Ofrecer una educación de calidad a los niños y jóvenes es uno de los
principales retos con que se enfrentan los gobiernos de los países del Sur.
La educación es el derecho fundamental al que van entrelazados otros muchos.
El verdadero significado de una escuela es enseñar a ser uno mismo. Algo que
tiene que ver con ser autónomo e independiente.
Sabes
leer, ellos no. Podemos cambiarlo.
Es el lema de campaña de la ONG Manos Unidas para 2007. Es
una iniciativa que ayuda a avanzar en la consecución de una educación
primaria universal y gratuita para 2015, uno de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio, firmados por 189 países en la Cumbre celebrada en el año 2000
en Nueva York.
Ofrecer una
educación de calidad a los niños y jóvenes es uno de los principales retos
con que se enfrentan los gobiernos de los países empobrecidos. La educación
es un derecho fundamental al que van entrelazados otros muchos.
El
verdadero significado de una escuela es enseñar a ser uno mismo. Algo que
tiene que ver con ser autónomo, independiente y responsable. Una escuela no
sólo para alfabetizar sino para hacer ciudadanía, que los niños aprendan que
la educación es su derecho, que el medioambiente limpio es un derecho, que
son protagonistas de su propia realidad. En la escuela se aprende a pensar,
reflexionar, hacer críticas y propuestas.
Hay
situaciones relacionadas con la falta de acceso de muchos niños y jóvenes a
los procesos educativos. Entre ellas, la de 500.000 jóvenes reclutados por
el ejército y grupos paramilitares en más de 30 países y la de los 13
millones de niñas que cada año son madres. También los jóvenes representan
casi la mitad de todos los nuevos casos de infección por el VIH.
La
humanidad cuenta con los medios necesarios para lograr que todos los países
puedan salir de la pobreza extrema, la clave está en reducir la desigualdad,
hacer justicia. En los países industrializados se invierten más de siete mil
dólares por niño cada año en educación, mientras en África Subsahariana se
invierten 38 dólares por niño. La reducción de un 1% de los gastos militares
mundiales podría proporcionar educación primaria a todos los niños del
mundo.
Según el
informe El desarrollo y la próxima generación elaborado por el Banco
Mundial, actualmente hay más de 1.300 millones de jóvenes en las economías
emergentes, la cifra más elevada de toda la historia. No ha habido mejor
momento para invertir en su educación. Toda una oportunidad si se sabe
aprovechar con responsabilidad y visión de futuro. Hoy, son más de 100
millones de niños los que no asisten a la escuela y más de 850 millones de
analfabetos en el mundo.
En cifras
globales, casi la mitad de todos los desempleados son jóvenes, soportan
tasas de desempleo dos o tres veces mayores que las de los adultos. Son 130
millones de entre 15 y 24 años los que no saben leer ni escribir. Además,
más del 20% de las empresas de países como Argelia, Bangladesh, Brasil,
China, Estonia y Zambia reconocen que uno de los obstáculos importantes que
afectan a sus operaciones de desarrollo consiste en la falta de formación
adecuada de los trabajadores. Para superar esta desventaja se requieren más
y mejores inversiones en los jóvenes. Es preciso ofrecer más puestos
escolares de secundaria y garantizar una calidad de la enseñanza adecuada
para que los jóvenes que acaban sus estudios puedan competir en el mercado
de trabajo.
Cuando
hablamos de educación, ciencia y cultura estamos hablando de un auténtico
reconocimiento. Es necesario que los países trabajen en políticas y
programas que aborden los tres elementos. Solo así podemos aspirar a
sociedades más justas e integradas en las que todos tengamos oportunidades y
no haya lugar para la exclusión.
La sociedad
civil tiene un importante papel en ello, formando parte de organizaciones y
campañas de apoyo a las acciones educativas que permiten sembrar un futuro
donde la libertad y la participación puedan ser ejercidas por todos de una
forma real. Así es como se construye una democracia, con oportunidades para
todos.
María José
Atiénzar
Centro de
Colaboraciones Solidarias
19 de
enero de 2007
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