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					II FORO SOBRE CONTAMINANTES 
					QUÍMICOS AMBIENTALES Y PARTICIPACIÓN SOCIAL 
					Reflexiones después del Foro
					
					
					Carlitos, el escarnio y el compromiso | 
    
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					Encontrar un amigo se torna cada día más raro, pero estuve 
					en Montevideo en el II FORO SOBRE CONTAMINATES QUÍMICOS y 
					PARTICIPACIÓN SOCIAL, organizado por la Comisión "Vivir sin 
					plomo", el Instituto Goethe 
					
					y la Rel-UITA, y de forma muy casual 
					encontré un amigo. | 
  
  
 
                    
                    
					
					 
					 En 
					el Foro tuve la oportunidad de ver el resultado del dominio 
					cultural estadounidense más allá de las fronteras 
					brasileñas. Encontré algunas autoridades representativas 
					vanidosas de sus trabajos científicos, varios apenas copias 
					de otros con treinta años de antigüedad y, por carencia de 
					contextualización, utilizados con una finalidad distinta que 
					la de los originales. Pero, ¿qué hacer? El modelo de 
					dominación es así.
					
					 
					
					El 
					“hacer” siempre fue más importante que el “saber”, pues lo 
					genera. Sin embargo muchos son llevados a creer lo 
					contrario. Paul Virilio dijo: “Saber hacer no quiere 
					decir que se sepa lo que se está haciendo”.
					
					 
					
					Pero 
					también encontré ciudadanos ejerciendo su función (haciendo 
					y construyendo saber) y sustituyendo gobiernos, con la gente 
					de Don Carlos Pilo, Milka Pereira, Milton Núñez, Carlos 
					López y el equipo de la doctora Liria Martínez, que hacen 
					ciencia con conciencia y como palanca de transformación, muy 
					distintos a los burócratas presentes no comprometidos y 
					hasta fastidiados con la necesidad de justificar sus 
					acciones cuestionadas haciendo malabares, que solamente 
					permanecieron en el evento para cumplir la formalidad 
					determinada por alguna jerarquía.
					
					 
					
					Antes de 
					hablar de mi amigo me gustaría agregar para los parientes de 
					lo niños contaminados por plomo: los alimentos de la 
					agricultura industrial son los principales responsables por 
					la acumulación del metal pesado, pues estos alimentos tienen 
					bajo contenido mineral.
					
					 
					
					Esta es 
					mi presunción: Vernadiski hizo dos leyes: a) vida es 
					animación mineral; b) cuanto más evolucionado es un ser, 
					mayor cantidad y diversidad de minerales necesita. 
					
					
					 
					
					
					Por eso los europeos buscan consumir alimentos orgánicos 
					que, como se ve en la tabla abajo, contienen de diez a mil 
					veces mayor cantidad de calcio, magnesio, hierro y otros 
					minerales que inhiben la absorción de metales pesados como 
					plomo y cadmio. Cuando se consumen alimentos con un buen 
					contenido de selenio, además, se eliminan más fácilmente los 
					depósitos de mercurio.
					
					
					 
					
					
					 
					
					Con la 
					organización social que poseen, los familiares de los niños 
					contaminados pueden obtener estos alimentos de los 
					agricultores ecológicos, e igualmente se podría reclamar a 
					las autoridades competentes que los comedores y merenderos 
					de las escuelas de la región sean provistas de este tipo de 
					insumos y alimentos. Habría 
					que hacerle esta propuesta a la UNESCO, para que el gobierno 
					se viese obligado a adoptarla.
					
					 
					
					Esta es 
					la discusión más actual que hay en el área de alimentos, y 
					la Universidad de Rutgers tiene al profesor chino Zhang que 
					propone los nutracéuticos para solucionar estos problemas, 
					que en China son gravísimos. Pero nosotros tenemos esos 
					alimentos de forma natural cuando los cultivamos 
					ecológicamente.
					
