Uruguay

Tras ocupar la planta agroindustrial,

los trabajadores de “Mi Granja”

obtienen todos sus reclamos

 

En una asamblea efectuada el pasado sábado 8, el Sindicato Obrero de Mi Granja (SIOMI), que ya venía realizando una paralización de tareas, decidió ocupar las instalaciones de la agroindustria ubicada en la localidad de Ecilda Paullier, departamento de San José, 90 kilómetros al oeste de Montevideo. El emprendimiento -unas mil hectáreas de frutales que producen exclusivamente para la exportación- es actualmente propiedad de capitales israelíes. Sirel estaba allí, acompañando la movilización

   

El sol ya estaba alto. Los trabajadores y trabajadoras se agrupaban en racimos bajo la sombra de los árboles dispersos a la entrada de la planta de Mi Granja. Otros estaban agrupados bajo el alero del vestuario, donde habían colgado los estandartes del SIOMI y de la Unión Nacional de Trabajadores Rurales Asalariados y Afines (UNATRA).

 

La asamblea se convocó a chiflidos, llamando la atención de quienes se encontraban más apartados. Sin apuro, pero con evidente expectativa, los trabajadores y trabajadoras se fueron reuniendo frente al vestuario y Germán González, secretario general del SIOMI y de UNATRA, colocó el tema de entrada: “La empresa no ha dado noticias, así que tenemos que tomar una decisión: entramos a trabajar, seguimos con el paro, o paramos y además ocupamos”.

 

“Ocupamos”, dijo el primero. La reacción fue rápida y generalizada: “Sí, ocupamos, ocupamos”.

 

La asamblea continuó con un clima tensado por la decisión. “A nadie le gusta largarse a una medida así -diría más tarde Germán-, pero a veces no hay más remedio. Y siempre causa incertidumbre porque no sabemos si tendrá resultado. Tenemos que mantenernos juntos y hacernos fuertes”.

 

En Uruguay no eran comunes las asambleas de trabajadores rurales, simplemente porque hasta hace unos años muy pocos de ellos estaban organizados.  Es sorprendente ver cómo, a pesar de sus jóvenes 27 años, Germán establece una comunicación instantánea con sus compañeros y compañeras y va animando la asamblea, rescatando las propuestas organizativas o anticipándolas él mismo, como lo haría un dirigente con muchos años de experiencia. Es un privilegio que le otorga la asamblea, porque es obvio que lo identifican como uno más de los suyos, porque lo vieron crecer luchando, porque siempre está ahí, en la base, donde hay que estar.

 

Se integró una comisión de organización para la ocupación que, en definitiva, comenzaría el lunes 10 a la mañana, cuando llegaran los buses contratados por el sindicato trasladando a los trabajadores y trabajadoras desde las localidades cercanas.

 

Cuando terminó la asamblea, en diálogo con Sirel, Germán destacó que “Las medidas que el sindicato ha venido implementando se han resuelto siempre en asambleas multitudinarias. Por eso el paro que estamos realizando está recibiendo un 98 por ciento de adhesión por parte de los trabajadores y trabajadoras”. Luego hizo un poco de historia. “Esta acción se origina en que la empresa todavía no nos ha pagado el aumento general para los peones rurales decretado en enero pasado por el Poder Ejecutivo, que alcanza al 8 por ciento de lo que hemos cobrado desde entonces, y en el reclamo por adeudos en otros rubros que se mantienen desde hace un año. La asamblea decidió ocupar a partir de la mañana del lunes 10 debido al incumplimiento casi total del Convenio Colectivo que está vigente pero que desde hace dos años no se ha vuelto a discutir. Señalamos especialmente que se están violando las cláusulas referidas a las condiciones de trabajo -continuó Germán-, como la información acerca de qué agrotóxicos se están aplicando, dónde se está utilizando cada uno, así como la inexistencia del sistema de protección incluyendo la no provisión de vestimenta adecuada para los aplicadores. Ponemos especial énfasis en la ausencia de capacitación para esa tarea y en la omisión durante los últimos dos años de realizar los exámenes de sangre que, según lo dispuesto por el Ministerio de Trabajo, debe efectuarse a los aplicadores antes y después del período de ‘cura’. Asimismo, queremos de una vez por todas reinstalar la negociación para actualizar el Convenio Colectivo que debe ser cumplido y ajustado a la realidad”.

