Edna Guzmán
siente todos los días, literalmente, el resultado de años de
duro trabajo. La colombiana trabajó por 15 años en la planta
de Seatech International Inc. en Cartagena, una de las
empresas líderes en el mundo del procesamiento y venta de
atún enlatado y objeto de varias demandas judiciales de
parte de ex trabajadores. Guzmán era verificadora de
empaque y revisaba, manipulaba y controaba un promedio de
300 latas de atún por minutos
“Por eso adquirí las enfermedades por movimientos
repetitivos, trabajando de pie durante jornadas de más de 16
horas casi sin descansos. Tenía mucho dolor, pero no podía
decir nada por temor a ser despedida”, contó durante una
entrevista con Opera Mundi.
Después de haber sido alejada de la empresa sin explicación
alguna, Guzmán ayudó a fundar "Manos Muertas", una
fundación que ofrece asesoramiento legal en Cartagena a
todas las personas que sufren de LER (Lesiones por Esfuerzo
Repetitivo). De los más de 300 afiliados, casi la mitad son
trabajadores y trabajadoras de Seatech o de las
empresas tercerizadoras.
Un reciente informe de la OIT (Organización Internacional
del Trabajo) revela que cerca de 6,3 mil personas fallecen
cada día en el mundo por accidentes o enfermedades
laborales, es decir 2,3 millones al año. Además,
270 millones de trabajadores padecen de lesiones y 160
millones adquieren enfermedades profesionales.
-¿Cómo surgió la idea de crear la Fundación “Manos Muertas”?
-En 2000 comenzó una ola de despidos en varias empresas,
incluyendo donde yo trabajaba, en Seatech
International Inc. El motivo era siempre el mismo: las
personas padecían de enfermedades relacionadas con el
trabajo y no podían seguir aguantando el ritmo al que
estaban sometidas. Al final eran despedidas y nadie les
brindaba apoyo, ni velaba por sus derechos. Fue así que, en
2007, decidimos crear la fundación, cuyo objetivo es dar
asesoría legal y conocimiento a las personas enfermas sobre
sus derechos.
-¿De qué enfermedades estamos hablando?
-Son enfermedades causadas por jornadas de trabajo
masacrantes y gestos repetitivos, como el síndrome del túnel
carpiano, fibromialgia, síndrome
dolorosa miofascial, enfermedades lumbares, alteraciones
óseo-músculo-tendinosas, entre otros.
-¿Cómo eran los turnos de trabajo?
-En Seatech éramos 1.500 personas, entre obreros y
obreras, y casi nadie está contratado directamente, sino que
trabaja a través de empresas tercerizadoras. Comenzamos la
jornada a las 7 de la mañana y nunca sabemos cuándo vamos a
terminar. Son turnos de hasta 14-16 horas, casi siempre de
pie, con pocas pausas y ritmos de trabajo muy intensos.
Además, se trabaja y se gana por producción, lo que hace que
el cuerpo esté expuesto a un sobre esfuerzo para ganar un
poco más. Y muchas veces siquiera nos pagan esas horas
extras.
Después de un año, los trabajadores comienzan a tener serios
problemas de salud. Es un trabajo inhumano y esclavizante, y
las mujeres son las más afectadas: salen muy tarde de este
infierno, con dolores y tienen que hacerse cargo del hogar.
Esta situación genera mucho estrés, problemas psicológicos,
depresión y conflictos familiares.
-¿Cómo responde la empresa a las quejas?
-No tenemos derecho a reclamar y quién protesta es
despedido. Te dicen que si no te gusta, puedes irte, porque
afuera hay miles de personas que esperan ese puesto de
trabajo.
-¿Usted padece de alguna enfermedad?
-Trabajé más de 15 años como verificadora de empaque.
Tenía que revisar, manipular y controlar un promedio de 300
latas de atún por minutos.
Por eso adquirí las enfermedades por movimientos
repetitivos, trabajando de pie durante jornadas de más de 16
horas, casi sin descansos. Tenía mucho dolor, pero no podía
decir nada por temor a ser despedida. Las personas deben
tragarse su dolor. En 2009, no pude trabajar por un mes
completo. Tenía dolores insoportables, vértigos, mareos e
inflamaciones en el pecho. Regresé al trabajo, pero ya no
aguantaba estas largas jornadas de trabajo y me ausenté
nuevamente por 180 días. Al final, la empresa me dejó sin
salario y hasta el momento no me ha reubicado. Me han dicho
claramente que ya no me quieren ahí.
-¿Cómo se sentía?
-Inútil, porque los dolores no te permiten hacer nada,
siquiera relacionarte con tu pareja o con tus hijos. La vida
se convierte en un infierno y ya no eres la misma persona.
Te sientes deprimida, porque eres suficientemente joven para
querer seguir siendo útil en la vida, pero tu cuerpo ya no
te lo permite. Los médicos dicen que solamente quien padece
de esta enfermedad puede entenderla y es cierto. Tienes que
aprender a vivir con el dolor por el resto de tu vida.
-¿Qué hace la empresa con las personas enfermas?
-La empresa las engaña y les dice que su enfermedad no es
profesional. Después las despiden alegando que no tiene
ninguna responsabilidad, violentando la legislación laboral
que obliga a las empresas reubicar a las personas enfermas
en otra área de trabajo. Seatech es famosa por
producir una comida muy buena. Su atún es sabroso, pero está
hecho con las lágrimas y el sufrimiento de los trabajadores
y trabajadoras.
|