Una
bomba que estalló el pasado fin de
semana en Apartadó, el corazón de la
zona bananera de Urabá, dejó 14 heridos,
cuatro de ellos miembros del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Industria
Agropecuaria (SINTRAINAGRO). Fue hasta
ahora el punto más alto de un nuevo
brote de violencia en la región que,
además, nuevamente apunta hacia los
sindicalistas.
Guillermo Rivera,
presidente de SINTRAINAGRO,
miembro del Comité Ejecutivo de la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT),
de Colombia, y del Comité
Ejecutivo Latinoamericano de la UITA,
relató a Sirel que “Ya tenemos
varios trabajadores que han tenido que
abandonar las fincas, y también algunos
dirigentes sindicales, porque han sido
amenazados por grupos armados al margen
de la ley”.
“La bomba -explicó
Rivera- fue colocada en un centro
comercial muy popular adonde acude la
familia trabajadora a hacer su mercado
los fines de semana. Ese lugar está
bastante cerca de la sede de nuestro
Sindicato, y ahí fue que resultaron
gravemente heridos cuatro compañeros y
otras diez personas más”.
Reflexionando sobre los
posibles objetivos de estos grupos,
Rivera expresó que “Ellos quieren
desestabilizar la zona, crear pánico,
volver a la situación que ya hemos
vivido aquí durante muchos años. Estos
atentados terroristas y las amenazas
contra civiles y activistas sociales
buscan lograr que la gente les vuelva a
temer, quieren demostrar que tienen
poder, que están en la zona y pueden
actuar en cualquier momento”.
Con referencia a la
reacción del gobierno, Rivera
comentó que “El terrorismo es muy
difícil de controlar, y una sola persona
puede hacer mucho daño. De todas formas,
y en razón de tener compañeros
amenazados, hemos solicitado una
entrevista con el ministro del Interior
y de Justicia, Fabio Valencia Cossio,
para exponerle la situación directamente
y solicitarle que se refuerce el esquema
oficial de seguridad de algunos
compañeros y compañeras que están más
expuestos. Hasta ahora no hemos recibido
respuesta del Ministro”.
Finalmente, es procedente
señalar que hace apenas una semana se ha
instalado la Mesa de Negociación del
Convenio Colectivo, y aunque el diálogo
entre el Sindicato y las empresas está
recién comenzando se prevé una dura
negociación.