalmente destacamos el importante apoyo
de la UITA que nos puso en contacto con los compañeros de la
CONTAC en Brasil, particularmente con su presidente,
Siderlei Oliveira, y con la CUT brasileña. Este apoyo
acompañó a la gran movilización de los habitantes de
Paysandú contra la AmBev que todavía hoy tiene una
imagen muy negativa entre la población sanducera. El cierre
de la cervecería implicó la pérdida de un producto que era
una carta de presentación para nuestro departamento. También
fuimos fuertemente apoyados por la prensa local y nacional
que siempre estuvo abierta a nuestras necesidades de
comunicación social.
Se ha generado la expectativa de la ampliación de la
planta maltera de Paysandú, que llevaría la producción de
cebada malteada de las actuales 95 mil toneladas a 135 mil
toneladas anuales de cebada. Se trata de una obra importante
porque amplía significativamente la capacidad de producción,
pero es una inversión estratégica para la producción de
cerveza de Brasil, ya que todo lo que se produce en Uruguay
se exporta hacia el Norte.
Existe la expectativa de que esta ampliación genere
nuevos puestos de trabajo, aunque en realidad no serán
directos sino indirectos. Nuestro sindicato aspira a que en
esta ampliación se siga trabajando con base en los convenios
alcanzados durante el conflicto para continuar conservando
los puestos de trabajo.
Según lo previsto en la agenda, Lula y Tabaré Vázquez,
en su calidad de presidentes de Brasil y Uruguay, vendrán a
Paysandú a inaugurar juntos la ampliación de la planta. Por
eso, en esta oportunidad, queremos trasmitirle al presidente
Lula que esperamos que lleve a cabo las propuestas de
integración de las cadenas productivas a nivel de todo el
MERCOSUR, y al nuevo presidente uruguayo también le
manifestamos nuestra esperanza de que se impulse la
aprobación final de la ley antimonopólica que ya cuenta con
media sanción en el Parlamento ya que fue aprobada por la
Cámara de Diputados en 2004 con todos los votos del
Encuentro Progresista. A pesar de que el gerenciamiento de
Pilsen lo sigue haciendo el grupo Bemberg, no cabe duda de
que la producción cervecera del Uruguay es propiedad de un
monopolio. Como trabajadores del sector sabemos que esta ley
no resucitará a Norteña, pero estamos convencidos de que
aportará garantías a los compañeros del resto de la
industria, y nos referimos concretamente a las plantas de
Pilsen y Patricia.
José Oxley *
© Rel-UITA
2 de marzo de 2005
* Secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados de
Norteña (SOEN)