El Sindicato de Trabajadores de la Industria
Portuaria de El Salvador (STIPES) fue
reorganizado en diciembre de 2004 luego de
que su predecesor, con una historia de 50
años, fuese barrido del puerto de Acajutla
en 2001 mediante una operación antisindical
del gobierno. En el marco de la cooperación
entre la UITA e ITF, Sirel dialogó con
Gregorio Vanegas, secretario general, y
Ramón Chávez, secretario de Organización y
Estadísticas del STIPES.
En 2001, usando como excusa los atentados en
Nueva York, el gobierno salvadoreño ocupó
con fuerzas militares y policiales el
Aeropuerto Internacional de El Salvador y el
puerto de Acajutla. Ambas terminales tenían
una larga tradición sindical, y en el
operativo realizado a la media noche del 24
de setiembre de 2001 fueron removidos de
sus empleos los trabajadores sindicalizados.
Fue una operación de “seguridad anti
terrorista” que, en realidad, enmascaró una
acción antisindical, lo que llevó a Human
Rights Watch a incluir el caso en sus
informes sobre El Salvador.
El Sindicato de Trabajadores del Aeropuerto
Internacional de El Salvador (SITEAIES),
logró sobrevivir la embestida y está en
medio de negociaciones colectivas por
primera vez desde la militarización. El
STIPES, por su parte, se refundó en
2004, pero muchos de los despedidos en 2001
no han recuperado sus empleos.
-El pasado jueves 6 de diciembre hubo una
elección de Junta Directiva y ustedes
resultaron electos por la Asamblea General
para integrarla. ¿Cuáles son los problemas
que están enfrentando en el puerto de
Acajutla, y los retos a que se van enfrentar
como directivos del sindicato?
Gregorio (G)- Los problemas más duros son
los accidentes que están ocurriendo en el
puerto de Acajutla; tenemos el caso de un
compañero, Siciliane Pinto, que fue
atropellado por un contenedor y está a punto
de perder una pierna. Está en tratamiento,
pero no se ha logrado recuperar.
Ramón (R)- Lamentablemente, a pesar que
El Salvador es suscriptor de muchos
tratados que permiten la libre asociación y
sindicalización, en la actual configuración
del puerto de Acujutla existen operadoras
marítimas privadas que infunden el temor
diciendo que a los que se sindicalicen no
les van a dar trabajo. A su vez, están
contratando personal nuevo sin darle
capacitación sobre los riesgos operacionales
que hay dentro del puerto.
-Ustedes han perdido sus empleos como
consecuencia de persecuciones sindicales.
¿Cómo ocurrieron esos hechos?
G- Sí, vale la pena mencionarlo. Nos
constituimos como sindicato el 6 de
diciembre de 2004. A partir del 14 de
diciembre las empresas portuarias recibieron
instrucciones de la CEPA* y fuimos
despedidos. Desde entonces nos han mantenido
afuera de las operadoras, que son las que
dan trabajo. Hasta el momento, la empresa
REMARSA, donde yo trabajaba, no ha dado
ningún paso para reinstalarme.
En 2005, a raíz de las presiones de las
organizaciones que nos han apoyado, se logró
la reinstalación de otros fundadores del
sindicato, pero no el mío.
-¿Podrías explicar cómo funciona este
sistema de operadoras y desde cuándo se
implementó?
- En 2001, bajo la presidencia de
Francisco Flores (1999-2004) y en
el marco de una militarización del puerto
que perseguía reprimir a todos los
sindicalistas, la CEPA fue
privatizada y se indemnizó a todo el
personal. Luego vimos la oportunidad de
reorganizar el sindicato y ahora estamos
nuevamente al frente de esa lucha.
En la actualidad son siete operadoras
privadas, REMARSA, O&M,
OPSAL que se ha quedado operando en
patios de contenedores, NEPORSA,
INPORSE, REMASUR y OEK que
se limita a servicio del sector tierra.
También esta
Siemens
que se dedica al
mantenimiento eléctrico, montacargas, grúas.
-¿Qué tipo de carga está recibiendo el
puerto de Acajutla?
(G)- Se reciben fertilizantes como sulfato,
productos a granel como trigo, maíz, soya.
