En Chile la precariedad laboral crece de manera
insospechada. Más del 67 por ciento de los
trabajadores vive de un empleo informal,
fuera de la ley, sin estabilidad, derechos
ni beneficios sociales. Sobreviven en
situación de pobreza pues sus remuneraciones
no alcanzan a cubrir lo mínimo. En 1990, el
11 por ciento de los trabajadores negociaba
colectivamente. Actualmente apenas lo hace
un 6 por ciento. Los grandes holdings poseen
decenas y a veces cientos de razones
sociales, lo que impide que los sindicatos
tengan fuerza real. Por ejemplo, D&S -de los
supermercados Líder- opera con 120 razones
sociales y Almacenes París con 152.
La
tendencia del mercado laboral es a
incrementar el empleo informal y la
subcontratación. Según economistas neoliberales, en Chile resulta muy
caro contratar y despedir; el mercado
laboral es rígido y hay demasiadas
regulaciones para los empresarios.
Pero
miles de trabajadores laboran a tiempo
parcial, sin contratos y acatando las
necesidades de sus empleadores.
La Ley 20.123 regula, pero no prohíbe, la
subcontratación para trabajos del mismo giro
de la empresa principal. El ministro del
Trabajo, Osvaldo Andrade (PS),
señala: "Cuando la empresa contratista pasa
a ser una simulación, la ley establece que
esos trabajadores son en realidad de la
empresa principal. Muchas compañías han
cumplido la ley y han internalizado
trabajadores. Pero en otras se han detectado
faltas e incluso hay disputas legales.
Pesquisamos en grandes tiendas de
supermercados más de 130 razones sociales
simultáneamente.
A cualquier persona repugna su sentido común
que en una empresa existan 130 identidades
legales. Claramente hay un abuso. Cuando
hicimos la discusión sobre la ley de
subcontratación en esa actividad es en la
que estaban centradas las mayores
preocupaciones. Desgraciadamente, hay muchos
empresarios que han abusado con la
proliferación de razones sociales. Es
insostenible para los trabajadores negociar
en un supermercado si otros, que son de los
mismos dueños, son una empresa distinta. No
es casual que hoy negocie menos del 8 por
ciento de los trabajadores".
Mujeres y
jóvenes padecen en mayor grado la
precariedad laboral. La precariedad de
trabajadores externos o tercerizados no ha
concluido con la ley de subcontratación. Los
trabajadores subcontratados realizan iguales
funciones que el resto, pero reciben hasta
40 por ciento menos de sueldo y no gozan de
los beneficios de aquellos contratados por
las empresas mandantes.
Abusos y discriminación
Luego que Eliodoro Matte, presidente
de la Compañía Manufacturera de Papeles y
Cartones (CMPC), cuestionara la
actuación del Ministerio del Trabajo en los
últimos conflictos laborales, el ministro
Andrade
criticó las
condiciones laborales del sector forestal.
Las empresas contratistas son las que
generan el mayor número de empleos en esa
industria. En la VIII Región la Dirección
del Trabajo evaluó el cumplimiento de la ley
de subcontratación en este sector,
constatando que 42 por ciento de los
trabajadores de las forestales son
subcontratados. En once plantas forestales,
el número de subcontratados era superior al
de los trabajadores directos: "Parte
importante de los contratistas forestales en
realidad no otorgan un servicio distinto del
giro de la empresa principal. Sustituyen la
contratación directa de trabajadores por
parte de las empresas principales. Los
trabajadores subcontratados forestales ganan
remuneraciones significativamente menores
que los directamente contratados, incluso
muchas veces no recibiendo más que el
salario mínimo", dijo el ministro Osvaldo
Andrade.
El
reciente conflicto en Forestal Arauco
terminó con la vida de un trabajador. Ocho
mil subcontratistas del holding de Angelini
paralizaron. En Celco también los
tercerizados se movilizaron. Agrosuper, CCU
y Enap viven experiencias similares. La
negociación entre los subcontratistas y
Codelco llegó a buen puerto luego de 37 días
de conflicto. Los trabajadores del retail,
salmoneras y bancos estudian con atención
estas experiencias.
