Las remesas de los
inmigrantes se han convertido en un pilar de varias economías
latinoamericanas, hasta representar una quinta parte del PIB de Haití, El
Salvador o Nicaragua, y una media del 2,5% de la economía del subcontinente.
Según
el Instituto Elcano, que presentó ayer su Anuario de América Latina
2004-2005, las remesas hacia Latinoamérica se han multiplicado por 20 desde
1985 y son "el elemento más dinámico" de la región.
En 2004, los inmigrantes
que vivían en España mandaron 1.804 millones de euros a América Latina, el
52,6% de todas las remesas enviadas desde el país. Lo que hace 20 años era
un fenómeno casi exclusivamente mexicano se ha generalizado hoy a todo el
subcontinente, salvo las excepciones de Chile y Venezuela, dos de las
economías americanas más dinámicas. Iñigo Moré, que estudió este fenómeno
para el Instituto Elcano, afirma que sin el dinero que los latinoamericanos
reciben de sus familiares exiliados, las balanzas de pagos de esos países
serían negativas.
Carlos Malamud, editor
del Anuario Elcano América Latina, considera que la pregunta aún por
contestar es saber si esas cantidades de dinero se pueden concretar "en una
palanca de desarrollo". Y apunta: "Depende de cómo se utilicen. De un lado,
permiten equilibrar el presupuesto de las familias; del otro, puede haber
distorsiones, como que las familias dejen de trabajar al recibir el dinero".
El investigador propone que las instituciones financieras internacionales
incentiven la utilización de estos fondos para inversiones productivas y
premien cada euro invertido con un préstamo por el mismo valor.
Los países que en 2004
recibieron más dinero por parte de sus emigrantes fueron México, Brasil y
Colombia, pero si se toma en cuenta lo que representan estos importes en las
economías locales, son Haití, El Salvador y Nicaragua los Estados que más
dependen de sus ciudadanos que viven en el extranjero. En los tres últimos
casos, el dinero recibido supera el 18,5% de su producto interior bruto.
10% de la población
Malamud insiste en la
importancia de las remesas que proceden de España, un fenómeno muy novedoso
teniendo en cuenta que hace apenas 40 años "eran los exiliados españoles
quienes mandaban dinero al país". Según el experto, las cifras son la
consecuencia lógica del crecimiento rápido de la presencia de inmigrantes,
que suponen entre el 8% y el 10% de la población de España.
Otro dato nuevo es la
llamada informalización de las remesas; es decir, que muchos inmigrantes
evitan los bancos y prefieren pagar en España electrodomésticos que serán
entregados a sus familias en sus países de residencia.
En el anuario también
destacan las previsiones sobre la situación del castellano en el mundo. El
autor del artículo, Jaime Otero, estima que en 2050, 486 millones de
personas podrían usar el castellano como lengua materna, en lugar de los 304
millones actuales. Otero habla de un "aumento ligero del peso relativo en
comparación con otras lenguas europeas de origen europeo", aunque el árabe o
el hindi serán aún más dinámicos.
Además de análisis
detallados de los principales acontecimientos políticos y económicos de la
zona, el anuario, de 646 páginas, ofrece una recopilación de los principales
datos socioeconómicos de 20 países latinoamericanos.
Tomado de
comfia
9 de febrero
de 2006