Desde que culminara la era del Frigorífico Anglo, la ciudad uruguaya de Fray
Bentos se ha mantenido en una especie de “siesta” a partir de las
jubilaciones de la industria frigorífica, las indemnizaciones del puerto y
los empleos públicos
Los políticos y los medios periodísticos cada tanto alimentan
las esperanzas, primero de la reapertura de las obsoletas instalaciones del
Anglo y luego una larga serie de promesas de emprendimientos que nada tienen
que envidiarle a los descubridores del hielo en el Macondo de “Cien Años de
Soledad”. Nunca olvidaremos a SAUDICO1, ni cuando avivados
criollos se disfrazaban de árabes 30 Kilómetros antes de arribar a Fray
Bentos y los medios periodísticos locales organizaban caravanas para recibir
a los Mesías que sacarían de su letargo a la empobrecida sociedad.
Luego vino un nuevo “emprendimiento” frigorífico llamado
INCUR ante el cual el intendente del momento (1986) dijo que haría de
“mandadero” si fuese necesario para concretarlo ya que implicaba trabajo
para más de 3.000 personas. Nuevamente el fracaso que implicó 12 millones de
dólares de estafa al Banco de la República, mientras que la de SAUDICO fue
de 50 millones. Podríamos escribir varias páginas enumerando expectativas
frustradas, entre ellas un parque industrial de capitales desconocidos
venidos de quién sabe donde que luego de algunos meses se van sin apenas
haber abonado la luz eléctrica, amén de haber dejado a sus obreros en la
calle y sin haberes cumplidos.
Pero más allá de la anécdota y las reminiscencias de Macondo,
lo que está en el fondo del drama económico y social de Río Negro2
es la falta absoluta de proyectos, lo que hace el terreno fértil a esta
larga (a veces parece interminable) serie de engaños. La situación resulta
aún más grotesca si se observa la riqueza natural de la región: excelentes
suelos, agua por todas partes, puertos de gran calado, cercanía a grandes
centros urbanos, riqueza de flora y fauna. Esta falta de proyectos, esta
incapacidad de discernimiento del conjunto de la población conducen primero
a la región a mares de soja y eucaliptos y luego a industrias cuyos costos
de oportunidad han de ser muy grandes para la zona, incluso nefastos antes
de lo esperado ya que hoy han derrumbado el turismo, han destruido los
servicios del paso de frontera con Argentina y han precipitado dramas
sociales que si bien eran esperados han adelantado su llegada.
¿Por
qué entonces seguimos perdiendo tiempo en desarrollar proyectos
integrales de energía, fibras y alimentos?, ¿Por qué no somos
capaces de entender que nuestro país nunca va a ser competitivo
por cantidad, sino por calidad y que podríamos ser una verdadera
“boutique” de alimentos sanos y de gran valor? |
¿Cuál
es el beneficio de Empresas que solo se instalan si se les declara Zona
Franca?
No abonar impuestos al país, eludir las leyes laborales y por
si esto fuera poco la mano de obra que contratan ha de ser mínima y no
calificada ya que se trata de procesos automatizados para empleados
calificados que son traídos del exterior. Sin entrar a considerar la
contaminación que generarán a nivel industrial. Hoy ya sabemos que las rutas
de la región serán cubiertas por camiones mal pertrechados por los exiguos
fletes que abonan, un camión cada 5 minutos durante los 365 días del año
“destrozará” carreteras rudimentarias de una sola vía con la consecuente
inseguridad en las rutas. Pero sin duda lo más grave es que la demanda de
materia prima cercana a la fábrica extenderá sobre suelos de alta calidad la
plantación de eucaliptos, baste como ejemplo los vastos plantíos de ENCE
pegados a praderas de trébol rojo y blanco y a cultivos muy productivos de
maíz y trigo.
Un capítulo aparte merece el desorden social provocado en
Fray Bentos: suba de alquileres, instalación de grandes comercios con la
consecuente toma de personal, auge consumista de motos, equipos
electrónicos, etc. (todo en cuotas), arribo de familias de todo el país en
busca de empleo, todo lo cual se asemeja a un espejismo que ya hoy
languidece y cuyas consecuencias en el corto plazo serán de mayor gravedad
que la inercia que tenía la región antes del proceso de instalación de la
Fábrica de Celulosa BOTNIA. Pero lo peor es la falta de un proyecto
de desarrollo y la confusión de que crecimiento económico (aunque efímero)
es sinónimo de desarrollo; esa misma falta de proyecto lleva a los
gobernantes locales (no es exclusivo de Río Negro) a asirse de cualquier
“varita que venga flotando”, lo malo que a veces las varitas que trae la
correntada también traen una que otra alimaña y el destino de los pueblos y
la riqueza de nuestros recursos no pueden seguir atados a tamañas
improvisaciones.
Nada más lejos de la sustentabilidad que estos proyectos
forestales, mientras la inercia de nuestros países no permiten realizar los
proyectos que sí generarían trabajo genuino, respetando la naturaleza.
¿Por qué entonces seguimos perdiendo tiempo en desarrollar proyectos
integrales de energía, fibras y alimentos?, ¿Por qué no somos capaces de
entender que nuestro país nunca va a ser competitivo por cantidad, sino por
calidad y que podríamos ser una verdadera “boutique” de alimentos sanos y de
gran valor?.
La respuesta es siempre la misma: seguimos esperando a los
“inversores” que nos den trabajo, aunque estos sean los mismos que nos
envenenan con sus productos, los mismos que excluyen a nuestros productores
del campo, a nuestros industriales y comerciantes. Mientras nuestro ”paraíso
terrenal” va lentamente pasando a manos de unos pocos notamos pasivamente la
declinación de nuestra fauna y flora, la marginación de nuestra gente y la
desorientación de nuestros jóvenes para luego entrar en el facilismo de
juzgarlos por falta de iniciativa, cuando muchos de nuestros hermanos,
justamente han sido y siguen siendo marginados por la “mala costumbre” de
tener iniciativa.
Estamos a tiempo, de la
unión de quienes pensamos distinto al “modelo” dominante depende librarnos
de tamaño desastre.
En Fray Bentos, Jorge Mazziotto*
©
Rel-UITA
18 de enero de 2007 |
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1- Grupo
árabe que pretendía reflotar el ex frigorífico Anglo, expectativa frustrada
por maniobras fraudulentas
2-
Departamento donde se encuentra Fray Bentos
*
Ingeniero Agrónomo, docente grado 3 de la Cátedra de Bioingeniería de la
Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República (UDELAR) y
productor de insumos orgánicos.
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