La Asociación
de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina
(ATILRA) se encuentra en sesión permanente en seguimiento del virtual
lock-out que el Grupo Taselli impuso en sus plantas, adquiridas a la ex
Parmalat. Están en riesgo casi 900 fuentes de trabajo.
En la mañana del pasado
31 de enero, centenares de trabajadores y trabajadoras que se
encontraban acampando en la localidad de Pilar convocados por ATILRA,
cortaron la ruta 2 a la altura de Chascomús. La ruta 2 es la que une a
la capital, Buenos Aires, con los balnearios del sur, y a fin de enero
se produce el recambio de veraneantes lo que supone un intenso tránsito.
Cuando el embotellamiento llegó a tener casi diez kilómetros, la Policía
cargó sobre los manifestantes y despejó la ruta.
La acción de los trabajadores movilizó al ministro de Trabajo, Carlos
Tomada, quien los convocó con urgencia junto a Sergio Taselli, titular
de las plantas de la ex Parmalat, entre las que se encuentra la
de Gándara, ubicada en aquella zona. En esta planta los trabajadores y
trabajadoras dejaron de percibir sus salarios hace cuatro meses, y en
todas las gestionadas por Taselli no se recibe leche desde hace meses.
Consultado por Rel-UITA, Héctor Ponce, secretario general de ATILRA,
evaluó la situación: “Tuvimos una audiencia en el Ministerio de Trabajo,
en la cual nos dictaron una conciliación obligatoria, instancia que
nosotros rechazamos porque creemos que no se ajusta a derecho”.
-¿Por qué?
-Porque se ha configurado lo que se llama “Excepción de incumplimiento
contractual”. Más allá de la falta de reactivación real de estas
empresas y del evidente lock-out patronal al haberla vaciado de su
contenido esencial que es la leche, se están debiendo cuatro meses de
sueldo y el medio aguinaldo de diciembre. Nuestra legislación establece
claramente que el pago de la remuneración en término es la obligación
esencial del empleador, es un evento que se encuentra en el corazón del
contrato entre empleado y empleador, y dado su carácter alimentario, su
inobservancia no puede excusarse por ningún motivo. Por tanto, cuando el
empleador no paga el trabajador queda relevado de su obligación de
prestar servicio, y esto es lo que se configura en este caso. La
conciliación obligatoria corresponde cuando hay derechos en conflicto, y
entonces es lógico que los trabajadores se mantengan en sus puestos,
pero aquí hay incumplimiento contractual ostensible y reiterado del
empleador.
-¿Y entonces?
-Nos declaramos en
sesión permanente, y con un Plenario de secretarios generales estamos
observando y vigilando cuál será el proceder de la empresa en las
próximas horas, esto es si pagará los sueldos o no, y en función de eso
tomaremos nuestras decisiones que seguramente involucrarán a toda
nuestra organización sindical. Obviamente tenemos en carpeta una serie
de medidas, entre ellas un paro total de la actividad lechera en todo el
país.
-¿Cuántos trabajadores hay en la lechería?
-Somos 25 mil trabajadores y trabajadoras en todo el país. Iremos
tomando decisiones a medida que se desarrollen los acontecimientos.
-¿Cuál es el ánimo de la gente?
-A pesar de lo angustiante de la situación, del desgaste de los
trabajadores y sus familias, del deterioro económico y social grave que
padecen, creo que la moral de “la tropa” es excelente. Influye mucho en
esto el aliento, el apoyo y la solidaridad permanente que estamos
recibiendo de todos los demás trabajadores del sector en el país. Para
nosotros, como organización sindical, esto es de un valor enorme y nos
ayuda muchísimo.
-¿Cómo solucionan el día a día quienes hace tanto tiempo que no
reciben un ingreso?
-Los estamos apoyando en la medida de nuestras posibilidades con la
solidaridad del Sindicato y de los demás trabajadores. Distribuimos
alimentos entre las familias, pero la situación se agrava
constantemente. Mientras estuvimos acampados allá en Pilar mantuvimos
una olla popular, y se está sobreviviendo gracias a la solidaridad de
los compañeros.
-¿Qué esperan para las próximas horas?
-Estamos abiertos a mantener contactos para encontrar soluciones de
fondo, reales, que le aporten seguridad a los trabajadores. Mientras
tanto, continuamos movilizados y en sesión permanente.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
3 de febrero de 2006