Colombia
La historia del pueblo wayuu es
similar a la de todos los pueblos indígenas: tratar de
sobrevivir y evitar el despojo territorial y cultural. El
wayuu es el más numeroso de los 84 grupos indígenas de
Colombia, que hablan 64 idiomas y suman unas 140.000
personas, además de 170.0000 en Venezuela. Es un pueblo
nómada que habita la zona norte del país y migra
internamente de acuerdo a las condiciones climáticas. Los
wayuus son tradicionalmente pescadores y pastores, y vivían
en relativa calma hasta hace menos de una década, cuando la
violencia social del país y poderosos intereses pusieron los
ojos en sus tierras.
"Poco a poco, nuestras tierras han sido invadidas por
paramilitares y hubo masacres, como la realizada en el 2004,
dice Carmen Ramirez Bascán. Entonces asesinaron con lujo de
violencia a varios indígenas y secuestraron a otros,
incluyendo mujeres y niños." El objetivo, afirma, es lograr
el control de las tierras de la mina abierta de carbón más
grande del mundo, "El Cerrajón". Por ley, no se pueden
comprar ni vender estas tierras sin aprobación de los
indígenas. La violencia está destinada a quienes se oponen a
vender o para crear temor y forzar negociaciones de las que
se beneficiarían ciertas corporaciones.
Debido a la violencia, muchos wayuus se están marchando a
Venezuela. Según Ramírez Bascán, a pesar del carácter
binacional de este grupo étnico, al migrar forzadamente y no
ser tratados como refugiados, no reciben igualdad de
oportunidades. En consecuencia, los niveles de pobreza son
muy altos y las condiciones de vivienda y salud, muy bajos.
"Estamos empezando a organizarnos, queremos negociar con el
gobierno y diferentes organizaciones de base la protección
de quienes regresan", comenta. El problema principal,
asegura, es que el gobierno colombiano no garantiza la
seguridad interna.
Los indígenas se oponen a la expansión económica que atenta
contra sus territorios. "Queremos que se respete el derecho
a la consulta de nuestra comunidad, nuestro autogobierno",
dice Ramírez Bascán, y agrega que no se oponen a realizar
negocios aunque quieren que se realicen con el acuerdo de
los dueños de las tierras: "sabemos que quieren comprarnos,
dividirnos, pero no nos quedaremos de brazos cruzados".
"Hay muchos procesos migratorios más allá de México y
Estados Unidos", dice con una sonrisa. Y menciona que muchas
organizaciones, incluso de carácter oficial, no consideran
la migración interna como un proceso migratorio "serio".
Sólo al pasar a Venezuela, el caso de los wayuus se
considera oficialmente como emigración.
Para esta activista, la situación de los indígenas del área
es delicada. "El Plan Colombia afecta a la población del
país y en particular a nuestros pueblos", dice refiriéndose
al plan gubernamental financiado por Estados Unidos por
medio del cual, supuestamente, se busca eliminar el
narcotráfico. "En realidad es parte de un plan de expansión
económico de las corporaciones que afecta nuestras tierras y
cultura."
El gobierno de Washington destina millones de dólares a la
militarización de amplias zonas de Colombia, incluidas zonas
fronterizas con Ecuador. Los conflictos bélicos y los
cambios ambientales que se están produciendo generan
migraciones internas en ambos países, con la secuela de
miles de personas desplazadas y marginadas, aumento de la
pobreza, problemas de vivienda y alimentación.
"El Plan Colombia es un atentado contra la calidad de vida y
el medio ambiente, afirma Ramírez Bascán. La campaña
'antiterrorista' de Estados Unidos es el lenguaje de este
proceso." Lo dice claramente, para que no queden dudas.
Eduardo Stanley
27 de julio de 2005
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