Luego de
recibir a más de 100 trabajadores tabacaleros de la empresa Monte Paz, el lunes
14 a las 9 de la mañana, los 45 despedidos de Philip Morris Uruguay abandonaron
las instalaciones de la transnacional ubicada en el Centro de Montevideo. Se
vivieron momentos de gran emotividad, de indignación, pero apretando los dientes
el Sindicato Autónomo Tabacalero (SAT) escribió una nueva página de dignidad en
su historia.
“Ayer fue un
día difícil –dice Gerardo Pereira, secretario general del SAT,
apenas unas horas después de la desocupación-. Era la última jornada que
pasaríamos dentro de la planta, y en algunos casos, como el mío, que tengo 50
años de edad, los 29 que pasé entre esas máquinas representan más de la mitad de
mi vida.
El más joven
de entre nosotros tiene 26 años, y hacía ocho que había entrado en la empresa”.
Pereira
hace un esfuerzo por contener las sensaciones que esta vivencia comienzan a
despertar en él, como seguramente ocurre en todas y todos los despedidos de
Philip Morris Uruguay.
Salir a la
calle dando fin a 25 días de ocupación era, al mismo tiempo, despedirse
definitivamente de un lugar que durante muchos años representó el escenario
cotidiano del encuentro con el compañero, la compañera, los amigos,
prácticamente la familia que allí se había forjado en la convivencia diaria.
“Esta
transnacional violó todo lo acordado en la Convención Colectiva –denuncia
Pereira-; destrozó absolutamente todo, lo que es sin duda un fuerte golpe
emotivo y psicológico para todos.
Estamos
convencidos de que este cierre es un chantaje contra el Estado uruguayo, y
nosotros fuimos los rehenes de esa estrategia global de Philip Morris”.
Pereira
resaltó que “Afortunadamente recibimos el acompañamiento de los compañeros y
compañeras trabajadores de Monte Paz, que realizaron un paro parcial para estar
con nosotros en el momento de entregar la planta.
Fue un
momento muy difícil, pero había que pasarlo”, reconoce.
Los 45
despedidos, acompañados por unas 150 personas, realizaron una conferencia de
prensa en la calle, frente a la fábrica de Philip Morris, en la cual
informaron las razones del cierre a una importante cantidad de medios de
comunicación que se hicieron presentes, así como los resultados de las gestiones
que han venido haciendo en las últimas semanas.
Luego,
marcharon por varias avenidas hasta la sede del SAT, ubicada a unos tres
kilómetros de allí.
El balance de
lo actuado hasta ahora implica que la transnacional pagará la indemnización
legal más una cantidad extra a cada despedido, mantendrá el servicio de salud
hasta su fallecimiento para los 61 trabajadores que ya estaban jubilados antes
del cierre, y para los cuatro que ahora quedan en prejubilación. Además, tres
trabajadores con enfermedades crónicas conservarán la asistencia de salud
durante dos años, y los demás durante un año.
Estamos convencidos de que este cierre es un chantaje contra el
Estado uruguayo, y nosotros fuimos los rehenes de esa estrategia
global de Philip Morris |
También se ha
obtenido el compromiso de la tabacalera Monte Paz de incorporar a tres
trabajadoras en febrero de 2012 y a tres trabajadores en abril del mismo año, y
prosiguen las tratativas por más empleos con la propia Monte Paz y con
otras industrias con el apoyo de Presidencia y Vicepresidencia de la República,
y de las Comisiones de Industria de ambas Cámaras parlamentarias.
Este aspecto
será objeto de un seguimiento constante por parte de una Comisión de Bolsa de
Trabajo que será designada en la próxima Asamblea prevista para esta misma
semana.
En adelante
se realizarán reuniones semanales para informar a los interesados sobre la
marcha de estas gestiones.
Pereira
resaltó “el apoyo incondicional y permanente de la Rel-UITA, no
sólo abriendo puertas para la difusión y para establecer contactos al más alto
nivel, sino también en la propia ocupación, donde todos los días nos acompañó el
secretario regional Gerardo Iglesias hasta que debió marcharse a la XIV
Conferencia Regional de la UITA en Mar del Plata. Pero, igualmente, el
apoyo continuó por intermedio del compañero Gustavo Villarreal
que estuvo en todo momento, en todas las reuniones, y hoy mismo en la
desocupación -señaló-.
Cuando
comenzamos la ocupación dijimos que de allí saldríamos todos juntos, y es
reconfortante comprobar hoy, que así fue”, concluyó Pereira.
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