Uruguay

Con Ronald Grasside *

 

"Apostamos a eliminar

el trabajo infantil en Uruguay"

El inspector general de Trabajo, Ronald Grasside, anunció que ésta será una de las prioridades de su área aunque en nuestro país, los registros no son muy significativos. El jerarca solicitará para la próxima instancia presupuestal la duplicación de funcionarios, de la flota automotriz y del instrumental técnico e informático, para lograr una mejora de gestión en la labor inspectiva.

 

-¿En qué condiciones recibieron la Inspección General de Trabajo, y qué han podido hacer en estos tres primeros meses de gestión?
-En primer lugar, procedimos a recuperar fundamentalmente el parque automotor, ya que, en la administración anterior, prácticamente la Inspección no tenía medios de movilización en el territorio nacional. Recuperamos ocho móviles, que nos permitió intensificar la labor de inspección en todo el país, al tiempo que comenzamos a darle un mejor uso del combustible ya que, a pesar de que la Inspección de Trabajo no tenía autos, se gastaba en un mes lo que nosotros en tres meses estamos gastando casi con una triplicación de la cantidad de inspecciones, y además con un desarrollo en todo el territorio nacional.

Al mismo tiempo, hemos recuperado pases en comisión que son funcionarios inspectores. Hay que saber que, en particular, los inspectores entran por concurso especial, y también hemos reforzado, fundamentalmente, lo que es apoyo de la División Jurídica, como también de la División Administrativa.

Si a todo esto le sumamos que las inspecciones están más orientadas a sectores de actividad específica, los resultados están siendo importantes en cuanto que estamos controlando los principales sectores de actividad de nuestro país, y efectivamente estamos constatando las irregularidades en aquellos sectores con mayor potencial de ocupación y que, a su vez, tienen mayores problemas en el cumplimiento de las normas laborales.

-Los vehículos que fueron recuperados, ¿ en qué condiciones estaban?
-Parte de ellos estaban sobrepasados de kilometraje. Había una camioneta con 600 mil kilómetros a la que el costo del ajuste del motor no se justificaba. Pero recuperamos la mayoría de los componentes de la flota en condiciones aceptables, y se incorporaron además dos camionetas que venían del Ministerio del Interior que también tienen un uso importante, pero nos están siendo de utilidad de acuerdo con la inexistencia de medios con que contábamos.

-En relación al número de funcionarios. ¿ Todavía hay un déficit en ese rubro?
-Sí. Tenemos que saber que existe un planillado del cuerpo de inspectores con 109 funcionarios, pero activos, reales, a la fecha hay 85 inspectores en Montevideo y 14 en el resto del país. Pero además tenemos un cuerpo jurídico con 12 abogados y escribanos, contamos con una unidad administrativa con 12 funcionarios, y una unidad de registro de documentación de las unidades productivas con 25 funcionarios.

Sin duda, para las tareas que se ha propuesto la nueva administración, que tiene que ver, por ejemplo, con la reinstalación de los Consejos de Salarios y la negociación tripartita, no solamente en el sector privado tradicional, comercial e industrial, sino además en el sector rural y, fundamentalmente, en el Estado, nos indica que la dotación de todo el personal de Inspección es insuficiente. Pero además, las distintas divisiones que integran la Inspección estaban poco menos que trabajando en forma independiente, lo que generaba una ineficiencia muy alta, cuestión que hemos venido corrigiendo y que, seguramente, nos va a llevar todo este año para introducir todos los cambios que los propios trabajadores, y aún los directores de división ya habían reclamado a las administraciones anteriores, y que no fueron atendidos.

Además de esa reorganización, es evidente que necesitaríamos, de acuerdo a los objetivos de la instalación de las políticas de trabajo, casi una duplicación de las fuerzas de trabajadores en la Inspección de Trabajo.

-Días atrás el ministro Bonomi señaló, durante su participación en los tradicionales almuerzos de ADM, que uno de los graves problemas que tenía la Inspección General de Trabajo era el sector rural. ¿Cuáles son las faltas más comunes que se encuentran dentro de esa área productiva del país?
-Allí tenemos un retraso normativo muy importante. El sistema de registro y documento único rural no permite efectivamente llevar un registro de actividades de empresas rurales, y por tanto un conocimiento del Estado de cuales son y de que modo las llevan a cabo los trabajadores y aún las unidades productivas del sector rural. Esta es una primera dificultad importante que tiene que ver con la información de las unidades productivas en todo el país.

Pero además, en los últimos años el sector rural tiene una muy alta movilidad. Es decir, lo que era la estancia tradicional con una producción pastoril, hoy introduce empresas de servicio que van desde servicios agronómicos hasta servicios de maquinaria, tanto para la roturación y la cosecha, como otros servicios y sectores de trabajadores que tienen que ver con los alambrados o su reposición, con la vacunación y lavado de animales, y todo esto hace que, muchas veces en una unidad productiva rural, haya a lo largo del año y aún en un mes, diversas actividades que no son continuas o que no establecen trabajadores permanentes del establecimiento.

También existen los trabajadores del establecimiento, por lo que uno de los elementos centrales de lo que tendrá que ver con el tripartismo en materia de políticas de inspección tiene que ser percibir claramente como hoy se establece el proceso de producción en el sector rural.

-¿Cuántas son las inspecciones que realizan mensualmente?
-Hemos venido aumentando de un total general de unas 600 inspecciones mensuales a unas 1.200 inspecciones durante los meses de abril y mayo. Pero lo importante no es solamente la cuantificación en número de las inspecciones, sino que también tiene que ver con la potencialidad que tenemos en infraestructura, logística y capacidad del personal, ya que las 600 que se hacían anteriormente no cubrían el territorio nacional. En cambio ahora, las 1.200 cubren todo el país.

-¿Es grave el tema del trabajo infantil en el Uruguay?
-La OIT ha considerado el combate al trabajo infantil como una de sus prioridades. Es cierto que en buena parte de América Latina se instalan procesos de producción con niños que prácticamente trabajan en condiciones de esclavitud. En el Uruguay el trabajo infantil que nosotros registramos en realidad suelen ser familias que se contratan o que trabajan en actividades como la agricultura o el sector agrícola, pero que también los podemos ver en actividades como pueden ser en la recolección y reciclaje informal que hay en Montevideo y en el interior, donde allí hay niños que ayudan con el trabajo de la familia.

Esto para nosotros tiene una categorización especial porque no estaría configurado en lo que es la explotación de niños con fines de producción. Acá lo que tenemos en Uruguay es el fenómeno de pobreza, donde el niño tiene que acompañar a su familia, porque muchas veces se les contrata y no tienen donde dejar a ese niño.

Si bien es un tema que nos preocupa y estamos registrando todas esas actividades donde participan menores, y tenemos planteado hacia delante un esfuerzo de eliminación de esta situación, es una problemática que no tiene exclusivamente que ver con la Inspección General, sino que tiene que ver con el programa del Ministerio de Desarrollo Social, con una reconstrucción del Instituto del Niño y el Adolescente, y con poder acceder por otras vías para efectivamente poder eliminar el trabajo de los niños. Apostamos a la eliminación del trabajo infantil en el Uruguay.


Gabriel Ciomei

La República

6 de junio de 2005

 

 * Inspector General del Trabajo.

 

 

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