La Conferencia
Internacional del Trabajo de la OIT adoptó en junio de 2008 una Declaración
sobre la Justicia Social para una globalización equitativa
La fecha fue designada por la Asamblea General de
Naciones Unidas, en su 62ª sesión, en noviembre de 2007, para su celebración
a partir de 2009. Con esta designación, la Asamblea General reconoció “la
necesidad de seguir consolidando los esfuerzos de la comunidad internacional
para la erradicación de la pobreza y la promoción del pleno empleo y el
trabajo decente, la igualdad de género y el acceso al bienestar social y a
la justicia, para todos”.
Los Estados miembros fueron invitados a dedicar
este día especial a la promoción de actividades nacionales específicas
conforme a los objetivos y propósitos de la Cumbre Mundial para el
Desarrollo Social y la 24ª sesión de la Asamblea General, titulada “Cumbre
Mundial para el Desarrollo Social y más: lograr el desarrollo social para
todos en un mundo globalizado”.
Este día se ve firmemente respaldado por la
Declaración de la OIT sobre la Justicia Social para una globalización
equitativa, que fue aprobada por unanimidad el 10 de junio de 2008. Esta es
la tercera declaración de principios y políticas de gran alcance adoptada
por la Conferencia Internacional del Trabajo desde su creación en 1919. Las
dos anteriores son la Declaración de Filadelfia, de 1944, y la Declaración
de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo y
su seguimiento, de 1998. La Declaración de 2008 expresa la visión más
actualizada del mandato de la OIT en la era de la globalización.
Esta Declaración es una decidida reafirmación de
los valores de la OIT. Es el resultado de consultas tripartitas que se
iniciaron tras el lanzamiento del Informe de la Comisión Mundial sobre la
Dimensión Social de la Globalización, y supone la contribución de la OIT al
progreso y la justicia social en el contexto de la globalización. Los
representantes de los 182 Estados miembros se comprometieron a unir sus
esfuerzos para reforzar la capacidad de la OIT en el avance hacia dichas
metas a través de la Agenda de Trabajo Decente. La Declaración
institucionaliza el concepto de Trabajo Decente desarrollado por la OIT
desde 1999, y lo sitúa en el centro de las políticas de la Organización para
alcanzar sus objetivos constitucionales.
A través de esta Declaración, los gobiernos,
empleadores y trabajadores de todos los Estados miembros llaman a la
adopción de una nueva estrategia para sostener a las sociedades abiertas y a
la economía global con base en la justicia social, el pleno empleo y la
cohesión social. La Declaración reconoce los beneficios de la globalización,
pero además llama a que se realicen nuevos esfuerzos para la implementación
de políticas de trabajo decente como medio para alcanzar resultados mejores
y más equitativos.
De manera específica, esta Declaración sienta una
nueva base a partir de la cual la OIT puede apoyar los esfuerzos de sus
mandantes para promover y alcanzar el progreso y la justicia social a través
de los cuatro objetivos de la Agenda de Trabajo Decente: empleo, protección
social, diálogo social y tripartismo, y principios y derechos fundamentales
en el trabajo. Es más, al resaltar la naturaleza interdependiente de estos
cuatro objetivos, la Declaración subraya que la falta de apoyo a cualquiera
de ellos afectaría la promoción de los demás.
Al mismo tiempo, la Declaración les otorga a los
mandantes de la OIT la gran responsabilidad de contribuir, a través de sus
políticas socioeconómicas, a la realización de una estrategia global e
integrada para la implementación de la Agenda de Trabajo Decente. La
Declaración también le pide a la OIT que invite a otras organizaciones
internacionales y regionales a promover el trabajo decente, y agrega:
“debido que las políticas comerciales y de los mercados financieros impactan
sobre el empleo, el papel de la OIT es evaluar dicho impacto para lograr que
el empleo esté en el corazón de las políticas económicas”.
La Declaración resalta que la globalización está
causando una profunda reforma en el mundo laboral. Por un lado, dice, la
globalización ha ayudado a que muchos países se vean beneficiados con altas
tasas de crecimiento, creación de empleo, la absorción en zonas urbanas
modernas de una gran parte de la población rural pobre, y el fomento de la
innovación para el desarrollo de productos y la circulación de ideas. Por
otro lado, la globalización ha llevado a que muchos países y sectores
enfrenten grandes desafíos en términos de desigualdad del ingreso, altos
niveles de desempleo y pobreza, vulnerabilidad económica ante los shocks
externos, y el crecimiento del trabajo sin protección y de la economía
informal, que tiene un impacto sobre la relación de trabajo y en las
protecciones que la misma ofrece.
Esa Declaración subraya que la libertad sindical
y el derecho de negociación colectiva, la eliminación del trabajo forzoso u
obligatorio, la abolición del trabajo infantil, y la eliminación de la
discriminación en materia de empleo y ocupación, son los principios básicos
de la organización. La Declaración adoptada este año subraya la importancia
particular de estos derechos como condiciones que llevan a la realización de
los cuatro objetivos estratégicos de la OIT.
La Declaración incluye un mecanismo de
seguimiento para asegurar los medios con los cuales la Organización asistirá
a sus Miembros en los esfuerzos por promover la Agenda de Trabajo Decente,
incluyendo una revisión de las prácticas institucionales de la OIT y su
gobernabilidad; discusiones en el seno de la Conferencia Internacional del
Trabajo sobre las realidades y necesidades de los Estados miembros y los
resultados de las actividades de la OIT; evaluaciones voluntarias por parte
de países, asistencia técnica y servicios de asesoramiento; y el
fortalecimiento de las capacidades de investigación, y la recolección e
intercambio de información.
Tomado de
Comfia
20 de
febrero de 2009
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