Los
gobiernos de Colombia y Estados Unidos
negocian desde hace varios años la firma
de un Tratado de Libre Comercio. El
Congreso estadounidense debe autorizarlo
previamente. En ese marco el Partido
Demócrata realiza un seguimiento de la
situación de los derechos humanos y
libertad sindical en Colombia. Ello
explica la visita recientemente a
Colombia, del senador demócrata Sander
Levin.
El legislador estadounidense se reunió con el gobierno, los
gremios empresariales y las centrales
sindicales, organizaciones de derechos
humanos y ONG para establecer
cómo ha evolucionado la situación
colombiana en estos temas desde la
visita que él y otros senadores
demócratas hicieran el año pasado,
ocasión en la cual recibieron las
denuncias del movimiento sindical.
Levin
se reunió con la
Central
Unitaria de Trabajadores (CUT)
y con voceros de la floricultura, pues
estaba interesado en conocer de primera
fuente la situación de los trabajadores
y trabajadoras, asistiendo dos
sindicalistas de ese sector.
Se le explicó que hasta ahora no hubo ningún progreso real, y
que la posición sostenida por la OIT
en su última Conferencia según la cual
Colombia “es un país en progreso
en materia de aplicación de los
Convenios Internacionales” no es cierta.
Prueba de ello es que muchos de los
conflictos relevados durante su visita
anterior aún no se han resuelto.
Antes bien, en este inicio de 2011 se han incrementado los
conflictos y los despidos colectivos.
Por su parte, los dirigentes del sector de la floricultura
relataron ante el senador Levin
que ellos han realizado varias huelgas
por el no pago de salarios, prestaciones
sociales, la seguridad social y los
fondos de pensiones.
Ratificamos que la violencia
no ha cesado sino que
continúa un hostigamiento
sistemático, manteniéndose
una política de exterminio
de dirigentes y de las
propias organizaciones
sindicales, ya que los
empresarios cierran empresas
para después reabrirlas sin
sindicatos. |
Señalaron que se acudió ante el gobierno nacional, pero éste
se mantuvo como mero observador del
conflicto y no hizo nada para que los
empresarios de la floricultura se
avengan a cumplir la ley.
El legislador estadounidense expresó que su tarea era recoger
la opinión de los diferentes sectores y
que luego sacaría sus conclusiones –que
nos hará conocer oportunamente- para
presentarlas ante la Comisión Laboral
del Senado que, a su vez, reporta a la
Comisión que analiza la firma del TLC
Estados Unidos - Colombia.
Sostuvimos enfáticamente que no debería firmarse ese Tratado
hasta tanto su proceso de negociación no
sea revisado por los sectores sociales
que se verán afectados, como lo serán
las comunidades indígenas y campesinas
en el ámbito rural, y las centrales
sindicales en lo referente a la
industria.
También ratificamos que la violencia no ha cesado sino que
continúa un hostigamiento sistemático,
manteniéndose una política de exterminio
de dirigentes y de las propias
organizaciones sindicales, ya que los
empresarios cierran empresas para
después reabrirlas pero sin sindicatos.
En esta reunión con el senador Levin dejé constancia
de que actuaba como representante de la
CUT, pero también de la
Rel-UITA, ya que nuestra presencia
en el ámbito de la agroindustria, el
azúcar, banano y palma africana nos da
autoridad para representar a esos
trabajadores que no estaban en la mesa.
El senador Levin tomó debida nota
de este planteo.