Los días
20 y 21 de octubre se llevó a cabo en
Berlín, Alemania, el Congreso de la
Federación Europea de Sindicatos de
Alimentos, Agricultura y Turismo (EFFAT).
En él se aprobaron tres importantes
resoluciones relacionadas con América
Latina.
Colombia
Considerando que Colombia
continúa siendo el país más peligroso
para la actividad sindical y los miles
de sindicalistas que han sido asesinados
en ese país, que si bien ha habido
grandes avances en América Latina,
Colombia sigue siendo una mancha en
la reputación del continente.
El
Congreso exhortó a sus afiliadas a:
Usar toda su influencia para realizar
campaña contra el acuerdo de libre
comercio con Colombia; generar
conciencia sobre la lucha del movimiento
sindical colombiano y explorar toda
oportunidad de actividades de
solidaridad con dicho movimiento y
solicitar formalmente que no se firme un
acuerdo de libre comercio entre la
Unión Europea y el gobierno de
Álvaro Uribe.
Honduras
Desde el pasado 28 de junio el pueblo
hondureño es rehén de un grupo
cívico-militar que ha quebrado la
institucionalidad democrática, desatando
una represión que ya ha costado decenas
de vidas humanas, ha clausurado los
medios de comunicación opositores y
despreciado a la comunidad internacional
regional y global.
No obstante, el pueblo de Honduras
continúa resistiendo pacíficamente,
reclamando un diálogo sincero y una
solución realista que reponga al
presidente derrocado y a todas las
instituciones democráticas que estaban
vigentes al momento del golpe de Estado.
Declaramos nuestra más completa
solidaridad con estos objetivos y
apoyamos las luchas y gestiones que
están desarrollando diversos actores
políticos y sociales para alcanzar la
libertad y la democracia nuevamente en
Honduras.
La resistencia debe continuar.
Perú
Asimismo, rechazamos vehementemente las
prácticas antisindicales y violatorias
de los acuerdos internacionales y la
legislación nacional que se han
convertido en moneda corriente en
Perú, bajo la mirada indiferente del
gobierno.
Cuando entre los integrantes de una
sociedad se verifican situaciones tan
abismalmente diferentes en relación con
la vigencia y el respeto a los derechos
humanos y laborales, cuando empresarios
y trabajadoras y trabajadoras parecen
ciudadanos de mundos distintos, es
imposible establecer relaciones
comerciales o de otro tipo sin
transformarse en aval de tales
atropellos.
Declaramos una enfática condena contra
el clima generalizado de persecución
sindical que, con algunas pocas
excepciones, se vive en el mundo laboral
peruano.
En ese ambiente de irrespeto
democrático, no es posible la
construcción de acuerdos económicos
entre Perú y la Unión Europea.