Los
empleados y miembros del sindicato de la industria láctea permanecieron
en la ruta 2, a la altura del kilómetro 103, desde poco después de las
9.30 hasta pasadas las 12.30, cuando se enteraron que el empresario a
cargo de la ex Gándara, Sergio Taselli, estaba reunido con el ministro
de Trabajo, Carlos Tomada, para buscar una salida a la crisis.
La
sorpresiva protesta -en la que se quemaron gran cantidad de neumáticos,
lo que produjo espesas columnas de humo negro, y se arrojaron cientos de
volantes- generó un gran atascamiento de tránsito en los carriles que
unen a la costa atlántica con la Capital Federal, en un día clave de
recambio turístico.
Una fila
de seis kilómetros de largo con vehículos detenidos se fue formando
hacia el mediodía, hasta que alrededor de las 12.40, al liberarse la
vía, lentamente los automovilistas pudieron reanudar sus viajes.
La
protesta alcanzó dos picos de tensión en la que unos 200 policías
bonaerenses y guardias de infantería, además de policías montadas,
apoyados por helicópteros, intentaron desalojar la ruta avanzando en
bloque hacia los trabajadores.
Como los
manifestantes rehusaban abandonar la ruta, los policías los empujaron a
palazos y les arrojaron gases lacrimógenos, y por lo menos dos
trabajadores resultaron afectados: uno recibió fuertes golpes en su
rostro y el otro se desmayó.
La
intendenta de Chascomús, Liliana Denot, se presentó en el lugar apenas
comenzaron los incidentes, alrededor de las 11, y luego de dialogar con
los trabajadores, de cuyo problema estaba al tanto, dijo que había
acordado que liberaran la ruta, pero que continuarían la protesta "para
que se conozca su situación".
Sin
embargo, si bien los empleados se colocaron a los costados de la ruta
para permitir la rehabilitación del tránsito, otros manifestantes,
pertenecientes al sindicato de la industria láctea, que habían llegado
al lugar en varios ómnibus de ese gremio, permanecieron en la ruta y
fueron nuevamente reprimidos.