Declaración del
Congreso General
de
Delegados del SATIF
Los delegados y
delegadas congresales del
SATIF,
participantes en el 29° Congreso
General Ordinario de Delegados, nos
hemos reunido en
San
Jorge,
Provincia de Santa Fe,
durante días 27 al 29 de abril de
2010, para dar testimonio de
nuestro compromiso con la defensa
del medio ambiente, de la salud de
la población en general y de los
trabajadores y trabajadoras en
particular.
Quizás a algunos les
sorprenda o llame la atención que un
grupo de sindicatos hayamos decidido
participar en el debate, respecto a
los agrotóxicos, la soja transgénica
y al uso del
glifosato.
Son los que piensan que la única
función de los sindicatos es
discutir salarios y, cuando se
puede, condiciones de trabajo. Esto
es un grave error.
La función de los
sindicatos en las sociedades
modernas es defender los intereses
de los trabajadores y trabajadoras.
Y, tal como dice la Ley Sindical,
ello significa que la función de los
sindicatos consiste en luchar por la
plena realización del trabajador
como persona.
Por lo tanto, nuestra preocupación
por nuestros compañeros no comienza
cuando ingresan a la fábrica, ni
termina cuando se retiran. Nuestro
compromiso con ellos no dura ocho
horas, seis días a la semana.
Todo lo que les
suceda nos concierne. Y mucho más
cuando se trata de su salud y la de
su familia. No es casual que las
obras sociales hayan sido creadas
por los sindicatos hace más de
cincuenta años. Ellas existían antes
de que la legislación las
reconociera.
El derecho a la salud
y a la vida es un derecho humano
fundamental. Es el primer derecho
humano. Y cobra particular
significación cuando se trata de los
trabajadores, ya que de su salud
depende su capacidad para ganar su
sustento y el de su familia.
Y es con esa
legitimación con la que pretendemos
intervenir en el debate sobre la
utilización de los agrotóxicos y del
glifosato
en
la soja transgénica.
No es casual que nos
sumemos ahora a este debate.
Nuestras obras sociales registran un
inusual y progresivo aumento de
determinadas patologías entre
nuestros representados. Este es un
dato objetivo y comprobable.
Sabemos que ese incremento de graves
enfermedades y de niños nacidos con
malformaciones, coincide con el
tremendo aumento del cultivo de la
soja en nuestro país, y en Santa Fe
en particular, y el proporcional
aumento del uso del glifosato.
¿Una coincidencia?
No lo sabemos con certeza, y por
eso nos sumamos al debate. Si,
sabemos que se trata de una cuestión
que toca poderosos
intereses económicos, aunque también
sabemos que involucra a pequeños y
medianos productores.
Sin embargo, tenemos
absolutamente claro que, si está en
riesgo la salud y la vida de los
trabajadores y trabajadoras, no nos
temblará el pulso para enfrentar a
los que privilegian sus intereses
económicos.
Desde que se inventaron los
agrotóxicos millones de personas han
enfermado y fallecidos intoxicados.
Un autentico genocidio que ha
afectado a mas individuos que las
guerras, los accidentes de tránsito
y el sida. Llevar a sus responsables
a la justicia es un imperativo moral
de la humanidad. Y no nos referimos
a juicios de responsabilidad civil,
que se traducen en indemnizaciones
económicas siempre tardías. Nos
referimos a juzgar su
responsabilidad criminal.
Es imprescindible
sentar en el banquillo de los
acusados a los responsables de
Monsanto,
DuPont,
Basf,
Bayer,
Chemicals
y demás empresas que enferman a
nuestros pueblos y contaminan
nuestros suelos y agua.
Por último,
sostenemos que aún en caso de duda
sobre los daños que pueden producir
los agrotóxicos a la vida humana, la
duda debe resolverse a favor de la
prohibición de su uso.
Es mil veces preferible un daño al
patrimonio de algunos, que un daño
irreversible a la salud de las
personas. Así de simple.
San Jorge, 29 de
abril de 2010
Presidente
Vicepresidente
ENRIQUE TERNY
RUBEN LENGRUBER
Secretario
Secretario
CLAUDIA EL KHOURI
VERDUN ELENA