Nicaragua

Con Luis Barbosa, de la CST-JBE

Calentando los motores en defensa de un salario digno

 

Las principales organizaciones sindicales abandonaron la semana pasada la sesión de la Comisión Tripartita en la cual se estaban negociando los reajustes a la tabla salarial que prevé la Ley de Salario Mínimo. La huelga general despunta en el horizonte.

 

La propuesta de un incremento del 25 por ciento realizada por los dirigentes sindicales fue rechazada por los empresarios y por el mismo gobierno, quienes coincidieron en proponer un mísero aumento del 10,4 por ciento. Ahora, las organizaciones sindicales están organizando una movilización que podría llevar a una huelga nacional.

 

SIREL conversó con Luis Barbosa, secretario general de la Confederación Sindical de Trabajadores “José Benito Escobar” (CST-JBE) para conocer en detalle los acontecimientos que llevaron a la ruptura de las negociaciones.

 

-¿Cómo está reglamentado el salario mínimo en Nicaragua?

-Existe la Ley 129 –Ley de Salario Mínimo– que establece que los salarios se deben revisar cada seis meses. La Canasta Básica está conformada por 53 productos y fue elaborada en los años 80, cuando estábamos viviendo en una economía de guerra y de subsistencia. Representaba lo mínimo que necesitaban dos personas que trabajaban para sobrevivir. En esta Canasta siguen vigentes cantidades que ya no tienen sentido.

 

-¿Puede dar un ejemplo?

-Se calculan, por ejemplo, 18 libras (8 quilogramos aproximadamente) mensuales de arroz y frijoles lo que para una familia de seis personas, que es el promedio en Nicaragua, equivaldría a tres libras (1,5 quilogramos aproximadamente) por persona. Paralelamente, nunca se quiso reconocer el valor de los alquileres y siempre se dejaron en valor cero, mientras que para la mayoría de las familias nicaragüenses representa un costo real muy alto. Durante los últimos 16 años protestamos porque estos valores ya no tenían significado y estaban totalmente desfasados, pero no quisieron escucharnos. En febrero de 2007, el Banco Central de Nicaragua (BCN) calculó el valor de la Canasta Básica en 3.375 córdobas (185 dólares). Si una trabajadora de la maquila gana 1.478 córdobas (81 dólares) de salario mínimo, esto quiere decir que a duras penas logra cubrir menos del 50 por ciento de la Canasta. Esto equivale a una libra y media (700 gramos) de arroz y de frijoles y a una sola libra (450 gramos) de carne mensual para su familia. Para cubrir el total de la canasta tendrían que trabajar por lo menos dos personas. La situación empeora en el campo, donde el salario mínimo es de 869 córdobas (48 dólares) y cubre solamente el 30 por ciento de la Canasta. Se necesitan más de tres personas en una familia campesina para supuestamente alcanzar el mínimo indispensable para sobrevivir, y esto siempre tomando en cuenta que son cálculos hechos en tiempos de guerra y que no se corresponden con la realidad actual.

 

-¿Cómo se desarrolló la negociación en la Comisión Tripartita?

-Nuestro objetivo era llevar los salarios de los sectores incluidos en la tabla salarial, que son nueve, al 100 por ciento de la Canasta Básica y, paralelamente, que hubiese un sólo salario mínimo y no nueve como hay ahora. Frente al rechazo del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) y del mismo gobierno, buscamos negociar que por lo menos nos reconocieran el poder de compra perdido.

 

-¿De qué se trata esto?

-En marzo de 2006 la Canasta Básica era de 2.819 córdobas (155 dólares), y este año alcanzó los 3.081 córdobas (170 dólares), así que el poder de compra perdido es de 270,90 córdobas (15 dólares). Las empresas y el gobierno llevaron una propuesta de incremento del 10,4 por ciento, lo que no llega siquiera a cubrir ese poder de compra perdido. En búsqueda de un entendimiento decidimos presentar como última y definitiva propuesta un incremento del 25 por ciento al salario mínimo y, sucesivamente, negociar una reforma de la Canasta. Frente al rechazo total de las otras partes abandonamos las negociaciones y reunimos al Consejo Nacional del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), en donde acordamos desarrollar diferentes actividades de protesta contra la intransigencia empresarial y gubernamental.

