Pecotche
no oculta que su elección al frente de la Seccional Chascomús de
ATILRA marcó una voluntad de cambio total en la orientación y el
estilo de conducción. Sencillez, llaneza, espontaneidad... Pecotche
sabe que está al frente de un sindicato en el que lo que cuenta es
la transparencia. Su firmeza proviene de su gente.
-¿Cuánto hace que trabajás
acá?
-El 16 de mayo voy a cumplir 20 años en la empresa y el
pasado 6 de enero de 2006 hizo cuatro años que soy secretario general de
ATILRA, Seccional Chascomús.
-¿Cómo empezó el
decaimiento de Gándara?
-Esto comenzó a venirse a pique hace aproximadamente 15 años,
cuando falleció el dueño, don Carlos Rodríguez, padre de los chicos que
después se hicieron cargo de la fábrica. Ellos recibieron una empresa que en
esos momentos procesaba aproximadamente 600 mil litros de leche diarios,
llegó a trabajar con más de 500 operarios y fabricaba en aquellos momentos
180 mil litros de yogur por día, que en botella de litro entonces era furor.
Los hijos comenzaron a agarrar plata “con la pala”, como decimos nosotros;
quisieron expandirse y compraron distintas fabriquitas y pretendieron que
las otras plantas fuesen lo que era Gándara, con toda su capacidad
productiva. Pero las otras no daban ganancias como se esperaba, y Gándara no
podía enjugar todas las pérdidas de distintos rubros que habían encarado
como la compra de la fábrica de pastas “La Romagnola”, habían comprado “Cruz
del Sur” en Tandil, que después la cerraron, y también una fábrica de jugos
en Entre Ríos; distintos emprendimientos que llevaron a que se terminaran
fundiendo, esa es la realidad. Gándara y Lactona-Lezama, que eran del grupo,
no eran suficientes para mantener esa estructura y vino la debacle: la venta
de Gándara a Parmalat en 1992. En ese momento la vendieron bien
porque Gándara todavía era fuerte, estaba tercera en ventas en dulces detrás
de Sancor y La Serenísima. Se vendió por lo que facturaba anualmente, que en
ese momento eran unos 150 millones de dólares anuales. Cuando compró Gándara
Parmalat prácticamente no existía en el mercado argentino, quiso
anexarse Gándara y ubicarse segunda o tercera, pero hizo todo lo contrario:
en lugar de mantenerse en ese puesto la marca desapareció del mercado. En
ese momento nos preguntábamos a qué había venido Parmalat a la
Argentina. Pensábamos que a lavar dinero, otra explicación no había porque
veíamos los manejos que hacían con la producción. Decíamos: “Esta gente no
viene a producir, no viene a ganar plata produciendo, viene a lavar dinero”.
Y bueno, terminó en la quiebra y en el fraude que tuvo escala mundial.
Las cifras
de Gándara
*
Gándara
exportaba dulce de leche a Estados Unidos, Italia, Arabia,
Israel, México, Brasil. Puede producir 50 mil kilos de dulce por
día. Fabricaba también grandes cantidades de dulce Kosher, dulce
especial para la gente del rabinato.
*
Cuando
fue adquirida por Parmalat Gándara tenía el 25% del
mercado y Parmalat el 3%. Su proyecto estratégico fue
sumarle la parte de Gándara a Parmalat para abarcar el
28% del mercado. La sustitución de la marca Gándara por la de
Parmalat –rechazada por el público– provocó que en un año y
medio ambas plantas juntas apenas cubrían el 3% del mercado
*
Durante
mucho tiempo fue la tercera usina generadora de productos
lácteos del país. Su principal competidor era La Serenísima que,
en la actualidad tiene casi el monopolio.
*
En la
última etapa trabajan apenas 12 mujeres, pero en los momentos de
mayor actividad llegaron a ser más de 50.
*
En los
momentos de mayor producción, la planta de Gándara fabricaba
yogur a la plena capacidad de sus máquinas, más 190 mil litros
diarios de leche cultivada y recibía tanta leche de los tambos
que llegó a procesar 680 mil litros diarios. Hoy no recibe ni un
solo litro. |
-¿Mientras estuvo aquí, Parmalat cerró esta planta?
