Chile
 
Según el 
gobierno, la puesta en marcha de la planta de tratamiento La Farfana, en Maipú, 
significará descontaminar el 73% de las aguas servidas de Santiago. La Farfana, 
una de las 5 plantas más grandes del mundo en su rubro y la más moderna de 
Latinoamérica, se convertirá en la “mayor inversión ambiental” de nuestra 
historia, a un costo de 315 millones de dólares, que pagarán -completamente- los 
usuarios quienes verán incrementadas sus cuentas de agua a partir de este mes.
 
Fue el propio Presidente 
Ricardo Lagos quien al inaugurar la planta de tratamiento señaló que era una 
“inversión imprescindible para competir en los mercados internacionales y 
aprovechar las ventajas de los tratados de libre comercio firmados por Chile”. 
La sombra de la privatización de las empresas sanitarias se cierne sobre el 
puñado de empresas que sigue controlando el Estado. De esta forma, Santiago se 
convertirá en la primera capital latinoamericana que purificará sus aguas 
servidas una vez que entre en funciones la planta Los Nogales el 2009. El costo 
de las inversiones será completamente pagado por más de 3 millones de usuarios 
que verán fuertemente incrementadas sus cuentas de agua. El camino elegido se 
aplicará también en regiones como la V y la VIII donde serán también los 
usuarios quienes pagarán el costo de las inversiones.
 
La inauguración de La 
Farfana fue un momento apoteósico para el gobierno. En la ceremonia estuvieron 
presentes empresarios y políticos, y autoridades como el Intendente de Santiago, 
Marcelo Trivelli, y los ministros de Vivienda y Urbanismo, y de Obras Públicas, 
Jaime Ravinet y Javier Etcheberry. Ricardo Lagos fue enfático al señalar que 
respecto de la forma de financiamiento de las obras había dos opciones: “o esta 
inversión la pagan los santiaguinos porque vamos a tener mejor calidad de vida, 
o la hace el Estado. Pero si la hace el Estado, entonces no reclamemos porque 
subimos los impuestos. Lo que no es serio es pedir tener tratamientos y limpieza 
de aguas servidas y no querer subir tarifas, y tampoco querer pagar aumento de 
impuestos si no se quiere lo primero”. El asunto pareció un mensaje a la 
oposición que no quiere se aumenten los impuestos, pero fue la propia empresa 
Aguas Andinas la que despejó el asunto. Aguas Andinas anunció que el tratamiento 
de las aguas servidas se traducirá en un aumento de las tarifas en las cuentas 
de agua. Según estimaciones, 3.300.000 capitalinos verán incrementadas sus 
cuentas en un 14% a partir de octubre-noviembre.
 
Una burla para los 
pobladores
 
Según la Superintendencia 
de Servicios Sanitarios (SSS), el incremento para quienes consuman “hasta 20 
metros cúbicos como promedio” será de unos 900 pesos mensuales. Aquellas 
familias que cuenten con “subsidios municipales”, verán aumentado el pago en 
unos 250 pesos. “Nos parece una burla que las cuentas nos sigan subiendo”, dice 
una pobladora de Tucapel Jiménez I, en Renca: “El gobierno beneficia a las 
grandes empresas mientras los pobres nos morimos de hambre. No tenemos dinero 
para alimentar a nuestros hijos, menos para pagar cuentas. En nuestra población 
cientos de familias no tienen agua, les retiran los medidores porque deben 
cifras que no pueden pagar por la cesantía, y más encima nos subirán aun más las 
cuentas”. Similar es la visión de pobladores de Buin: “El agua ahora es 
española, y nosotros tendremos que pagar el costo de las inversiones cuando 
debiera ser el Estado el dueño de las empresas de agua. Hacen inversiones 
bonitas y ecológicas pero los que finalmente pagaremos seremos nosotros y no las 
empresas, a ellos y al gobierno sólo les interesan sus millonarias ganancias”.
 