Dirigentes empresariales y políticos las han
calificando como una "amenaza". El gobierno
pretende legislar para regular las
negociaciones colectivas y evitar lo
ocurrido. Estos conflictos intentan reeditar
las negociaciones por ramas
Maltratan y pagan poco. Nos
tienen trabajando ocho horas de
pie. Nos dan pésima comida.
Despiden trabajadores que llevan
años de servicios", agrega. La
inmobiliaria ocupa otra razón
social para contratar
trabajadores que no pueden
afiliarse al sindicato.
Tras una fiscalización, la
empresa tomó represálias. |
Desde el 14 de enero rige la ley de
subcontratación. Aunque regula una materia
que era tierra de nadie, organizaciones
sindicales y trabajadores esperaban que se
eliminase la subcontratación de una buena
vez. "Si la ley no establece que a los
trabajadores de empresas contratistas -o
suministrados- se les pagará remuneración en
los mismos niveles que a los trabajadores a
los que reemplazan o suplen, la ley seguirá
discriminándolos. Si no se da que 'a igual
trabajo, igual remuneración', se mantendrá
una odiosa diferencia que permite a los
patrones atemorizar e impedir la
organización. La ley es un paso adelante,
acota los abusos, pero no intenta siquiera
terminar con la explotación", dice Manuel
Ahumada Lillo, presidente de la
Confederación General de Trabajadores (CGT).
Los abusos continúan. Casi un mes en huelga
estuvieron los trabajadores de Eulen,
que suministra obreros a CCU de
Temuco. Ariel Muñoz, presidente del
sindicato, afirma: "Durante la huelga, la
empresa nos reemplazó con personal militar.
Así alcanzó las metas de producción. Se
benefició la CCU y el Estado con la multa
que pagó la empresa. ¿Qué pasó con nosotros?
Sacamos menos de 20.000 pesos de sueldo y
perdimos el resto. Por ley tenían cinco días
para pagarnos los bonos de reemplazo, pero
demoraron casi un mes. Terminó el conflicto
y despidieron a muchos. Un vale en base a
formato veintena, que es la cerveza
individual, lo pagaban antes a 1.250 pesos,
ahora, con el nuevo contrato lo pagan a 300
pesos".
Campeones en precariedad son las salmoneras
Marine Harvest y Pesquera San Jorge.
Acreditar judicialmente su responsabilidad
en accidentes laborales ha sido imposible
para los familiares de una decena de
víctimas. Marine Harvest enfrenta una
demanda por el cuasidelito de homicidio de
Javier Velásquez, de 24 años. Falleció
mientras desarrollaban faenas en una zona
donde transitaban grúas.
Una volcó, debido a un desnivel y la carga
lo aplastó causándole la muerte. Marine
Harvest trabajaba sin medidas de
seguridad y fue multada con 300 UTM.
Jovita Álvarez (22 años, dos hijas,
viuda de Velásquez), al momento de la
muerte de su esposo estaba embarazada de su
segunda hija. Otro caso es el de Rafael
Chacón, trabajador muerto en faenas de
Pesquera San Jorge. Ni siquiera tenía
contrato de trabajo. La pesquera no tenía
registro de asistencia ni bitácora de buceo
y fue multada por no mantener condiciones
sanitarias y ambientales adecuadas. Ambas
empresas han hecho lo imposible por dilatar
los juicios.
Otros trabajadores golpeados por la
subcontratación son los reponedores de
supermercados y tiendas de retail. El
Sindicato de Reponedores de Cecinas San
Jorge corre el riesgo de desaparecer.
