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            “Debe reducirse el hambre 
            
            
            
            sin aumentar la sed" 
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En vísperas del 
Día Mundial de la Alimentación, un informe de WWF/Adena, 
Agricultural Water Use and River Basin 
Conservation, subraya que la industria agrícola debe manejar el agua 
de manera más eficiente, tanto para evitar una crisis del agua, como para 
satisfacer la demanda mundial de alimentos.
 
El informe de 
WWF/Adena destaca que la producción mundial de alimentos debe aumentar para 
alimentar una población en expansión, con un crecimiento esperado de dos mil 
millones de personas en los próximos 50 años. La agricultura utiliza el 70 por 
ciento del agua del mundo, llegando hasta el 90 por ciento en muchos países en 
desarrollo. Pero sólo entre el 20 y el 25 por ciento de esa agua llega realmente 
a las siembras, dado que gran parte se pierde durante su distribución al campo. 
El informe dice que muchos grandes países productores de alimento, como EE.UU., 
China, India, Pakistán y España, llegaron, o están por llegar, a sus límites de 
recursos de agua renovable. Los niveles freáticos están bajando anualmente hasta 
en 10 metros en los peores casos, traduciéndose en un abastecimiento menos 
fiable de agua potable para la salud pública.
 
En informe de 
WWF/Adena recomienda diversos métodos para un manejo más eficiente del agua, a 
fin de enfrentar la crisis de alimentos y de agua. Destaca que las principales 
causas de la escasez del líquido elemento son los sistemas de riego inadecuados 
y los crecientes cultivos que amenazan el medio ambiente. Esto se ha visto 
impulsado por subsidios mal gestionados, por un escaso compromiso público y 
político ante la crisis, y por una débil legislación medioambiental. El informe 
de WWF/Adena identifica el algodón, el arroz, el azúcar y el trigo, como los 
cultivos más ?sedientos? en nueve cuencas de grandes ríos ricas en 
biodiversidad.
 
WWF/Adena piensa 
que los cultivos elegidos de forma más acorde con la ubicación geográfica y la 
temporada producirían una mayor “cosecha por gota”. Por ejemplo, en la cuenca 
del río Níger se siembra arroz en la temporada seca y se requiere más agua. Si 
en su lugar se sembrara trigo durante esa temporada, se podría reducir el uso de 
agua a menos de un tercio, produciendo igualmente un cultivo de valor 
alimenticio y comercial.
 
El informe 
sugiere también que los sistemas de riego pueden mejorarse por medio del diseño, 
por un mantenimiento regular y por mecanismos efectivos de drenaje. Donde exista 
escasez, los gobiernos deben asignar el agua de manera más justa entre los 
agricultores. Deben asegurar también que quede agua suficiente en los ríos y 
humedales para mantener el abastecimiento de agua, la pesca y los hábitats de 
vida silvestre. La alteración del curso natural de los ríos a través de presas, 
por ejemplo, puede redundar en el agotamiento de las reservas de peces a causa 
de la alteración de sus ciclos de reproducción o el bloqueo de sus rutas de 
migración. Los peces de agua dulce representan una importante fuente de 
proteínas para muchos de los habitantes del mundo más pobres.
 
Jamie Pittock, 
director del Programa Aguas para la Vida de WWF/Adena, mantiene: 
 
“Los gobiernos deben ir más allá de las 
simples promesas. Conjuntamente con la industria alimenticia y los consumidores, 
deberían iniciar una nueva revolución agrícola, una revolución que asegure que 
siempre habrá suficiente alimento y agua para todos”.
 
 
Guido Schmidt
WWF/Adena
13 de noviembre 
de 2003