Uruguay
Despidos antisindicales en Pagnifique
Una patronal “terrorifique” |
La
empresa Pagnifique acaba de despedir a seis funcionarios
como respuesta a la constitución del primer sindicato que
logra conformarse después de varios intentos reprimidos. Los
trabajadores responden que “la dictadura ya se acabó”.
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Integrantes de la Unión de Trabajadores de
Pagnifique (UTP): Hebert Cachés, José Pérez,
Miguel Bentancourt y Richard Pereira. |
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Con clientes como la cadena
Mc Donald’s
en Uruguay y Argentina, con exportaciones a varias cadenas
de supermercados en Los Angeles y Miami, y con sus propios
puntos de venta directa en varias ciudades de Estados
Unidos, Pagnifique se ha consolidado como una de las marcas
líderes en el ramo a nivel regional. Panes congelados,
bizcochos, donas, la capacidad de producción de la empresa
ha ido creciendo sin cesar desde su fundación hace cuatro
años. En la actualidad procesa y distribuye más de 2
millones de panes por mes desde sus dos plantas, la de
Timote y Garzón, en Montevideo, y la emplazada en la ciudad
de La Paz, en el departamento de Canelones. Pagnifique
emplea a cerca de 400 personas, aproximadamente la mitad en
cada planta. Su propietario, Juan Bouzas, ex dueño de La
Sibarita, productora de aceites, masas y pasta envasadas, le
ha dado a su nuevo emprendimiento la misma furia
antisindical con que manejó todas sus fábricas.
Miguel Bentancour, funcionario de la empresa en
el sector distribución, fue designado hace algo más de un
mes por sus compañeros como secretario general de la Unión
de Trabajadores de Pagnifique (UTP). La directiva del
flamante sindicato tomó contacto con un abogado, escribieron
un proyecto de Convenio Colectivo y lo presentaron en el
Ministerio de Trabajo para que se citara a la empresa y
comenzaran las negociaciones. Cinco días después seis
funcionarios, entre ellos Bentacour y otros cuatro delegados
sindicales, fueron notificados de su despido inmediato y se
les impidió el acceso a la planta. El resto de sus
compañeros del sector distribución se negó a iniciar las
tareas en esas condiciones, por lo que se hicieron presentes
Gustavo Rearde y Silvia Mazzuchi, gerentes de la empresa y
esta última hermana de uno de sus directores. Estos
personeros amenazaron a los trabajadores: “El que quiera
estar en el sindicato que se vaya porque acá no tendrá
lugar”, tronó Rearde al mejor estilo castrense, y hasta
llegó a anunciar que si no se reiniciaban las tareas de
inmediato traería “a los Granaderos”, lo que no hizo sino
avivar la indignación de los obreros quienes le respondieron
que “se acabaron los tiempos de la dictadura”.
Mientras esto ocurría dentro de la planta, del
lado de afuera del portón los despedidos aguardaban ser
recibidos por la patronal, pero esto nunca ocurrió. Con la
promesa de una reunión a las cuatro de la tarde de ese día,
los trabajadores suspendieron sus medidas. Reunidos
nuevamente más tarde, ambas partes, pero sin participación
de los delegados despedidos, acordaron continuar el diálogo
el miércoles 20.
La UTP lucha por sobrevivir, y tiene por qué.
Según Bentancour la empresa se ha negado a categorizar a sus
empleados, los choferes son obligados a realizar jornadas
extenuantes de 14 y 15 horas sin ningún descanso, y sin
cobrar horas extras a partir de la tercera de trabajo
extraordinario. No se les entrega ningún viático, con
excepción de algunos viajes al interior y se persigue a
quienes intentan organizarse en sindicato. Los trabajadores
de las plantas de producción y congelado también padecen
pésimas condiciones laborales, estando sujetos al mismo
régimen de horas extras, poca protección al frío, entre
otras.
Hasta ahora la empresa se ha negado a dialogar
con los representantes legales del sindicato, quienes han
acudido a la UITA para solicitar apoyo ante la persecución
sindical de la que son víctimas. El próximo miércoles 20 la
patronal debería presentarse ante el Ministerio de Trabajo
en una audiencia citada para negociar el Convenio Colectivo.
Para ese mismo día también quedó fijado un encuentro en las
instalaciones de la empresa entre trabajadores y patronal.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
18 de octubre de 2004
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