Para las autoridades, lo 
importante es que el funcionamiento de El Trebal y La Farfana, significará un 
73% del tratamiento de aguas servidas en Santiago que será completado, se 
anuncia, el 2009. 900 pesos por familia pudiera parecer poco para las 
autoridades, pero para los cesantes o allegados es un dineral. Los “clientes” 
verán el cambio a partir de las facturas de octubre-noviembre. Según las 
autoridades y la empresa Aguas Andinas la inversión y el alza de tarifas 
significará “a futuro” un “ahorro familiar por concepto de salud debido a la 
mejor calidad de las aguas de riego, lo que diminuirá la hepatitis y el tifus”, 
lo que ha sido estimado por el gobierno en unos 50 millones de dólares.
 
La planta La Farfana 
tratará alrededor del 50% de las aguas servidas de Santiago, mientras El Trebal, 
en funcionamiento desde el 2001, recupera cerca de un 25%. “¿Cuántas son las 
familias que hoy no tiene agua porque no pueden pagarla, que les fueron 
retirados los medidores, que tienen deudas de 500 mil pesos o más y que 
simplemente no pueden pagar las cuentas de agua, luz, teléfono dividendos”, se 
pregunta una pobladora de Renca.
 
La sombra de la 
privatización
 
Varias señales apuntan a 
la privatización de las empresas sanitarias. El propio PS -senadores Ominami y 
Naranjo- propuso vender acciones de las sanitarias para financiar la Propuesta 
de Derechos Humanos presentada por Lagos en agosto. El Estado mantiene una 
participación minoritaria en las sanitarias privadas Aguas Andinas, Essbio, 
Esval y Essal. La venta de acciones le significaría al gobierno 720,6 millones 
de dólares, según cifras entregadas por Ominami. Fue en el propio Parlamento 
donde se recomendó al gobierno que para financiar la “agenda social” junto con 
el alza del IVA al 19%, se redujera la participación del Estado en las 
sanitarias. El senador vitalicio Eduardo Frei propuso derechamente privatizar 
las sanitarias. Se opuso a la liquidación de las acciones de las empresas 
privadas en donde el Estado mantiene un pequeño porcentaje, proponiendo a cambio 
la privatización de las empresas que están en proceso de concesión a privados 
por 30 o más años.
 
Fue el 2001 cuando, luego 
privatizar la sanitaria Essbio y terminar con la privatización de Emos y Esval, 
Ricardo Lagos decidió incorporar capitales extranjeros mediante el “sistema de 
concesiones”. Lagos debió enfrentar duras críticas a su intento privatizador que 
incluso vinieron desde su partido. Miles de personas se opusieron a la 
privatización de Essbio pero no fueron escuchados. El gobierno, temiendo perder 
una buena parte de sus electores, resolvió privilegiar el sistema de 
concesiones, con un derecho de explotación de 30 años, poniendo fin al “modelo 
privatizador” de Eduardo Frei.
 
Hoy es posible que se 
implemente un “giro privatizador”. Las concesiones de sanitarias siguen en 
marcha. Ya se han concesionado Essam (Maule) y Emssa (Aysén) y están en proceso 
las postulaciones de empresas para adquirir Essat (Tarapacá), Essan 
(Antofagasta), Emssat (Atacama), Essco (Coquimbo) y Essar (Araucanía). Las 
señales apuntan a privatizar, pues en el gobierno se estima que “las mismas 
empresas que están dispuestas a concesionar no tendrían inconveniente en 
comprar”.
 
Sanitarias controladas por 
el Estado
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  ESSAT: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de Tarapacá S.A. 
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  ESSAN: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de Antofagasta S.A. 
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  EMSSAT: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de Atacama S.A. 
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  ESSCO: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de Coquimbo S.A. 
- 
  
  ESSAM: Empresa de 
  Servicios Sanitarios del Maule S.A. 
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  ESSAR: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de La Araucanía S.A. 
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  EMSSA: Empresa de 
  Servicios Sanitarios de Aysén S.A. 
- 
  
  ESMAG: Empresa 
  de Servicios Sanitarios de Magallanes S.A. 
Arnaldo Pérez Guerra
El Siglo 
/ Chile
18 de noviembre 
de 2003