El gobierno
de Ricardo Martinelli desató una sangrienta represión contra
los
trabajadores
en Bocas del Toro, la semana pasada. Sirel dialogó con
Justiniano Buitrago, secretario de Organización de la
Confederación de Trabajadores de la República de Panamá (CTRP)
y del Sindicato Industrial de Trabajadores de Envases y
Alimentos (SITEA), afiliado a la UITA.
-¿Qué balance realizas de los impactos de la sanción de la
Ley 30?
-En términos generales, la Ley 30, es una ley inconsulta que
lesiona directamente a la organización sindical, entre otras
cosas porque la cuota sindical queda a disposición de que la
pague el trabajador y el derecho a huelga
es
prácticamente eliminado. Además deja las manos libres a la
Policía Nacional para reprimir salvajemente como sucedió en
Bocas del Toro.
Luego de los sucesos del pasado 8 de julio, que desataron
una verdadera masacre en contra de los trabajadores
bananeros y el pueblo de Changuinola, en Bocas del Toro, la
Ley 30 volverá al Legislativo, para revisar solamente los
puntos que atañen a la reforma del código laboral, pero el
Movimiento Sindical Panameño está pidiendo la derogación
completa de esa ley.
-¿Cuál es tu visión sobre los hechos del pasado 8 de julio?
-La represión orquestada por el gobierno en contra de los
trabajadores bananeros que protestaban pacíficamente, fue
una clara violación a los derechos humanos. Se contabilizan
9 muertos y más de 100 heridos, lo cual habla de una
represión tremendamente violenta. Un importante número de
compañeros perdieron la vista a raíz de los perdigones que
fueron disparados a la cara por los antimotines.
-¿Cómo impactó esta represión en la opinión pública
panameña?
-Ha conmocionado a la opinión pública en general, los medios
masivos de comunicación mostraron lo sucedido a lo largo y
ancho del país. Fue tal el impacto negativo que, actualmente
las encuestas de opinión muestran una abrupta caída en la
popularidad del presidente Martinelli, quien llegó al
poder el año pasado con un porcentaje de más del 70 por
ciento de los votos.
Esto significa que el pueblo se ha involucrado en este
proceso de rechazo a la Ley 30, que fue impuesta
arbitrariamente de la noche a la mañana, sin una previa
discusión con las partes afectadas y que desencadenó las
manifestaciones en su contra por todo el país y que
lamentablemente llevó a la violenta represión en Bocas del
Toro.
El movimiento sindical panameño continuará movilizado hasta
que se derogue esta ley.
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