Ayer,
durante la marcha en Changuinola que acompañó el sepelio de
Antonio Smith, Virgilio Castillo y Fernando Ábrego, los tres
asesinados durante la reciente represión policial, Sirel
dialogó con Oldemar González, de la Asociación de Educadores
de Veraguas (AEVE).
-¿Cómo
está el pueblo de Bocas del Toro después de la represión?
-Indignado,
y preocupa la gran cantidad de violaciones a los derechos
humanos, a las garantías constitucionales y a la libertad de
expresión.
El
presidente
Ricardo
Martinelli
no quiere entender que el pueblo de Bocas del Toro ha sido
históricamente olvidado por los diferentes gobiernos y por
las empresas bananeras. Aquí hay una acumulación de
necesidades de todo tipo, y entonces la gente no tiene mucho
que perder.
Reitero, es
una provincia olvidada, que se encuentra muy alejada del
gobierno centralista que actúa en la capital, cuyo
presupuesto está destinado a las grandes ciudades.
-¿Martinelli
pensó que a través de la represión iba a acallar al pueblo?
-Y se
equivocó, y continúa equivocándose, porque aquí ha llegado
repartiendo bolsas de comida y bicicletas. La gente aquí no
se vende y ha rechazado ser parte del show de ese señor.
-¿Qué
sucederá sí Martinelli no deroga esta ley?
-El
planteamiento de los obreros, tanto de la educación, de la
construcción como de los sectores bananeros, es que se
derogue la Ley 30, porque es nefasta para el movimiento
obrero, para la defensa del ambiente y del propio país. Si
no se deroga esa ley, los hermanos indígenas de Boca del
Toro van a padecer una realidad mucho peor de la que viven
hoy.
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