Rubén Sepúlveda, presidente, dice: "San
Jorge
se burla de
nosotros. Instaló un sistema de comisiones
por meta, a las que nunca podemos llegar, lo
que provoca un desmedro en nuestro salario
que ya es insuficiente". Trabajan en
extensos turnos, sin ningún beneficio, en
locales alejados unos de otros: "Así, es muy
difícil unirnos. Nos muestran cifras y dicen
que no hay ganancias. Prácticamente todos
los meses suben las metas para que no
podamos cumplirlas. Entregan uniformes de mala calidad, compran solo una talla
y debemos mandarlos a arreglar. Amedrentan a
los reponedores para que renuncien al
sindicato. Tiempo atrás, llamaron al
sindicato y a trabajadores no sindicalizados
a conversar. Reiteramos nuestra crítica a
las formas de trabajo y a las malas
condiciones, incluyendo el no pago de horas
extras. Cuando exigimos respuestas la pelota
rodó por todos lados", dice. Son los últimos
en la escala de rentas del holding, que
posee un centro de atención médica al que
ellos no pueden acceder. "La ley de
subcontratación no cambió en nada nuestra
situación.
En regiones
se vive un desmedro mayor, con sueldos
inferiores. Ganan 30 ó 40 por ciento menos y
hacen igual trabajo. Muchos reciben 60.000
pesos al mes, con los descuentos",
dice.
Precariedad de cada día
Paradigma de precariedad es Textil
Talinay. Ana Luisa Miranda,
presidenta del sindicato, relata que sólo
quedan trece trabajadores sindicalizados,
después de los despidos en represalia por la
huelga en abril pasado. "Trabajábamos en
calle Bascuñán Guerrero, en una ratonera.
Hoy estamos en El Cortijo. Contando a los
despedidos y a quienes han negociado su
retiro, seríamos 60. Nuestro empleador es el
empresario judío-italiano David Cassorla.
Cuando íbamos a constituir el sindicato,
despidió a la mayoría. Sólo ocho compañeros
firmamos. Desde entonces ha sido una lucha
constante. Vivimos con miedo. Ha mandado a
agredirnos, nos ha acusado de robo, etc. Nos
espera en la puerta para humillarnos y
acusarnos de ladrones", dice. "Cuando supo
que el sindicato se había constituido, me
instaló con una máquina en un rincón y
después, me echó con los guardias… Pero si
no hubiera sido por el sindicato, aún
andaríamos metidos en agua insalubre del
baño. Lavaba a sus perros en los baños de
los trabajadores, sin pensar en las
enfermedades que nos podía causar. Había un
vertedero atrás de la empresa y tuvimos que
hacer una denuncia al Sesma", agrega.
Por miedo
a perder el trabajo cumplían turnos desde
las 8:30 de la mañana hasta las 18 horas del
día siguiente, encerrados con llave. "El
guardia nos abría la puerta y así sucedió
por mucho tiempo", dice Ana Luisa Miranda.
"Hoy no nos encierran, pero los turnos
siguen casi igual", agrega. "El sueldo es
bajísimo. Pagan 10 pesos por coser una
prenda y no todos ganar lo mismo. Tiene a
tres personas ganando 15 pesos y los demás
sólo 10. Así nos divide. Quienes ganan más
no reclaman y no se preocupan de los demás…
Hay choferes que reciben casi 200.000 pesos.
Pero trajo otro a condición que no
participara en la huelga ni en el sindicato.
A él le paga 400.000 pesos". Hay hechos que
retratan el abuso con los trabajadores:
"Cuando un obrero al interior de la fábrica
se rompió un pie le dijo que se fuera
caminando a la Mutual. Ese mismo día
atropellaron a uno de sus perros y lo llevó
a una clínica en ambulancia. Durante la
última huelga, que duró 16 días, Cassorla
lanzó agua de alcantarilla en el lugar donde
almorzábamos", dice.
Otro ejemplo de precariedad es Chilex
Club. No fue noticia que más de 130
familias de Tocopilla y Chuquicamata
quedaron en la calle tras el cierre del club
social de los supervisores de Codelco
División Norte. Eric Veas, presidente
del sindicato, señala: "Negociamos con
Codelco para ser recontratados.