 

Aludiendo al desconocimiento de las categorizaciones por parte de la empresa, el secretario general del SIOMI afirmó que “La visión de la empresa es que somos todos peones comunes, por lo que se cae en el absurdo de negar que hay tractoristas, injertadores, podadores, que hay mecánicos, lo que supone especializaciones. O sea que primero exigimos que se cumplan las disposiciones legales vigentes y después iniciar la discusión sobre el Convenio Colectivo”.

 

La movilización se realiza con un certero sentido de la oportunidad, ya que según explicó Germán, “Dentro del ciclo productivo estamos en un punto crucial que es cuando hemos acabado la poda y los árboles empiezan a florecer. En el sistema convencional de producción, ahora es cuando se deben aplicar funguicidas para evitar que aparezcan los hongos en los frutales, ya que eso perjudicaría mucho la cosecha. Prácticamente la totalidad de los aplicadores están adhiriendo al paro y a la ocupación, por lo que la presión sobre la empresa es máxima”.

 

Muy temprano en la mañana del lunes 10, los trabajadores y trabajadoras llevaron a la práctica su decisión y ocuparon la planta. Poco después, y ya en presencia de una representación de la Rel-UITA que había acudido al lugar encabezada por Enildo Iglesias, voceros de la empresa hacían saber a los sindicalistas que había una intención manifiesta de llegar rápidamente a una negociación efectiva que destrabara el conflicto. Apenas superado el mediodía, las partes habían logrado un acuerdo que aún llevó varias horas en ser refrendado por las autoridades de la empresa ya que se encontraban en el extranjero.

 

Finalmente, representantes de Mi Granja y del SIOMI firmaron un protocolo de acuerdo ante la oficina local del Ministerio de Trabajo, por el cual la empresa se comprometió a pagar todos los adeudos -y así lo hizo al día siguiente-, reconoció la vigencia del Convenio Colectivo y declaró estar en disposición de discutir un nuevo Convenio a partir de los términos que deberá presentar el SIOMI próximamente. Asimismo, Mi Granja aceptó pagar un incentivo de 200 pesos (10 dólares) por jornada, sin efecto remunerativo y hasta el 24 de septiembre inclusive.

 

El SIOMI, por su parte, levantó la ocupación y el paro, por lo que todos los trabajadores y trabajadoras retomaron normalmente sus tareas. Consultado por Sirel, Germán González opinó que “La movilización fue un éxito gracias a la adhesión de la casi unanimidad de los trabajadores y trabajadoras, incluyendo a los aplicadores. Asimismo, quiero destacar y agradecer la presencia y el apoyo de la UITA que en todo momento ha demostrado con hechos lo que significa la solidaridad internacional. Ahora vendrá la etapa de negociar un nuevo Convenio en el marco del Consejo de Salarios”.

 

Refiriéndose a la aprobación el pasado viernes 7 del proyecto de Ley de la jornada de ocho horas para los trabajadores del campo, Germán opinó que “Es un avance histórico. Salió con la firma de aprobación de los delegados de los trabajadores y del Poder Ejecutivo, y la negativa de las gremiales agrarias -Asociación Rural, Federación Rural, Comisión Nacional de Fomento Rural y otras-, y se envió al Parlamento el proyecto de ley que establece el régimen obligatorio de ocho horas para los trabajadores y trabajadoras rurales. Esta reivindicación, que nosotros entendemos como esencial al reconocimiento de la condición humana del peón rural, es muy resistida por las patronales, que ni siquiera tienen en cuenta los criterios flexibles que se establecieron para su aplicación. Es obvio que existe una resistencia ‘cultural’ a aceptar que el peón es un trabajador como cualquier otro. Ahora, este texto ingresará a la Comisión de Asuntos Agrarios del Parlamento donde será analizado. Nuestra tarea, por tanto, se desplaza en este tema hacia ese ámbito donde iremos a explicar nuestras razones para asegurar una mayoría en el Plenario”.

En Ecilda Paulier, Carlos Amorín

© Rel-UITA

14 de septiembre de 2007

 

 

 

  

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