Mediante acusaciones falsas acerca de una relación del
partido mapuche Wallmapuwen (que significa “compatriotas del país
mapuche”) con organizaciones insurgentes del país vasco, el diario chileno
“El Mercurio” ha buscado desprestigiar a ese partido, creando alarma pública
para impedir su participación en las elecciones municipales del próximo octubre.
De la misma manera que el diario de la oligarquía chilena sólo ve organizaciones
terroristas en el país vasco, se ha embarcado en una campaña para desprestigiar
al partido mapuche acusándolo de tener vinculaciones con la ETA,
cuestionando así su compromiso democrático.
“El Mercurio”
reclama que se utilice una norma de la dictadura de Pinochet (la ley
antiterrorista) contra los activistas mapuche. Todas las organizaciones de
derechos humanos (chilenas e internacionales) han señalado, en cambio, que
recurrir a esas normas significaría una persecución política contra los mapuche,
que luchan por la recuperación de su territorio y de sus derechos tanto
individuales como colectivos.
Hoy, numerosos mapuche están presos en cárceles chilenas
acusados de pertenecer a organizaciones que por su combatividad han sido
acusadas de terroristas. A las empresas forestales y latifundistas les basta
con acusar a un dirigente de haberlas amenazado para que a dicha amenaza se le
agregue el calificativo de terrorista. La acusación de causar incendio contra la
empresa forestal Mininco, por la cual se ha encarcelado a Patricia
Troncoso y a otros dirigentes mapuche, se aplica contra cualquier delito
común, que pasa a ser delito terrorista si es atribuido a un mapuche. En esos
casos no es considerada la voz del acusado.
La única voz válida es la del patrono o empresario. El estado
de derecho está subordinado a la voluntad e intereses del “winka” (extranjero o
chileno) adinerado.
En 2006, un grupo de personas (en su mayoría mapuche)
lanzaron oficialmente el partido político mapuche Wallmapuwen que se
autodefine democrático, pluralista, nacionalista y en pro de la autonomía del
pueblo mapuche. Es la tercera vez en 40 años que un grupo de mapuche busca
organizar un partido político que represente sus intereses, aunque algunos
grupos políticos de derecha, especialmente la democracia cristiana, han llevado
a cabo una campaña disuasiva para evitar su formación y afianzamiento dentro del
pueblo mapuche.
Tradicionalmente, la derecha ha manipulado al pueblo mapuche
mediante falsas promesas, simples “parches” legislativos o favores personales a
dirigentes de las comunidades para mantenerlos en una situación de dependencia.
El resultado es el pesimismo mapuche en la participación política.
En la actualidad, la falta de avances en la solución política
de los conflictos territoriales en el Wallmapu, territorio ancestral de
la nación mapuche, los obliga a recurrir a los tribunales de justicia del
Estado, pero allí siempre pierden. En realidad, hasta el momento actual la
“agenda o política indígena” pareciera estar dictada por la derecha.
Toda esta realidad, que tomamos de artículos periodísticos de
Reynaldo Mariqueo, lleva a la conclusión de que los mapuche no deberían
seguir eligiendo como sus representantes a individuos cuyos miembros se
consideran dueños del Wallmapu o territorio ancestral perteneciente a una
minoría acomodada, prepotente y racista, de la nación mapuche, que por años ha
abusado del poder, la confianza y la buena voluntad del pueblo mapuche, cuya
historia, cultura, luchas y aspiraciones desconocen y, en consecuencia, no les
interesa su futuro.
El Estado de derecho sólo funciona para los latifundistas,
las empresas y las compañías forestales, pero no para el mapuche o el winka
pobre.
“El Mercurio”,
vocero de la derecha oligárquica, promotor y vocero de la tiranía que derrocó a
un gobierno popular nacido de elecciones libres, se opone a la lucha mapuche por
la recuperación de sus tierras, la defensa del medio ambiente y la
biodiversidad, depredada por multinacionales (mineras o de otra índole) que
operan en el territorio ancestral de la región mapuche.
En Chile se libra un nuevo capítulo de las luchas de
indoamérica contra las oligarquías unidas a los intereses del imperialismo
estadounidense, principal enemigo de los pueblos de América Latina y el
Caribe. Informar sobre estas realidades es uno de los pasos para
individualizar claramente al enemigo y pugnar por los intereses de la Patria
Grande, hasta el momento derrotada, pero que, como el sueño de los héroes, está
en las aspiraciones de los paisanos de estas tierras de América.
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