					 
					
					Mi 
					participación en el evento no se relacionó con los metales 
					pesados, pero yo estudié mucho ese tema y tengo como lectura 
					cotidiana el libro de las Naciones Unidas “Elemento traço 
					na nutrição e saúde humanas”, de la editorial 
					Roca. 
					Valdría la pena que el grupo de La Teja tuviera un ejemplar.
					
					 
					
					Yo tenía 
					que participar en las presentaciones en el área de la 
					contaminación rural, principalmente agrotóxicos, que están 
					mas íntimamente vinculadas con la contaminación del plomo de 
					lo que se puede pensar. Muchos abonos químicos están hechos 
					con chatarras y provocan contaminación con metales pesados. 
					Ya asistimos a varios escándalos en Argentina y Brasil con 
					los abonos de micro nutrientes provenientes de Inglaterra y 
					Japón. El último publicado fue la contaminación de la papa 
					en São Paulo. Como consecuencia de ello, los ministros de 
					Agricultura, Salud, Medio Ambiente, Gobierno y otros 
					salieron a comer papitas fritas ante la prensa, para 
					garantizar el retorno al consumo normal.
					
					 
					
					Antes 
					teníamos escándalos; qué bueno que era, por lo menos nos 
					entreteníamos. Pero ahora esas denuncias no tienen espacio 
					en los medios. La dictadura evolucionó, y nos aburrimos.
					
					 
					
					Por eso 
					la nueva estrategia de las empresas de venenos, en el marco 
					de la OMC, es estimular las ONG para que sean utilizados los 
					términos de la época autoritaria con la intención de dejar a 
					la gente con rabia, confusa o impotente delante de ellas.
					
					 
					
					No somos 
					ingenuos, tenemos 40 años de calle, y aún jovencito vimos a 
					la empresa alemana Bayer venderle fungicidas mercuriales de 
					forma clandestina a los cultivadores de tomates de São 
					Paulo, un metal pesado que lleva a la locura y provoca 
					disturbios neurológicos tan peligrosos como los del plomo.
					
					 
					
					Hicimos 
					nuestra presentación en el Foro, y como viejo militante 
					que somos nos enfocamos hacia la auto evaluación y el 
					remiendo de los errores cometidos. Fue allí que encontré a 
					mi amigo. El cantante Milton Nascimento dice: "Amigo es cosa 
					para guardar del lado izquierdo del pecho", aunque muchos no 
					saben qué significa eso.
					
					Bueno, 
					ustedes no lo van a creer, pero a mi amigo lo encontré en 
					Internet.
					
					 
					
					No, no 
					me gusta usar Internet para este tipo de cosas. Lo que 
					ocurre es que soy combatiente a tiempo entero, y quería 
					mejorar mis presentaciones siguientes para que no fueran del 
					interés de la OMC y la Mafia de los Agrotóxicos, Alimentos y 
					Gobiernos.
					
					 
					
					Entré en 
					el google.com, en imágenes, con la palabra 
					–pesticides–. Apareció Carlitos. Lo miré, comprendí su 
					serenidad en el regazo de su madre. Muy rápido me acordé del 
					niño iraquí victima de la guerra que quedó sin familia, cuya 
					foto recorrió el mundo, siendo tratado en un hospital 
					británico como pieza de propaganda de la bondad de los 
					descendientes de Henry Morgan, Francis Drake, Edward Teach 
					(Barba Negra), Stede Bonnet, Willian Kidd y otros piratas.
					
					 
					
					Mi amigo 
					tenía madre, igualito que Cristovão, nacido en São Gabriel, 
					en Rio Grande del Sur; otro niño cuya madre durante el 
					período de preconcepción, acompañó el marido, técnico 
					agrícola, en las aplicaciones de herbicida FACET y cumplió 
					la recomendación de la empresa BASF de quemar los envases 
					vacíos. Pero ella respiró los gases y nació Cristovão, 
					igualito a Carlitos. Los acompañé al Ministerio Público y 
					después al periódico 
					Jornal do Brasil 
					que denunció su situación.
					