-Un 17 de septiembre, un feriado, realizamos la primera
medida de fuerza ante el intento de Parmalat de empezar a vaciar la
planta Gándara, desmantelando la sección de quesos blandos y trasladándola
al Parque Industrial Pilar, donde estaban todos los directivos. En ese
momento convocamos a elecciones y yo ingresé como secretario general. Y al
poco tiempo de haber asumido en la Comisión de la Seccional y ya con Héctor
Ponce
como secretario general
a nivel nacional, ahí fue la primera medida de
fuerza donde le paramos las dos plantas a Parmalat, la de Gándara y
la de Pilar. Después vino la quiebra de Parmalat a nivel mundial y en
diciembre de 2004, en Italia, se hizo cargo Sergio Tasselli. Desde que este
señor adquirió el paquete accionario lo único que hemos hecho durante este
último año es tomar medidas de precaución. Una de las primeras inquietudes
de Ponce como secretario general fue advertir al Ministerio de Trabajo,
Carlos Tomada, en una reunión mantenida con Sergio Tasselli, que no teníamos
confianza en este grupo empresarial, que la entidad gremial no confiaba en
lo que prometían –reactivar y poner a producir las plantas– por los
antecedentes que tenía este señor. Y realmente fue así, por más que Tasselli
decía que de la noche a la mañana iba a comenzar a trabajar 500 mil litros
de leche diarios, mientras que Héctor Ponce, por conocer del mercado y saber
que no era fácil conseguir la materia prima, le decía que eso no era
posible. En definitiva, terminó haciendo lo que nuestro secretario general
advertía, terminó en esto que es la misma política de vaciamiento que lleva
a cabo en todas las empresas que tiene en el país. Hoy por hoy Sergio
Tasselli es conocido en toda la Argentina, un poco por nuestras denuncias, y
mucho por lo que ha hecho en otras empresas.
-¿Esa venta no pudo haber
sido impedida por el gobierno argentino?
-En ese momento Tasselli debe haber tenido alguna mano del
Estado argentino para comprarla, porque lo hizo directamente en Italia.
Conocíamos la existencia de 20 oferentes interesados en comprar el paquete
accionario de Parmalat, inclusive conocimos a uno de ellos, de la
provincia de Santa Fe, que hasta vino a conocer la planta de Gándara;
ofreció 6 millones de dólares para quedarse con el paquete y no se la
vendieron. Pero Tasselli se quedó con todo por 1 euro, sí, un euro
simbólico. Eso ya declaró él en distintos medios de comunicación, como
jactándose de la forma en que la había comprado.
-¿La empresa tiene deudas?
-Aparentemente está concursada por una deuda de 170 millones
de pesos. Tasselli se hizo cargo del paquete accionario por la deuda que
tenía la empresa, pero no pagó nada porque la puso en concordato a los 10
días. Es decir que no solamente no pagó lo que debía sino que fue
incrementando la deuda inclusive después de la presentación del llamado a
acreedores.
-¿Alguna vez se reunieron
con Tasselli?
-Tuve una sola reunión con él, cuando recién se hizo cargo y
vino a la planta a prometer que él iba a hacer producir a la empresa y todo
lo demás, y me acuerdo que le dije que no nos jugara de mala leche porque
nosotros íbamos a responder, y eso es lo que pasó. No cumplió nunca, y
tampoco le creímos nunca lo que prometió, pero bueno, uno siempre tiene que
tener esperanzas en que el patrón tiene la intención de producir, pero la
realidad fue que todo lo que dijo era una mentira.
-¿Cuál es la situación
ahora?
-Después de la última medida de fuerza que llevamos a cabo el
martes 31 de enero, las autoridades nacionales nos han prestado atención, y
ha intervenido, como debe hacerlo, el Ministerio de Trabajo, que se había
portado muy mal con nosotros. El ministro Tomada trató en todo momento de
esquivar las reuniones y ni siquiera conseguíamos que Tasselli llegara al
Ministerio a negociar como debía hacerlo. Hoy tuvo que acceder a ir al
Ministerio de Trabajo y la empresa ha empezado a pagar salarios caídos y
proponiendo un plan de pagos. Ante las intimaciones del Ministerio está
pidiendo la reposición de los servicios de luz, energía, gas y todo lo que
sea necesario para que la planta pueda reactivarse. Lo que queremos en
definitiva es que este señor se vaya, que venda o que permita que alguien
pueda hacerse cargo de las dos plantas, en conjunto o por separado. Pero de
él no queremos ninguna promesa de reactivación porque no ha cumplido con
nada.
