Argentina

INFORME ESPECIAL

Parmalat - Argentina

Héctor Lissalt, 57 años, 30 de ellos trabajando en Gándara

Esta fábrica es mi vida

 

-¿Qué significa para vos ver todo esto así?

-Es un momento es muy triste para quienes hemos luchado tanto por esto, es realmente triste. He trabajado acá desde muy joven, y esto es una tristeza muy grande para mí y para mi familia también, porque mi señora trabajó unos años en la planta. Vivimos durante 17 años aquí, frente a la fábrica; mis dos hijos varones se criaron acá.

 

-¿Y por qué se fueron?

-Nos trasladamos a Chascomús, compramos casa allá hace unos 12 años. Uno trabajó con tanto esmero, porque es un producto que llega al lactante y hay que poner todo de uno para que ese producto llegue a la mesa de la familia en sus mejores condiciones... el esmero que uno ha puesto... las horas de trabajo... el tiempo que trabajamos a full. Hemos sido líderes en venta de dulces, en venta de yogur bebible, era un orgullo trabajar acá. Gándara ha sido todo para mí, me ha dado todo, he criado a mi familia, he comprado mi casa...

 

-¿Y qué sentís ahora?

-Siento que nos robaron la dignidad como hombres de trabajo; nos dio una frustración terrible. Nos dejaron de un momento a otro en la calle, sin sueldo, sin trabajo, y ver la planta parada y cómo se está deteriorando es algo que a uno le duele, y a mi familia también; estamos todos muy mal.

 

-¿Este deterioro empezó con Parmalat?

-Sí. De ahí comenzamos a declinar, siendo que teníamos una planta y una empresa que trabajaba con 300 mil litros de leche de la zona, de la Cuenca de Gándara, sumados a más de 100 mil litros que venían de afuera. Había días que recibíamos entre 400 y 500 mil litros de leche, se elaboraban 220 mil litros por día de yogur, se hacían quesos, se envasaba leche; es algo en lo que prácticamente hemos puesto una vida, con esmero y sacrificio, y con orgullo, porque nuestros productos eran líderes en el mercado y ahora esto nos frustra totalmente, anímicamente.

 

-¿Y qué esperás ahora?

-Que se reactive la fábrica para poder seguir trabajando.

 

-¿Pensás que eso va a ocurrir?

-Tengo fe en que sí, como van las cosas y con la lucha que estamos dando pienso que habrá buenos frutos.

 

-Si alguien de quienes tienen que definir qué es lo que va a pasar con esto te estuviese escuchando, ¿qué le dirías para convencerlo?

-En principio, le explicaría lo que es Gándara, una marca líder, hemos estado en los primeros puestos en ventas y en calidad, la parte humana con la que se cuenta, el personal capacitado, con muchos años en la planta, que conoce muy bien el trabajo. Simplemente sería poner las máquinas a punto, hacer un poco de mantenimiento y arrancar.

 

-¿Cuál es tu cargo en la planta?

-Soy jefe de recepción de leche, he cumplido los 30 años en ese sector y hace 25 años que tengo gente a mi cargo. Llegué a tener 25 personas en mi sección, pero ahora éramos apenas 15. Esto es un drama para un grupo importante de gente.

 

-¿En Chascomús se siente?

-Sí, se siente en todo sentido. En Chascomús viven entre 40 y 45 mil personas, y esto es una cadena; nosotros dejamos de aportar en los comercios y en todo. Ahora somos 220 personas, pero en sus buenos tiempos llegamos a ser más de 400 familias que vivíamos de esto.

 

 

Desde Argentina, Carlos Amorín

© Rel-UITA

16 de febrero de 2006

Fotos: Nelson Arrondo - Crónica Sindical

 

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