					 
					
					El 
					examen de cariótipo (alteraciones genéticas) fue finalmente 
					efectuado, pero el resultado fue anticipado en los diarios 
					en un artículo redactado por la empresa según el cual nada 
					se podría probar... La científica “responsable” dijo que 
					Cristovão era el 11º ejemplar en el mundo de una enfermedad 
					muy rara. ¡Hija de una gran desgracia...!
					
					 
					
					Hicieron 
					un agregado diciendo que yo estaba persiguiendo la empresa. 
					Presenté una denuncia al Ministerio Público Federal y ocho 
					funcionarios de la empresa fueron despedidos. El comisario 
					federal me aconsejó hacer un juicio civil y no como 
					funcionario, pues así podría recibir algunos millares de 
					dólares... El infeliz comisario quedo perplejo con la 
					respuesta. El día que Cristovão murió, su papá y su mamá me 
					telefonearon. “Él descansará”, dijeron.
					
					 
					
					Después, 
					por un video que consiguió en la televisión de Costa Rica el 
					ingeniero agrónomo Jairo Restrepo pude conocer a otro niño, 
					también hijo de agricultores (bananeros), y que gracias a 
					haber sido incluida en el video de la Rel-UITA su imagen 
					recorrió América Latina.
					
					 
					
					Yo sé 
					que ustedes están ansiosos para conocer a mi amigo.
					
					 
					
					
					 
					
					El se 
					llama Carlitos, no le pregunté, pero seguramente es hijo de 
					“braceros chicanos” que trabajan en la agricultura 
					estadounidense y son constantemente fumigados con venenos 
					agrícolas.
					
					 
					
					
					Internet lo presenta: “Carlitos, with birth defects 
					reputtable action of pesticides...”
					
					
					 
					
					Recordé 
					que para detectar los daños de la Talidomida debían hacerse 
					ensayos con monas preñadas, pero por economía la empresa 
					alemana no hizo estos ensayos y eso provocó miles de 
					víctimas. Con los plaguicidas ocurre lo mismo. Es más barato 
					sobornar autoridades y financiar investigadores oficiales 
					para que 30 años después hagan análisis de la leche materna. 
					Para nada.
					
					 
					
					En 
					Centroamérica hay más de 30.000 casos de castrados 
					catalogados como víctimas del DBCP, y muchas mujeres con 
					cáncer de ovario provocado por el mismo producto que 
					recibieron de las empresas indemnizaciones apenas 50 
					dólares. En el imperio estadounidense todo tiene precio, 
					pero no tiene valor.
					
					 
					
					El 
					escarnio es que la ciencia diga que no hay datos suficientes 
					para probar científicamente las consecuencias del uso de los 
					agrotóxicos, pero que al mismo tiempo la OMC asegure que su 
					comercialización debe ser libre.
					
					 
					
					No voy a 
					decir que él no podrá jugar soñando con ser un Hugo Sánchez 
					en el seleccionado nacional, con tener la picardía de 
					Maradona y su "mano de Dios", saltar como Pelé, o tener el “zapatazo” de Chumpitaz de más 
					de 130 kilómetros/hora, o la garra de Obdulio Varela, nadar 
					como Spitz, hacer "touch down", sacar como Nadal o manejar 
					como Schumacher y muchos otros que nos inspiran y estimulan.
					
					 
					
					Lo miro 
					y recuerdo a Stephen Hawking, el gran físico, autor de “El 
					universo en una cáscara de nuez”. Esa es la belleza de la 
					vida, mucho más que minerales animados.
					
					 
					
					Por su 
					serenidad, tengo la absoluta certeza de que Carlitos será mi 
					amigo eterno, y lo guardaré siempre “del lado izquierdo del 
					pecho”.
					
					 
					
					 
					
					
					Sebastião Pinheiro
					
					© Rel-UITA
					
					17 de 
					noviembre de 2005
					
					 
					
					 
					
					
					 
							
							
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