Colombia
Con Luis Alejandro Pedraza
Una victoria plena de SINTRAINAGRO
Representando a la UITA, Luis Alejandro
Pedraza, presidente de la Unión Nacional
Agroalimentaria de Colombia (UNAC) e
integrante del Comité Ejecutivo de la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT),
participó durante doce días en el
proceso de negociación y en la huelga de
los trabajadores bananeros en Urabá.
Pedraza, también miembro del Comité
Ejecutivo Latinoamericano de la UITA
compartió con Sirel sus primeras
reflexiones acerca del conflicto y sus
implicancias.
-¿Qué balance haces de
este proceso que viene de culminar en
Urabá?
-La huelga del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Industria
Agropecuaria (SINTRAINAGRO)
concluyó con los resultados que el
Sindicato proyectó, esto es, lograr un
incremento salarial importante para el
primer año -del 8 por ciento-, reducir
el tiempo de vigencia de la Convención
Colectiva de tres a dos años, la
ampliación de los Fondos de Vivienda,
Salud y Educación, incorporar a la
Convención nuevos oficios calificados
que hasta ahora se cubrían con tercerizados, estipular nuevos valores
para actividades que están surgiendo por
el cambio en el sistema de empaque para
Europa, entre otros puntos. Pero
lo más importante es que
se derrotó la pretensión
de los empresarios de introducir las
cooperativas de trabajo asociado y la
tercerización en algunas labores.
Eso fue contundente.
El Sindicato sale
fortalecido por el apoyo internacional
que recibió, liderado por la UITA,
y por la forma en que la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT)
acompañó todo el proceso. El día en que
la Asamblea de Delegados votó la huelga
estuvo presente una representación muy
nutrida del Comité Ejecutivo de la
Central, y también momentos antes de la
firma del acuerdo, con una delegación
encabezada por el presidente de la
CUT, Tarsicio Mora Godoy.
Desde el ámbito
parlamentario, la bancada del Polo
Progresista difundió una declaración
de apoyo a la huelga, pidiéndole al
presidente Álvaro Uribe que
interviniera para que se llegara a un
acuerdo que contemplara los intereses de
los trabajadores y trabajadoras. El
propio Polo Democrático se
pronunció en el mismo sentido.
Ayer concluyó en Río
Sucio, Caldas, el Encuentro Nacional de
Organizaciones Campesinas e Indígenas en
el cual participé representando a la
CUT y a la UITA, que también
adoptó una declaración de apoyo a los
trabajadores bananeros en huelga.
Esto refleja que
esta huelga ha estado
permanentemente acompañada por el
movimiento sindical, por las fuerzas
vivas de la sociedad colombiana,
y por la solidaridad internacional
encabezada por la UITA, lo que ha
resultado fundamental para alcanzar un
desenlace satisfactorio.
-El acuerdo se firmó
pocas horas antes de que se iniciara la
Campaña Mundial de Solidaridad de la
UITA…
-Creo que la UITA
realizó una muy correcta administración
de los tiempos, porque fue generando una
creciente expectativa y una presión muy
fuerte sobre los empresarios a medida
que se acercaba el momento de iniciar la
Campaña Mundial. Eso contribuyó a que
los empresarios se empeñaran en buscar
una salida y desistieran de sus
pretensiones irresponsables.
-Estuviste en Urabá
durante doce días de la huelga. ¿Cómo te
resultó esa experiencia?
-Fue una oportunidad de
mucho aprendizaje, especialmente en el
tema de la solidaridad y del humanismo,
porque si las trabajadoras y
trabajadores bananeros tienen una
Convención y un sindicato muy fuerte que
negocia para 296 empresas en una sola
Convención, eso no los ha excluido aún
de una pobreza muy grande. Por lo tanto,
la huelga se desarrolló en condiciones
muy exigentes desde el punto de vista
económico.
Tener 18 mil trabajadores
parados con sus respectivas familias
expectantes, a lo que se sumó el acoso
permanente de los medios de comunicación
con una campaña de desaliento e
intimidación hacia los huelguistas, no
es algo sencillo.
Pero los trabajadores
respondieron fortaleciéndose aún más,
diciendo que ellos han sido pobres por
varias generaciones por lo que no les
resultaría extraño un sacrificio más.
Los empresarios comprendieron que no
podrían quebrar la huelga.
Todo esto resulta de
mucha enseñanza para uno y para otros
sindicatos que a veces decaen porque no
logran sus objetivos en los primeros
días de huelga.
Otro elemento muy
positivo fue constatar que
en todas las plantaciones
y poblaciones que constituyen el eje
bananero de Urabá, SINTRAINAGRO tiene un
liderazgo pleno en lo que hace a la
ciudadanía, al comercio y a la
representatividad.
-Las organizaciones
afiliadas y el propio Comité Ejecutivo
Mundial de la UITA reunido recientemente
destacaron tu participación en este
proceso y tu presencia en Urabá.
-Estos días estuve
aislado de las comunicaciones porque me
dediqué de lleno al trabajo en las
plantaciones, en las carpas, porque creo
que ahí era donde debíamos estar,
animando, templando la decisión de la
gente que estaba recibiendo fuertes
presiones de los empresarios, e incluso
de instituciones como la Policía y el
Ejército que intentaban persuadirlos de
la inutilidad de la huelga, de un
supuesto inminente fracaso. Así que mi
tarea estuvo allí, y en las ollas
comunales, en permanente actividad de
estímulo y acompañamiento.
También participé en las
negociaciones en los momentos en los
cuales el presidente del Sindicato,
Guillermo Rivera, me solicitó
hacerlo. Así que no he hecho más que
cumplir con lo que creo es mi
obligación. Sí me llegaron comentarios
desde la CUT y de SINTRAINAGRO
de una gran conformidad con el trabajo
hecho desde las páginas web de nuestras
Secretaría Regional y General.
-En resumen, ha sido una
victoria sindical…
-Una
victoria plena porque se lograron los
objetivos del Sindicato, tanto en lo
económico como en lo institucional, en
la Convención Colectiva y en la
calificación de nuevos oficios. Y se
logró hacerle ver a los empresarios y al
país entero que no se podrán integrar
las cooperativas de trabajo asociado en
este sector, gracias a la firmeza del
Sindicato
en este tema, que ya había sufrido un
fuerte golpe con los corteros de caña de
azúcar del Valle del Cauca, que en esta
ocasión también expresaron su férrea
solidaridad con los bananeros.
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