En 1983, Chile bajo la dictadura pinochetista vivía el
alza de un nuevo ciclo de luchas sociales luego de 10 años de crímenes, tortura,
exilio, desaparecidos, y resistencia heroica de pequeñas y clandestinas células
del pueblo. La crisis económica de comienzos de la década de los 80 gatilló el
descontento y la organización multifacética y en clave popular de amplias
franjas de la sociedad, superando el terror y la alienación de la peor tiranía
conocida en el país.
Hace 25 años todavía vivía quien fuera, después de Luis
Emilio Recabarren, el más reconocido padre de la unidad de los trabajadores
chilenos, el dirigente y fundador de la Central Única de Trabajadores en 1953,
Clotario Blest Riffo (1899-1990), la que presidió hasta 1961. Inagotable,
en 1931 fundó la Liga Social de Chile junto a Fernando Vives; en 1943
creó la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), organizaciones
que cristalizarían en la central de asalariados más importante de la historia de
Chile, la CUT. En su declaración de principios fundacional se
señala, sin ambigüedades, que “la Central Única de Trabajadores tiene como
finalidad primordial la organización de todos los trabajadores... para la lucha
contra la explotación del hombre hasta llegar al socialismo integral”.
Durante los primeros años de la dictadura, Clotario Blest
recreó el Comité de Defensa de los Derechos Humanos para asistir a las víctimas
políticas de la peor época de la represión pinochetista, y colaboró en el
surgimiento de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecido y
Ejecutados Políticos.
Su figura entrañable, siempre motivada por la tríada muy
personal y de fuertes contenidos cristiano-liberadores, de Resurrección,
Revolución y Crucifixión, se ilustraba inmejorablemente en las personalidades
inspiradoras de su andar, Luis Emilio Recabarren, Che Guevara y
Mahatma Gandhi. Sólo la lealtad de muy pocos, acompañó su muerte el 31 de
mayo de 1990.
También en 1983, el actual Secretario General de la
Confederación de Sindicatos Bancarios de Chile, Luis Mesina Marín (ex
vicepresidente de la CUT y con 28 años de lucha sindical en el cuerpo),
era un muchacho que comenzaba a hacer sus primeras armas en el mundo de los
trabajadores organizados. En mayo de ese año grabó un encuentro que sostuvo con
Clotario Blest.
Ese mismo año, el periodista que editó esta entrevista, que
ya tiene signos de documento altamente significativo para los trabajadores y el
pueblo, contaba con escasos 13 años, y se las batía entre balbuceos poéticos y
mucho Julio Verne, Manuel Rojas y Juan Ramón Jiménez.
Valga esta breve entrevista como un modesto homenaje a quien
entregara su vida a la causa de los asalariados y la unidad necesaria de la
clase trabajadora chilena. El tiempo ha transcurrido vertiginosamente, pero la
ética insobornable de Clotario Blest arroja fundamentos solares en estas
horas de confusión y diáspora.
La entrevista de
1983 con un Clotario de 84 años
-¿Cómo estima que lo perciben a usted los trabajadores del
movimiento sindical?
-“Me creen, porque yo nunca les he mentido ni he tenido ambiciones
de ninguna naturaleza. Actualmente estoy pobre, solo y abandonado.
¿Y ahora qué ocurre el Primero de Mayo? Santiago es una ciudad
muerta. Antes hacíamos un Primero de Mayo con 50 mil personas. Con
la actual división de los trabajadores, no se hace absolutamente
nada. El Primero de Mayo es una fecha mundial. Sin embargo, cada
país debe tener una actividad propia. Chile es uno de los
países que ha tenido más obreros muertos en su historia. Sólo en
1907, el ejército mató 3 mil trabajadores en la Escuela Santa María
de Iquique.”
-Los dirigentes Humberto Valenzuela y Luis Vitale siempre lo
recuerdan con mucho afecto…
-“Humberto Valenzuela y Luis Vitale son excelentes
dirigentes. Ellos están exiliados y el tirano (Augusto Pinochet)
sabe que ellos son dirigentes unitarios. Y su tarea es perseguir a
los unitarios.”
-Usted es muy conocido por su enorme independencia respecto de
los partidos políticos (de todo signo), de los patrones y de los
gobiernos de turno, lo que le ha valido grandes críticas…
-“Una cosa es la política, y la otra, la politiquería. Hay muchos
que los mueven intereses puramente personales, y son “mandoneados”
por la oligarquía norteamericana o por sectores incluso religiosos.
Ahora, los trabajadores deben llegar al gobierno porque son la
inmensa mayoría del país. ¿Qué es la democracia sino? A simple
vista, ¿Cuáles son los sectores mayoritarios de Chile? Los
trabajadores, los campesinos, los empleados particulares y los
fiscales. Algunos no entienden el sindicalismo; creen que es un
nuevo partido. Sindicalismo significa “justicia en conjunto” (del
griego). Y eso es lo que hay que hacer. ¿Pero quién manda hoy? El
dinero.”
-¿Qué piensa de la legislación laboral actual y qué deben
considerar los trabajadores a la hora de negociar colectivamente?
- “Las leyes laborales actuales están completamente mal
interpretadas. El salario es miserable. La asignación familiar,
peor. Todo beneficio se reduce a cero. Y primero hay que vivir,
después hay que filosofar. Por otra parte, la negociación colectiva
es un arma de los trabajadores. Yo recuerdo a estos señores que eran
dueños de las minas del cobre en mis tiempos, en un momento en que
estaban paralizadas todas las minas. Entonces me llamaron y me
propusieron un proyecto. Ellos me dijeron “Si usted acepta nuestro
proyecto, le vamos a regalar 5 millones de pesos.” Váyanse a la
mierda, les contesté. Así eran de sinvergüenzas.”
-Detrás de usted está la imagen de Cristo…
-“Ahí está mi maestro. Él lucho por los pobres sin ninguna
ambición.”
-¿Cómo evalúa el momento actual?
-“Ahora usted sabe lo que dijo el Cardenal Silva Henríquez:
“Atravesamos por un período de crisis moral.” Yo le respondí a
través de la prensa, con todo respeto, que no hay crisis moral. Lo
que pasa es que la gente de cierta edad que está actuando está
totalmente absorbida por el sistema y la mueve sólo la plata.
Quienes pueden levantar la bandera de la libertad, son los jóvenes.
El otro día estuve en la Escuela de Derecho, y tuve una gran
recepción. Todos están por una posición unitaria. Libertad, justicia
y fraternidad, tres principios que jamás deben faltar.”
-¿Cuál cree que es la perspectiva del movimiento sindical chileno?
-“Tarde o temprano llegará la unidad. Y seremos un gran movimiento
juvenil. Que la juventud salga a hacer frente a los problemas y se
ponga a la cabeza de todos los trabajadores chilenos. Y le advierto
que la clase trabajadora resucitará. La juventud de los sindicatos y
estudiantil no está podrida”.
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Andrés Figueroa Cornejo
Tomado de Argenpress
9 de octubre de 2008
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