La
compra es el ítem fundamental para cualquier producto. Y en la cadena
solidaria construir este puente es el desafío que 1.680 personas, en 47
grupos de emprendedores, están enfrentando con éxito mediante la
implementación, hace un mes, del Centro de Comercialización de la Economía
Solidaria. La experiencia se está realizando en Campo Grande, Estado de Mato
Grosso do Sul
"El problema no era producir. Eso ya lo sabíamos hacer por
demás. La cuestión era la comercialización", cuenta la emprendedora
Sebastiana Almire sobre la idea de crear un espacio totalmente dedicado a la
compra de productos hechos dentro de la Economía Solidaria. Cuando el
Gobierno del Estado cedió un edificio, el Forum Brasilero de Economía
Solidaria hizo algunas articulaciones y, en forma organizada, la Central
comenzó a dar óptimos resultados.
Dentro de la experiencia, destaca Sebastiana, la forma de
organización adoptada por los emprendedores es lo que viene haciendo que el
negocio funcione. No hay un único gestor o coordinador de la Central. Todo
es realizado en forma autogestionada. "La gestión es rotativa y los grupos
mantienen una rotación semanal y ello está demostrando ser algo muy
interesante. Estamos poniendo en práctica mucho de lo que aprendimos en las
formaciones sobre Economía Solidaria", afirma.
Los 47 grupos de emprendimientos son tanto del área urbana
como del área rural. La propuesta es ofrecer todas las opciones posibles de
productos. Así, los productos van desde piezas artesanales, pasando por
plantas medicinales, productos indígenas y los realizados por quilombolas,
hasta material orgánico. Dos veces por semana, los agricultores de los
asentamientos llevan verduras, legumbres y frutas. "Tenemos una diversidad
muy grande de alimentos orgánicos. En la parte de artesanías también tenemos
de todo. Y con una aceptación muy buena por parte de la población", comenta.
La expectativa es que la Central pueda consolidarse como un
espacio de compra y de sustentabilidad de los productores. Para Sebastiana,
es una cuestión de tiempo. Las personas, afirma, ya están asimilando cada
vez más los valores de la Economía Solidaria.
"Creo que la tendencia es que todo vaya mejor. Tenemos un mes
de funcionamiento y hasta ahora todo ha ido muy bien. El personal está muy
entusiasmado y la Central está mostrando la cara del movimiento. Que la
verdad sea dicha: la Economía Solidaria es fundamental para miles de
personas en todo Brasil. Son personas trabajadoras que recuperaron la
dignidad, la autoestima y el sentido de ciudadanía", dijo.
La Central de Comercialización de la Economía Solidaria está
situada en la calle Cándido Mariano al 1.500, en el Centro de Campo Grande,
capital de Mato Grosso do Sul.
Rogéria
Araujo
Adital
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