América
Latina
Rebelión ante un abismo social |
Las recetas
neoliberales en América Latina han tenido un efecto
devastador en el plano social desde la década de los 90.
Han provocado
una espiral descendente de los derechos sociales, denuncia
un estudio.
El derecho a condiciones laborales decorosas, a la salud, a
la seguridad social, a la alimentación, el acceso a agua
potable, a la vivienda, a la educación y a la participación
cultural, son todos reconocidos como derechos sociales.
Estos derechos que forman parte de los derechos humanos, han
sido retomados por constituciones nacionales y tratados
internacionales con la obligación de protegerlos,
respetarlos y promoverlos.
Un estudio publicado por el Instituto de Estudios
Iberoamericanos de Hamburgo denuncia que, pese a los
esfuerzos nacionales e internacionales, el ejercicio de
estos derechos refleja, en pequeña escala, la situación
general imperante en el subcontinente, en donde unos cuantos
viven rodeados de lujo, mientras las grandes mayorías siguen
sumergidas en la pobreza.
Derechos
sociales inexistentes
"Los derechos económicos, sociales y culturales no son
ejercidos en América Latina", señalan el alemán Michael
Krennerich y el colombiano Manuel E. Góngora Mera, autores
del estudio. "En muchos lugares estos derechos son violados
a través de prácticas laborales de explotación, de
discriminación, o debido a condiciones de trabajo indignas
en plantaciones, en minas y empresas maquiladoras. Los
campesinos son expulsados de sus tierras sin que reciban
compensación alguna, son robados sin escrúpulos. Quienes
padecen enfermedades crónicas carecen del derecho a la salud
al no poder adquirir medicamentos debido a su alto costo".
El estudio denuncia la situación miserable imperante en las
escuelas públicas o la suspensión de pensiones a jubilados.
Los investigadores señalan que particularmente afectados se
encuentran las mujeres, los niños y los viejos, los
indígenas y las minorías afroamericanas, así como las capas
más pobres de la población del subcontinente.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), organismo miembro de la familia de Naciones Unidas,
busca desde los años 50 desarrollar estrategias de política
económica para América Latina.
El organismo señala que un
44% de la población latinoamericana es pobre. Un 14% vive en
la pobreza extrema.
En países como Bolivia,
Guatemala, Nicaragua y Honduras, los pobres exceden la mitad
de la población nacional. En Honduras, según la CEPAL, tres
cuartas partes de la población es pobre y la mitad vive en
pobreza extrema.
Un 44% de la población latinoamericana es pobre.
Un 14% vive en la pobreza extrema. En países
como Bolivia, Guatemala, Nicaragua y Honduras,
los pobres exceden la mitad de la población
nacional. En Honduras, según la CEPAL, tres
cuartas partes de la población es pobre y la
mitad vive en pobreza extrema. |
Los derechos sociales están anclados en las Constituciones
nacionales de los Estados latinoamericanos. Pionera fue la
Constitución Mexicana de 1917, que tuvo efectos
considerables en la formulación de otras constituciones de
América Latina. El estudio cita, además, los numerosos
tratados internacionales existentes que protegen los
derechos universales.
Organismos internacionales
Empezando por la Carta Magna de la ONU, hay otros tratados
que protegen cuestiones concretas, como por ejemplo, la
discriminación femenina o que protegen a la infancia.
También los temporeros tienen instrumentos legales que
protegen sus derechos y de sus familias. El estudio menciona
el papel de los organismos miembros de Naciones Unidas que
se han comprometido a la protección de los derechos
sociales, como son la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), cuya convención para la protección de los pueblos
indígenas ha sido suscrito por 17 países miembros, la
mayoría latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Brasil, Costa
Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, Colombia, México,
Paraguay, Perú y Venezuela. Sin embargo estas minorías
sufren despojos, viven marginadas y sin posibilidades de
ejercer derecho social alguno.
También se menciona a las organizaciones internacionales a
nivel regional como la Convención Americana de Derechos
Humanos, (ACHR). El estudio comprende sendos apartados sobre
el derecho a la salud, a la alimentación y a la educación,
entre otros y hace un balance entre la teoría y práctica, lo
que se traduce en una denuncia sobre la desprotección a la
que están expuestos las grandes masas de pobres.
Protestas y
disturbios
El estudio concluye que no es necesario ser antiglobalista
para criticar las recetas neoliberales introducidas en el
subcontinente que han empeorado aún más la situación de los
más desprotegidos. También señala, no sin cierta tristeza,
que el ejercicio de los derechos humanos es parte integrante
y habla de la calidad de la democracia en Latinoamérica. Con
todas las diferencias existentes entre los países, las
protestas y los disturbios producidos durante los últimos
años son la expresión de un movimiento de resistencia que se
rebela ante una élite política a menudo corrupta, contra el
neoliberalismo y las políticas de libre comercio, que han
despojado aún más a la población de sus derechos sociales.
En la mayoría de los países latinoamericanos se ha
profundizado el abismo entre las pequeñas capas de ricos y
las grandes masas de pobres. Sin embargo, en algunos países
se registra un nuevo potencial de protesta integrado por
capas medias pensantes que formulan su descontento en voz
alta, que se sienten engañadas en sus aspiraciones de un
ascenso social. El descenso y la marginación social se
convierten en una espiral que provoca inseguridad e
inestabilidad, una combinación explosiva para las
aspiraciones democráticas.
Eva Usi
DEUTSCHE WELLE
Argenpress
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