Colombia

A contramano de la unidad sindical

Álvaro Uribe y el sueño de la central propia

 

 

 En los últimos dos meses ha tomado fuerza la versión sobre la creación de una supuesta unión sindical nacional, con base en la iniciativa del gobierno nacional y algunos empresarios que han visto frustrada su intención de comprometer a las centrales sindicales nacionales existentes, la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), con la campaña por la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

 

La esmirriada presencia de tres o cuatro seudosindicatos que se han prestado para esa vergonzante alianza en apoyo al Tratado de Libre Comercio (TLC), parece haber inspirado al gobierno nacional a renovar su menosprecio por el sindicalismo autónomo e independiente, mediante la promoción de una supuesta nueva central sindical bajo su control para maquillar su aberrante política laboral. Era lo menos que se podía esperar, pues lo máximo, como el control sobre el Poder Legislativo y las pretensiones de amarrar el Poder Judicial a sus intereses de gobierno, ya es un debate público a nivel nacional e internacional.

 

La pretendida creación de un aparato supuestamente sindical a nivel nacional, con los recursos del Estado y controlado por el gobierno, es un ingrediente más que junto con las cooperativas de trabajo asociado, la tercerización en el empleo, la temporalidad y el trabajo precario, acentúan una acción gubernamental obsesionada con lograr la desaparición total del auténtico sindicalismo.

 

El movimiento sindical se ha caracterizado desde sus orígenes por su independencia de gobiernos, empresarios, partidos políticos y religiones, aunque todos ellos han pretendido -y aún pretenden-  hacer del sindicalismo la correa de transmisión de sus propios intereses. Eso es exactamente lo que pretende este gobierno con su ridícula y efímera iniciativa  de organizar su propia “corriente sindical”.

 

Esos procesos surgidos de la iniciativa de gobiernos y empresarios, sólo apuntan  a contrarrestar la incontenible marcha hacia la unidad sindical que desde lo internacional viene ambientando el contexto nacional. Todo intento por organizar nuevas estructuras nacionales sindicales va claramente a contracorriente de los postulados de unidad en la diversidad, y por ello debemos sentirnos agraviados por esta nueva iniciativa del gobierno del presidente Álvaro Uribe, la cual debe ser analizada con seriedad y respondida de acuerdo a la gravedad de su intencionalidad. La palabra la tienen la CUT, la CGT y la CTC.

 

Elecciones en la CUT: un ejemplo democrático

 

Como contracara de esas alquimias gubernamentales, el ámbito laboral colombiano está viviendo la campaña electoral para la elección de los cuadros de dirección regional y nacional de la Central Unitaria de Trabajadores y de otras organizaciones sindicales nacionales de gran importancia, como la Federación Colombiana de Educadores.

 

La votación directa de los trabajadores y trabajadoras, con el aval y contralor de la Registraduría Nacional, es una expresión hondamente democrática y de responsabilidad social de los afiliados y afiliadas a la CUT en todo el país. Ellos y ellas contribuyen con su presencia en las urnas a elegir los mejores cuadros que por su experiencia y perfil en la lucha social así lo demuestren. Nosotros, los sindicalistas y las organizaciones vinculadas al sector de la cadena agroalimentaria, tenemos que hacer todos los esfuerzos necesarios para lograr la elección de nuestros cuadros, y desde la Central Unitaria impulsar el trabajo de organización y desarrollo socioeconómico en el sector agropecuario y en las cadenas productivas de alimentos, hotelería y turismo que continúan siendo una gran franja social de los trabajadores y trabajadoras, pero marginada del movimiento sindical.

 

Fortaleciendo la Central Unitaria de Trabajadores con nuestra participación en las elecciones, estamos logrando mejorar su posicionamiento frente a la política neoliberal de este gobierno y las condiciones de diálogo y negociación hacia el proceso unitario con las centrales sindicales CGT y CTC.

 

La CUT, como el conjunto de centrales sindicales nacionales en América Latina, tiene la responsabilidad política y sindical de asumir posición y participación en el devenir histórico de la región y sus procesos de cambio, con gobiernos que se están gestando en condiciones más autónomas e independientes frente a las políticas históricamente ingerentes y manipuladoras de Estados Unidos.

  

En Bogotá, Luis Alejandro Pedraza

Rel-UITA

22 de mayo de 2008

 

 

 

 Foto: images.rpp.com.pe

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