Finalmente los supervisores nos dijeron que
'no podían obligar a Codelco a que
nos contratara'. Hicimos presente nuestra
situación a diputados y senadores; hablamos
con Juan Villarzú y José Pablo
Arellano, presidentes de Codelco.
Ninguno nos dio una respuesta. Nos dejaron
en la calle… No encontramos otro trabajo
porque somos mayores", dice.
Les anunciaron el término del club en 1999,
por el cierre de Chuquicamata. Desde ese
momento comenzaron su peregrinaje.
Codelco suscribía sus contratos
colectivos, autorizaba las remuneraciones y
finiquitos pero "no era el patrón".
Autoridades de la minera les señalaron que
los reubicarían en otras faenas. Incuso se
les dijo que continuaría el club en Calama.
"Comprometimos nuestro aporte y las últimas
negociaciones colectivas se firmaron sin
aumentos de sueldo. Pero nos mintieron",
agrega.
Abusos han vivido también los trabajadores
de Apart Hotel Time Suites &
Apartments, de Explotadora Inmobiliaria El
Golf. Se sindicalizaron tras 16 años de
soportar la prepotencia empresarial. En
marzo, un cambio de gerencia agudizó los
problemas. Hubo despidos y les quitaron
beneficios. Annie Peñaloza,
presidenta de la organización, dice que los
bajos sueldos y horas extras no pagadas son
pan de cada día. "Maltratan y pagan poco.
Nos tienen trabajando ocho horas de pie. Nos
dan pésima comida. Despiden trabajadores que
llevan años de servicios", agrega. La
inmobiliaria ocupa otra razón social para
contratar trabajadores que no pueden
afiliarse al sindicato. Tras una
fiscalización, la empresa tomó represalias.
Similar situación padece el Sindicato
Nacional Tur Bus División Cargo. Imperan
el autoritarismo y las prácticas
antisindicales: "Nos tratan como ladrones
cuando se pierden encomiendas. Nos obligan a
pagarlas. Por el hecho de ser dirigentes
somos víctimas de discriminación. Los
sueldos son bajísimos aunque es la empresa
de transportes más importante. Mi sueldo
como supervisor es de 150.000 pesos, uno no
sindicalizado gana 380.000", dice Marcelo
Garrido, tesorero del sindicato.
Gilberto Vergara, presidente, agrega:
"Gerencia nos manda cartas de amonestación
por productos y encomiendas perdidas. Envían
los documentos obligando al trabajador a
pagar, pero el descuento lo declaran como
'préstamo personal'. Es una práctica
antisindical. Hemos hecho saber a la empresa
que no firmaremos. Teníamos afiliados en
todo el país, pero las agencias de Tur
Bus Cargo se externalizaron y diezmaron
todos los socios de regiones", dice.
Menos de un año tiene el Sindicato de
Trabajadores Easy Temuco y ya enfrentó
una huelga. En Easy también hay
maltrato, bajos sueldos y prácticas
antisindicales. Jaime Bravo, tesorero
del sindicato, dice: "Lo principal son los
bajos sueldos. ¿Quién puede vivir con 80.000
pesos? ¿Por qué debemos soportar malos
tratos de gerentes y jefes de local? Si
alguien levanta la voz lo despiden". "Muchos
ganan menos del mínimo, pero las ganancias
de Easy todos los meses crecen 27 por
ciento", agrega José Bastías,
presidente. Esteban Grollmus,
secretario, dice: "Nuestros sueldos no
alcanzan a mantener un hogar. Algunos
caminan para ahorrar la locomoción y comprar
un kilo de pan o leche para sus hijos. Somos
reponedores, nocheros, cargadores,
vendedores y más… Nos obligan a trabajar por
menos del sueldo mínimo".
En Santiago, Arnaldo Pérez
Guerra
24 de
septiembre de 2007
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