En el
Seminario se destacó la presentación
realizada por la Confederación
Revolucionaria de Obreros y Campesinos
(CROC- México), a cargo de Pedro Oxlé
Conrado, secretario de Prevención Social del
Comité Ejecutivo Nacional. Sirel realizó una
síntesis de este informe que pinta con
honestidad la situación dramática que vive
el pueblo mexicano.
En México,
el deterioro del salario es alarmante, ya
que de 1976 a 1994 sufrió una pérdida del
casi 80 por ciento y de 1994 al 2006, el
salario perdió el 51.54 por ciento del valor
adquisitivo.
Hasta el 2004 del total de los trabajadores asalariados, el
40
por ciento ganaba menos de dos salarios
mínimos y del total de la Población
Económicamente Activa (PEA) ocupada, el 27
por ciento trabajaba por su cuenta y más de
30 millones trabajaban por menos del salario
mínimo, lo que contrastan con la riqueza
exuberante concentrada en 300 familias de
nuestra nación.
En el ámbito de la Seguridad Social,
hasta julio
de 2007, existían aseguradas 14.598.000
trabajadores, cifra contrastante con los
25.5 millones de personas que se encuentran
en el ámbito de la economía informal
y que representaba casi el 55 por ciento
de la Población Económicamente Activa.
En nuestro país, el
presupuesto público para Educación Superior
es de únicamente 0.87 por ciento del
Producto Interno Bruto,
lo que nos ubica por debajo de naciones como
Cuba y Bolivia que tienen un
porcentaje mucho mayor.
A pesar de que nuestro nivel de escolaridad ha venido
creciendo y de 1960 a 2006 pasó de 2,6
grados a 7,8, sin embargo está muy por
debajo de los 15 grados escolares que es el
promedio de los países industrializados, lo
que significa que un número extraordinario
de jóvenes no alcanza a terminar más que el
Segundo Año de Secundaria.
De mantenerse esas tendencias a través de las políticas
económicas neoliberales, será imposible
crear los puestos de trabajo suficientes en
cantidad y en calidad para atender las
necesidades de crecimiento y fuerza laboral
de México y el problema más serio es
el de la baja calidad del empleo, ya que
80
de cada cien nuevos empleos se han creado en
la llamada economía informal.
Lo realmente preocupante de este panorama de alto peso de la
ocupación informal es que gran parte la
gente se ocupa en actividades de muy baja
remuneración con salarios precarios que no
permiten satisfacer necesidades básicas y
sin acceso a seguridad social.
(…) Si definimos el Trabajo Decente como aquel que se realiza
en condiciones de libertad, equidad,
seguridad y dignidad humana, es de resaltar
que en México, a pesar de los avances
que se han obtenido a través de la Ley
Federal del Trabajo, que es una de las más
avanzadas en todo el Continente, no han
cesado las estructuras del poder en su
intento de violentar las conquistas
laborales ahí plasmadas.
En materia de Seguridad Social señalamos que la cobertura no
alcanza al total de los trabajadores
formales y por supuesto mucho menos a los
informales, lo que ha incrementado el
fenómeno de los accidentes laborales y, por
ende, una baja en la productividad.
Asimismo, es preocupante como en varios
sectores, se tolera el trabajo infantil, el
acoso y la discriminación de mujeres. (…)
CROC
7 de diciembre de 2007
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