 

-¿Cuáles van a ser estas actividades?

-El viernes 20 de abril habrá una marcha y vamos a protestar frente a las instalaciones del Ministerio del Trabajo (MITRAB), del COSEP y del Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP). Vamos también a estudiar cuáles son las empresas del sector maquila, construcción y hoteles-restaurantes donde se puedan comenzar protestas escalonadas, hasta llegar a una gran marcha en ocasión de las celebraciones del 1 de Mayo. Si no se llega a un entendimiento esto podría desembocar también en una huelga nacional, porque los trabajadores no pueden seguir con estos salarios de miseria. Vamos a involucrar también a la Asamblea Nacional. Nos vamos a reunir con la Comisión Laboral y a los diputados de todas las bancadas les vamos a exigir una reforma a la Ley de Salario Mínimo, para que se aplique un incremento del 100 por ciento de la Canasta Básica. Nicaragua tiene un salario promedio de 70 dólares, el más bajo de la región centroamericana. Es por eso que las maquilas y las empresas transnacionales buscan cómo invertir en nuestro país, porque saben que aquí se pagan salarios de miseria y se permiten todas las violaciones a los derechos laborales y sindicales.

 

-¿Cúal ha sido el papel del gobierno en estas negociaciones?

-El MITRAB ha jugado el papel que le corresponde, es decir de amigable componedor entre las partes, y estamos satisfechos de cómo lo ha desarrollado. El Ministerio de Hacienda, como representante del gobierno, secundó la propuesta de la empresa privada y nosotros rechazamos esta actitud y no vamos a respaldar nunca esta propuesta. Saliendo de las negociaciones estamos demostrando que queremos defender los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Apoyar esa propuesta sería traicionar a la clase obrera que cree en nosotros y es por eso que vamos a defender nuestra posición en la calle. Es más, aquí hay que hacer una profunda reforma tributaria, porque hay un sinnúmero de estudios que demuestran que la carga fiscal recae sobre todo en los obreros, los pobres, mientras que los ricos no pagan nada y gozan de grandes exoneraciones. Venimos de 16 años de desgracia que significaron menos salud, menos educación, menos salario y menos empleo. Hay que cambiar todo eso, para lograr que quien gane más pague más.

 

-Los empresarios aducen que un incremento como el que piden ustedes los llevaría a la quiebra.

-De 1990 a 1999 los obreros de la construcción lograron un aumento superior al 160 por ciento y nadie quebró. Cuando nos dicen que la economía se va a descarrilar, que les va a tocar despedir a la gente, que se va a ahuyentar la inversión, es que quieren chantajearnos. Revisemos los costos y miremos cuál es su margen de utilidades. Que den parte de estas utilidades a los que generamos la riqueza en el país, que somos los trabajadores.

 

-El discurso del gobierno sobre garantizar las inversiones de las empresas, sobre todo si son extranjeras, parece no tomar en cuenta la necesidad de asegurar, al mismo tiempo, el respeto a los derechos laborales y sindicales de las y los trabajadores. ¿Qué opinión tiene al respecto?

-El gobierno se ha abierto a las inversiones y no podemos negar que existe una campaña política contra el FSLN y el gobierno. Hay sectores que quisieran que la inversión se fuera del país y que la situación se complicara. Reconocemos la importancia de la inversión extranjera, pero tenemos que exigir responsabilidad social empresarial, lo cual significa mejores salarios, respeto al medio ambiente y a los derechos de los trabajadores. No se trata sólo de que entre el gran capital. El año pasado se exportaron 1.000 millones de dólares, pero es muy poco lo que de esta cantidad quedó en Nicaragua.

En Managua, Giorgio Trucchi

© Rel-UITA

19 de abril de 2007

 

 

 

 FOTOS: Giorgio Trucchi

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