Con una masiva marcha que recorrió las
calles de la capital guatemalteca, sumándose a la celebración del 12 de
Octubre, “Día de la resistencia indígenas”, concluyó el III Foro Social
América (FSA), en el cual centenares de organizaciones sociales plantearon
sus estrategias frente al neoliberalismo. En el marco del evento, el TPP
sentenció a las empresas transnacionales acusadas.
“En estos días se ha
hecho evidente el fracaso del sistema capitalista que desde los movimientos
sociales hemos venido advirtiendo desde hace mucho tiempo. Vivimos momentos
marcados por el desplome del sistema financiero internacional, que ha
evidenciado el carácter especulador y expoliador del capitalismo y ha
desenmascarado la falta de moral y de transparencia de los grandes
capitales. No solo se trata de una crisis financiera, sino también
alimentaria, energética, medioambiental y ética que amenaza con arrastrar a
la humanidad hacia inéditas situaciones de calamidad social y económica.
El sistema capitalista
ha generado cada vez más exclusión, marginación, violencia y efectos
irreversibles en la vida del planeta”, señala la Declaración conclusiva de
la Asamblea de los Movimientos Sociales del III Foro Social Américas.
El documento plantea
como eje central la derrota definitiva del neoliberalismo, a través de una
agenda que prevé la lucha contra la militarización del continente, la
resistencia a las nuevas formas de apropiación de los recursos naturales, a
la ofensiva neoliberal de los Tratados de Libre Comercio (TLC) tanto
de Estados Unidos como de Europa, al poder expoliador de las
transnacionales y a la deuda externa en cuanto inmoral e ilegítima.
“Pero no solo
resistimos, estamos viviendo un tiempo de cambio en el que nuestros pueblos
avanzan en la construcción de un modelo alternativo. Ratificamos nuestro
compromiso en la lucha de los pueblos y comunidades indígenas y campesinas
por la reforma agraria integral y la soberanía alimentaria, nuestra
oposición a la flexibilización laboral y nos pronunciamos por la defensa
irrestricta de los derechos laborales de los y las trabajadoras del
continente”, señala la Declaración.
Importantes llamados se
hicieron también al derecho de las mujeres a decidir con libertad sobre sus
vidas, cuerpos, sexualidades y territorios que habitan, con sus riquezas
naturales y culturales, y para la derogatoria de la Directiva de Retorno
de la Unión Europea.
Sentencia final del TPP:
transnacionales y
Estados son culpables
En el marco de la
jornada conclusiva del III Foro Social Américas (FSA), Marcelo
Ferreira, presidente del jurado de la audiencia centroamericana del
Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP), dio lectura a la sentencia
final en la que se acusó ética y moralmente a los Estados de Guatemala,
El Salvador, Nicaragua y Honduras, “por estar
obligados a prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los
derechos de la ciudadanía, mientras que en muchos de estos casos han operado
como agentes activos y sujetos protagónicos de violaciones a los derechos
humanos, por complicidad, omisión o connivencia con la actuación de empresas
transnacionales”. Se deliberó también sobre las violaciones cometidas por
las empresas transnacionales:y Unión Fenosa (España),
Holcim (Suiza), Cementos Progreso (Guatemala),
Enel Green Power (Italia), CALVO Conservas (España),
Grupo Pellas (Nicaragua) y a las reconocidas empresas
norteamericanas implicadas en la producción, comercialización y aplicación
del Nemagón en Nicaragua y Honduras.
El TPP auspició
“el establecimiento de condiciones de responsabilidad universal, tales como
sanciones jurídicas eficaces, difusión pública de la condena, confiscación
de los instrumentos del delito producido, multas, reparación estricta del
daño causado y en definitiva, la disolución de la empresa”.
Se condenaron también a
los Estados cuyas nacionalidades tienen las casas matrices de las empresas
acusadas por “dar el aval o estar en connivencia con las transnacionales que
actúan en el área centroamericana”, a la Unión Europea “que define
como propios los intereses de las empresas transnacionales” y a las
instituciones financieras internacionales (BM, FMI, BID,
BCIE, OMC).
En la sentencia se
exigió además a los gobiernos la suspensión de los permisos y concesiones
que afectan a los territorios y condiciones de vida de las comunidades
cuando se otorgaron sin consulta previa, el cumplimiento de la normativa
nacional e internacional en materia medio ambiental, el respeto irrestricto
de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer.
El TPP instó a
los gobiernos y a la OIT “cumplir y hacer cumplir la legislación
nacional e internacional en materia de derechos laborales. Recomendar a las
organizaciones sociales y sindicales trabajar para la organización de un
marco jurídico internacional, donde sea posible regular y juzgar a las
actividades de las empresa trasnacionales, y cómo implementar los mecanismos
para lograr el resarcimiento, indemnización y el pago de la deuda social,
económica y ecológica generada por las empresas transnacionales a los
pueblos centroamericanos”, concluyó Ferreira.