También se están atendiendo los buques tanqueros que traen productos líquidos como
aceite comestible, aceite lubricante,
gasolina, refinados de petróleo, gas
licuado, alcohol y la soda cáustica.
-¿La actividad pesquera es industrial o
artesanal?
(R)- En Acajutla la pesca se maneja todavía
de manera artesanal. Pero desde que
militarizaron las instalaciones portuarias,
los mismos pescadores tienen restringido el
acceso al puerto. Se han dado incluso casos
de intimidaciones contra los pescadores por
medio de disparos, siendo que la necesidad
de los pescadores es pescar para mantener a
sus familias.
Como cualquier otro puerto, Acajutla es una
ventana al mundo, la cual ha sido coartada
porque no existe turismo ni comercio.
Después de haber sido una ciudad de progreso
en la que, gracias a los ingresos de más de
mil familias que trabajaban en el puerto, se
comercializaba todo tipo de productos, desde
la privatización y la militarización la
situación económica es deprimente. Hoy se
esta viendo que las actividades sólo
benefician a siete operadoras que están
pagando sueldos de hambre. Y aparte se están
produciendo accidentes en la descarga de los
contenedores. Y lo triste es que por
descargar un contenedor pagan dos coras
(0,50 dólares), y de ellas todavía hacen los
descuentos de ley.
-¿Cuánto es el salario promedio de un
trabajador de las operadoras en el supuesto
de que trabajaran jornadas completas?
(R)- En Acajutla se manejan con empleo
eventual, por buque. Cada operadora maneja
un grupo limitado de unas 25 personas; ellos
le llaman “grupo permanente” por que no
dejan de ir a trabajar, van a todos los
barcos, pero no tienen un salario base. La
jornada laboral es de 8 horas. CEPA
tiene la norma de 12 horas máximo. Las
operadoras exigen trabajar por 1 dólar la
hora y le llaman un barco por tiempo. Y así
pagan también “la trincada” y
“destrincada”** que es un trabajo de alto
riesgo en barcos contenedores.
En los barcos herreros se han dado graves
accidentes, y el pago es 0,30 dólares por
tonelada los cuales se dividen entre toda la
cuadrilla que esta integrada por 15 o 16
personas.
Mil toneladas se están sacando en un
promedio de 10 horas, dependiendo del tipo
de producto. Por esa cantidad, cada persona
recibe 20 dólares, y por eso es que es
triste la situación económica en Acajutla,
cuando en otros tiempos fue una ciudad
productiva y pujante.
-¿Cuáles eran las conquistas que tenían los
trabajadores en las prestaciones del
Contrato Colectivo antes de la
privatización?
(G)- Aparte de las prestaciones de ley,
teníamos vacaciones, aguinaldos y un sueldo
mucho mayor. Una bonificación anual, gastos
de medicinas, útiles escolares, uniformes,
calzados para los hijos de los trabajadores.
El salario base era de 380 dólares
trabajando
las 8 horas. Trabajando con barcos herreros,
podías lograr entre 230 a 340 dólares
adicionales. Al actual sueldo raquítico que
tienen los trabajadores, se suma lo caro
que están los combustibles, que aumenta el costo de vida. Antes, cuando iba a
trabajar a un barco la gente venía feliz ya
que se pagaban las horas extras y la
nocturnidad.
Ahora la gente hasta para ir al baño tiene
el tiempo limitado, no hay ni siquiera horas
de receso para la comida que todo mundo
tiene derecho aquí y en China. Yo me
doy cuenta de los salarios que tienen los
estibadores en Estados Unidos y otros
países, por ejemplo, se puede vivir
dignamente como seres humanos. Pero en
nuestro medio se vive raquíticamente. El
sueldo no alcanza ni para la alimentación.
-¿Cómo resumirían los retos?
(R)- Tenemos el reto de lograr lo básico,
una mejor remuneración a la actual. Ver si
podemos llegar a una negociación colectiva
para que no sigan explotando a tanto
trabajador en el puerto de Acajutla. También
queremos “rescatar” la hora de comida. Es un
instante sagrado en donde hasta eso se
coarta. Y luego, por qué no, con el respaldo
de las organizaciones internacionales, hacer
presión al gobierno para que se deje de
estar intimidando y explotando a la
población del puerto de Acajutla.
|