Uruguay

Depredadores a la justicia

Mortandad masiva de peces por uso de insecticidas

El 12 de marzo pasado, el arroyo Guaviyú, situado en el departamento uruguayo de Paysandú, a escasos metros de un centro turístico y termal, apareció tapizado de peces muertos. Mes y medio después se confirma la sospecha de los técnicos de UITA: la causa del desastre fueron la cipermetrina y el endosulfan, dos poderosos insecticidas derramados en un afluente del arroyo.

 

Fotografía cortesía del periódico El Telégrafo

de Paysandú, Uruguay.

Ayer, jueves 29 de abril, en precipitada convo-catoria a los medios de comunicación, Jorge Ziminov, director de Higiene de la Intendencia Municipal de Paysandú (IMP), reveló los resultados de los análisis de las muestras de aguas del Guaviyú extraídas luego de ocurrida la mortandad de peces el mes pasado.

 

Expresó Ziminov que después que la Dirección de Higiene denunciara al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) lo sucedido en Guaviyú y en vista de no obtener respuesta alguna, la IMP decidió investigar por su cuenta y rápidamente halló el lugar en que se había iniciado la contaminación.

 

El derrame de agrotóxicos -como se sospechaba- se produjo en el establecimiento agropecuario "La Marta", ubicado aguas arriba del Guaviyú, propiedad de un ciudadano uruguayo residente en Estados Unidos y arrendado a productores de soja argentinos cuyos nombres hasta el momento no fueron difundidos. "En el campo sólo se encuentra su encargado", dijo Ziminov.

 

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Por Carlos Caillabet

 

 

Autoridades municipales ingresaron al predio con orden judicial y el apoyo de la Policía y allí encontraron -y fotografiaron- los recipientes y los productos utilizados en la fumigación de los cultivos de soja "a la vera de una cañada que es afluente del Guaviyú", según precisaron. Luego extrajeron muestras de los productos puros y de la laguna inmediata.

 

Por otro lado, y tras quince días de constatarse la mortandad de peces, un comisario de Policía de la zona hizo llegar a la Dirección de Higiene muestras del arroyo próximo a su desembocadura porque "encontraba algo anormal en el agua y en las hojas de los árboles".

 

Los análisis fueron encargados al ingeniero químico Américo Kurucz (EAS Uruguay), quien hizo llegar los resultados a la IMP el 27 de abril.

 

Todas las muestras -señaló el director- revelan la presencia de cipermetrina y endosulfan. También en la musculatura de los peces, en el lecho de la laguna y en las hojas de los árboles que están lejos del lugar se hallaron concentraciones de estos insecticidas con niveles diez veces -y más- superiores a los valores permitidos por la normativa del Código de Aguas.

 

"Estos agrotóxicos se utilizan en forma indiscriminada en el país", denunció Ziminov. Y agregó: "Hablamos de productos clorados que se ligan a las grasas de los seres humanos y de los animales. Las vacas beben el agua contaminada y al ser ordeñadas transfieren en la leche estos productos cancerígenos a la cadena alimentaria".

 

Este proceso es más agudo aún sí en el curso de agua existen tomas con destino al consumo humano.

 

Ziminov, que es veterinario, explicó a los periodistas que en Uruguay los clorados fueron utilizados contra la garrapata, pero luego fueron desterrados al comprobarse que quedaban adheridos a la grasa de los animales y que a través de la ingesta de carne y leche pasaban a los seres humanos.

 

Es grave la situación, reflexionó Ziminov, "ya que si leemos la etiqueta de los recipientes de estos agrotóxicos vemos que pueden ser aplicados también en cultivos de papa, morrón, tomate, cebolla, zapallo, poroto, etcétera".

 

Aseguró, sin embargo, que "los gobiernos departamentales se comprometerán a ubicar desde los importadores hasta los que manipulan estos agrotóxicos, para impedir que se continúe afectando la salud y el medio ambiente".

 

Ziminov anunció que este viernes 30 la IMP realizará la denuncia penal correspondiente y las empresas que cometen "estas irresponsabilidades serán penadas por la ley". Pese a que la importación, la venta y aplicación de estos productos están autorizadas por el MGAP, en este caso se ha comprobado "la violación de todas las precauciones indicadas en las etiquetas", indicó.

 

Lo que sucede, dijo el director, es que "no hay control y los restos de endosulfan resultan de larga permanencia residual en el medio, como se demostró en las muestras tomadas del lecho del arroyo. Además, los riesgos de contaminación crecen si tenemos en cuenta que estamos en zonas donde los ciclos de plantaciones de soja son continuos, con aplicaciones regulares de agrotóxicos".

 

Finalmente Ziminov recordó que no es éste un hecho aislado: en Uruguay se han detectado partidas de quesos con restos de organofosforados, que no pueden exportarse y son destinadas al mercado interno.

 

Si bien nada dijo el director de Higiene sobre hechos similares constatados en su departamento un año atrás, en el arroyo Valdez, y cuyos responsables nunca fueron ubicados, esta historia demuestra que pobladores alertas y movilizados como los habitantes de la zona de Guaviyú constituyen la mejor garantía contra las agresiones al medio ambiente y la salud humana.

 

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

30 de abril de 2004

 

 

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