España
Precariedad
laboral prematura y alevosa |
Actualmente son pocos,
entre los 8 millones de jóvenes españoles, los que perciben
la precariedad en términos de temporalidad. Por esta razón,
la Secretaría de Juventud de CCOO ha realizado un estudio
sobre las nuevas formas de precariedad, analizando la visión
que de ésta poseen los jóvenes. ¿Qué es y cómo viven los
jóvenes el trabajo precario y cuáles son sus elementos
determinantes?
El estudio realiza tres grupos
de entrevistas:
(I) Jóvenes que no han superado
la enseñanza obligatoria.
(II) Jóvenes de nivel educativo
medio o superior (FP o universidad) que no ejercen
actividades propias de su formación.
(III) Jóvenes con nivel
formativo medio o alto que realizan su actividad en el
sector para el que han sido formados.
Las conclusiones del estudio son
nada halagüeñas. Existe una absoluta coincidencia en la
percepción de la precariedad por parte de los tres
colectivos: la precariedad es entendida como una
característica natural, necesaria e inevitable del mercado
laboral. Desde el punto de vista sindical llama la atención
además el hecho de que en ninguna de las entrevistas haya
referencias a la negociación colectiva, órganos de
representación de los trabajadores, etc. Es decir, los tres
colectivos asumen las relaciones laborales como un fenómeno
individualizado donde la única posibilidad de mejora es
también individual.
Para los jóvenes del Grupo I la
precariedad no es vivida como temporalidad ya que ésta se
asume como un dato objetivo. De hecho, ni siquiera
consideran un contrato indefinido como una garantía de
estabilidad. Desde su percepción, la eventualidad no define
tanto un tipo de trabajo sino el trabajo en general. Para
estos jóvenes el trabajo ha perdido todo aliciente en la
medida en que no esperan mejora alguna (en todo caso
movimiento horizontal de un trabajo precario a otro) y de
algún modo conciben su situación como merecida y vinculada a
su pobre formación. Por eso la precariedad la perciben
exclusivamente como salario escaso. Cualquier otra
característica que desde otro punto de vista pudiéramos
entender como precaria es naturalizada y asumida.
En el caso del Grupo II, la
noción de precariedad se amplía. Entienden que existen
posibilidades de mejora y su situación particular no es
aceptada como merecida. El salario también es uno de los
determinantes de su visión de la precariedad, pero ya no
sólo por la carga de trabajo, sino por su contenido. Para
ellos precariedad es ante todo sobrecualificación
-licenciados en derecho, por ejemplo, que realizan labores
de auxiliar administrativo-. Entienden que su formación
pudiera dar réditos en algún momento y en este sentido ven
la precariedad como una etapa natural y transitoria hacia
empleos adecuados. Finalmente, en el caso de los jóvenes del
Grupo III, existe una relativa satisfacción laboral
vinculada al hecho de que se consideren unos privilegiados.
Asumen la misma naturalización de la precariedad, de tal
modo que lo que en realidad habría de ser normal, que el
empleo y la formación se correspondan, se concibe como una
anomalía.
Esta sensación se acrecienta en
aquellos jóvenes que han pasado por los trabajos del grupo
II. Por esta razón, el salario pierde peso en su concepción
de la precariedad ya que consideran pago suficiente poder
trabajar en aquellos para lo que han sido preparados. ¿Cómo
enfrentar sindicalmente este fracaso social que ha llevado a
los jóvenes españoles a asumir que la precariedad laboral es
la condición natural de todo trabajo? En el 8º Congreso
Confederal de CCOO hemos querido hacernos conscientes de los
retos de la precariedad. En CCOO sabemos que no puede
construirse un empleo de calidad sobre la base de nuevas
formas de precariedad y que acabar con la precariedad no es
acabar sólo con la temporalidad. En este Congreso nos hemos
comprometido a realizar un esfuerzo negociador a favor de la
igualdad de trato en el empleo y en las condiciones
laborales de quienes tienen contratos eventuales. CCOO se
fijará este objetivo en la Negociación Colectiva: ningún
Convenio con cláusulas discriminatorias directas o
indirectas. Promoveremos la igualdad de los jóvenes mediante
la regulación de aspectos como las condiciones de acceso al
empleo y las modalidades de contratación; la transformación
de contratos temporales en fijos y la prevención de
accidentes; prestaremos especial atención a la igualdad
salarial, oponiéndonos a las dobles escalas. En el mismo
sentido, pondremos en marcha campañas contra el fraude en la
contratación, identificando los sectores de actividad y
empresas con mayores niveles de precariedad. Combinaremos
esta acción en las empresas con la intervención de la
Inspección de Trabajo.
La precariedad no es un
sarpullido juvenil que se cure con los años, sino una
enfermedad social que dejará estigmas futuros en el Estado
de bienestar, el sistema de pensiones y el tejido
productivo. Por eso en CCOO trabajamos para hacerle frente.
Adrián Fernández Martín
*
Convenio La
Insignia / Rel-UITA
26 de
julio del 2004
(*) Secretario general del
Sindicato de Enseñanza de CCOO de La Coruña (España).
|