Nosotros, como trabajadores, el gremio a nivel nacional
encabezado por Héctor Luis Ponce, y gente un grupo de asesores terminamos de
armar un proyecto de una cooperativa de trabajadores, pero también somos
conscientes, como dice Ponce, de que para ese proyecto la mano de obra está,
las maquinarias están, el saber está, y tenemos una marca líder como
Gándara; falta el capital. Hoy por hoy, la cantidad de dinero que se
necesita para poner a producir las dos plantas para el gobierno equivale al
precio de una caja de fósforos.
-¿Cómo hacen para
sobrellevar económicamente esta situación que lleva cuatro meses?
-Cuando se cortaron definitivamente los pagos de los salarios
lo primero que recibimos fue una ayuda del mismo gremio; tenemos un fondo
solidario al que aportan las empresas y los trabajadores. El gremio actuó
como debía actuar y realizó una ayuda económica y en alimentos que fue
concretada justo antes del 25 de diciembre. Y en la semana entre el 25 y el
31 de diciembre la empresa abonó 400 pesos que se consiguieron después de
una medida de fuerza, luego hubo otro depósito de 400 y pico de pesos y hoy
estamos recibiendo, gracias a las movilizaciones y medidas de fuerza, una
propuesta de pago de todo lo adeudado, de lo cual ya se efectivizado una
parte de 400 pesos y estarían depositando y terminando de pagar en estas
horas los sueldos de noviembre.
-¿Cuál está siendo el papel
de ATILRA en todo esto?
-Ha sido fundamental. Hoy los compañeros son conscientes de
que si no tuviéramos al gremio que tenemos, que cambió hace cuatro años
cuando ingresó la nueva conducción, hoy estábamos todos en la calle. Hoy no
hay político que pueda venir y hacerle pensar lo contrario a un compañero.
En el gremio ha sido un cambio total. El gremio ha estado actuando en todo
sentido, no solamente con lo que ha sido la ayuda económica por la falta de
cobro, de alimentos, se están cubriendo las necesidades de obra social sin
recibir aportes de la parte empresaria, hoy tenemos una deuda en el concurso
de más de 400 mil pesos de parte de la empresa que desde hace un año, cuando
se hizo cargo, hasta ahora no ha pagado los aportes Sin embargo, el gremio
ha mantenido el derecho a la obra social, mutual y demás a todos los
trabajadores. Si no hubiese sido por el gremio hoy no existíamos como
trabajadores, quizás estaríamos con algún Plan Trabajar, esa es la realidad.
El rol del Consejo del gremio ha sido fundamental, y quiero
subrayar también el apoyo que hemos tenido de todos los compañeros del país,
eso es impagable, porque, en definitiva, el Consejo Directivo y el
Secretariado no hacemos sino cumplir con el mandato de quienes nos pusieron
al frente del gremio cuando nos votaron, pero la gente que ha venido de
afuera, en algunos casos viajando más de mil de kilómetros, perdiendo
salarios, perdiendo premios, para acompañarnos a nosotros, esa solidaridad
que hemos recibido es conmovedora. Es algo que nos ha hecho entender Héctor
Ponce a lo largo de estos cuatro años, porque también en algún momento
nosotros hemos concurrido a otros lugares a solidarizarnos con compañeros
que tenían problemas.
Lo que quiero trasmitir es que los chicos que represento acá
en mi seccional y también los de Pilar, estamos con el ánimo más alto que
nunca. Así que si este señor en algún momento pensó que nos iba a quebrar,
se equivocó rotundamente. A medida que pasa el tiempo nos vamos
fortaleciendo porque estamos viendo que el Sindicato tiene respuestas a las
mañas que emplea este señor para debilitarnos.
Desde Argentina, Carlos
Amorín
© Rel-UITA
15 de febrero de 2006
* Secretario general de
ATILRA, seccional Chascomús.
Fotos:
Nelson Arrondo - Crónica Sindical