Propietaria de plantas en Perú, Bolivia y Puerto Rico,
Gloria S.A.
ha registrado en los últimos años un crecimiento cercano al
14 por ciento anual. El lucro obtenido con los lácteos le
permitió al grupo Jorbsa –propietario de la firma– afrontar
sin demasiados dramas el fracaso de sus intentos de
participar en el mercado eléctrico de Perú.
A comienzos de este año deberían haber comenzado las
negociaciones entre
Gloria S.A. y el sindicato de la planta de
Lima, única en la que existe una organización gremial
realmente representativa de los trabajadores. Sin embargo,
la empresa se ha dedicado sistemáticamente a boicotear el
proceso tendiente a lograr un convenio colectivo.
Sus primeras acciones consistieron en desconocer la
representación del sindicato, intentando, una vez más, que
los delegados obreros fueran del gusto de la empresa.
Posteriormente los personeros de la empresa dejaron de
concurrir a las instancias de conciliación convocadas por el
Ministerio de Trabajo de Perú. Como único argumento
esgrimieron que la delegación obrera no era de su agrado,
que se trataba de rebeldes, terroristas, etcétera. Ya
faltaron a dos reuniones y no se sabe qué actitud tomarán
con la próxima convocada para el jueves 3 de marzo.
La última maniobra, hasta el momento, ha sido tratar de
comprar la desafiliación de los trabajadores. Los directivos
de la empresa convocaron a 147 de ellos, a los que se les ha
ofrecido entre 500 y 700 nuevos soles (entre 170 y 235
dólares) a cambio de que se desafiliaran del sindicato. Esto
quiere decir que la empresa está dispuesta a desembolsar
entre 25.000 y 35.000 dólares mensualmente para darse el
lujo de no tener sindicato. Quizás si utilizara esos fondos
como piso para la negociación con el sindicato sería posible
avanzar sustancialmente de las previsiones de un aumento de
30 soles, que es la que quiere imponer para este año,
facilitando de esa manera el proceso de discusión del
convenio colectivo. Lamentablemente, a estos empresarios
parece no importarles la estabilidad de la empresa con tal
de desembarazarse del sindicato. ¿Qué otros ataques a los
derechos de sus trabajadores estarán planificando que no
dudan en hacer una “inversión” tan costosa para un resultado
tan incierto?
Felipe Fernández, secretario general del sindicato, nos dijo
que de todas maneras los esfuerzos de la empresa han sido
vanos. “Los trabajadores
hemos abierto los ojos. Estamos analizando con sumo cuidado
la información económica de la empresa y no nos engañan”,
señaló, agregando que habían rechazado masivamente la oferta
de la dirección de
Gloria S.A. y que continuaban firmes en sus
reivindicaciones.
Ariel Celiberti
© Rel-UITA
24 de febrero de 2005